💫Puede que sea un gran temporal, pero recuerda: es temporal.
Viniendo de una isla caribeña estoy muy familiarizada con las tormentas, huracanes, ciclones y temporales.
Para mi, es normal tener tiempos de sol brillante y calor extremo, y temporadas de mucha agua y viento.
Hace un tiempo que he venido pensando en el paralelo que tiene esto con la vida (mi vida en particular).
Una tormenta, un ciclón, un huracán o un temporal vienen, azotan, hacen estragos, dejan daño y luego se van.
Dependiendo de la magnitud del mismo, de su trayectoria e impacto; así serán los daños.
También depende de qué tan preparados estemos; Te aseguro que el daño que puede ejercer un evento traumático en tu vida, dependerá en gran medida de lo maduro y fortalecido que estes.
Hay situaciones que desbordan lo imaginable, para las cuales sentimos que no estamos preparados, pero créeme cuando te digo que si has ido aprendiendo de tus tormentas anteriores, independientemente del impacto y el daño: lograrás levantarte y volver a empezar.
Una de mis frases favoritas es “y así es, esto también pasará “... Acepto lo que está ocurriendo, lo dejo ser y entiendo que es temporal, aunque sea un gran temporal.
- Maestro, Están pasando cosas horribles en el mundo, y no sé que hacer. Me pongo triste. No se cómo ayudar. No quiero hacerme de la vista gorda y tal vez me siento culpable por estar bien cuando otros están muy mal, le dije.
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-El Maestro contestó: Cuando vas a dormir apagas las luces y enciendes la de tu cuarto. Ya no estás en la cocina, ni en el patio... Estás en tu habitación. Dónde te corresponde estar en ese momento. Y ahí enciendes la luz para no estar a oscuras. Así es en el mundo. 🧵 2/6
Si hay guerra, pero tú no estás ahí, es porque no te corresponde estar ahí. Y en el lugar en donde estás, enciende tu luz. Si tienes para compartir, comparte. Si tienes algo valioso que aportar al mundo, hazlo. Si eres sabio y sabes dar consejos, dalos. 🧵 3/6
Aprender a amarme y entender desde dónde estaba siendo tan dura conmigo, fue un proceso doloroso y necesario.
Te cuento:
Antes, comparaba mis metas alcanzadas con la de otros que estaban o en mi mismo rubro o tenían mi edad, o distaban de mi.
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No podía escapar a la necesidad de compararme; de medirme con una vara ajena, y creer en esos cánones culturales que me habían impuesto.
Por esto, mis primeros 40 años la pasé en una carrera frenética en busca de excelencia. /2
Que, a simple vista, no tiene nada de malo, pero en el fondo es una tendencia insana de buscar defectos y mirar todo lo que falta.
Vivir en excelencia es magnífico; siempre y cuando sea para soportar una vida auténtica, donde el único interés sea vivir lo mejor posible /3
He hablado con varias personas esta semana, que, coincidencias mente, me han expresado cómo se han sentido este año, resultando ser la misma sensación de que nada cambia, nada progresa, ni para bien no para mal.
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Yo les preguntaba si veían las cosas y decían “meh!”… y todas, muertos de risa dijeron que si.
Esa sensación emula el proceso de algo que está aletargado o languideciendo.
Es algo que está ahí, que no molesta y que tampoco aporta. /2
¿Lo has sentido?
Pues, te cuento que yo creo, que no es casualidad.
Observando, Analizando y meditando sobre esto, he llagado a varias conclusiones;
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💫No, no es cierto que todos seremos mejores seres humanos después de la pandemia.
Amados, prefiero mirar la vida con cierto positivismo, esa es mi tendencia; sin embargo me he prometido no despegar los pies de la tierra, aunque mi cabeza, a veces, ande en las nubes (creativa)
Partiendo de ahí, quiero contarte que no creo que todos seremos mejores personas, ni que todos hemos aprendido la lección que vino esta crisis a enseñar (Si es qué hay alguna).
No te lo digo por que dude de tu deseo de ser mejor después de esto, NO, no,no;
Te lo digo para que dejes de esperar que otro cambie y que se convierta en eso que tú piensas debe ser.
Te lo digo para que ajustes tus expectativas de los demás, y encárgate de ti, de tu crecimiento, de tus conversaciones internas, de tu visión, de lo que quieres dejar atrás...
Hola, soy dominicana. Nací en un país hermoso. Donde la gente quiere vivir en paz. Que se cumpla la ley. Que haya orden y normativas.
Se me olvidaba decirte que en mi país queremos todo eso y más, pero no queremos que las normas y reglas se nos apliquen a nosotros.
Queremos tener progreso social pero preferimos crear desordenes; nuestra mayor conquista es que no nos gusta hacer fila, ni esperamos nuestro turno.
Queremos vivir en ciudades limpias pero tiramos la basura por doquier.
Que nos gobierne gente honesta pero nos robamos la electricidad, mentimos en nuestros impuestos, nos pasamos la luz en rojo, no usamos el cinturón, engañamos a alguien y pensamos que somos más inteligentes.
Y es que para mi, el mayor regalo que he podido recibir en mi vida es el de haber perdido todos los accesorios con los que adornaba mi vacío:
Prosperidad económica, reconocimiento público, logros...
Al estar tan sola y no tener ni con quien hablar
pude reenfocar todas esas historias que me contaba.
Cuando me enfrenté a la soledad más triste de mi existencia, pude reconocer todos esos afectos de mentira, que me creía y por los cuales sacrificaba hasta mis gustos.
El Universo me quitó todo lo que me ataba a una persona que no me gustaba : mi vieja yo.
Me ha despojado de los adornos con los que vestía mis inseguridades.
Tuve que vivir en casa de extraños, quiénes se convirtieron en mi familia y mi único apoyo.