Vaya, quién nos iba a decir que la eclosión de particularismos identitarios, tras el agotamiento del viejo identitarismo obrerista-sindicalista, iba a provocar una auténtica guerra intestina entre unas y otras para luchar por una mayor cuota corporativa de la tarta del Estado.
El gran problema que tienen las nuevas identidades particulares que buscan su canalización estatal vía corporativa, un tema del que pocos comunistas hablan, es que el espacio no puede agrandarse al gusto de cada uno. Esos son los intereses reales, de clase, que se ventilan aquí.
Frente a tal panorama, que solo apunta al fortalecimiento del Estado (es decir, del régimen burgués), la alternativa no es la suma ecléctica e incluyente de identidades, sino la rearticulación de la estrategia universalista de la clase de todos los explotados y oprimidos.
Cada microparcela reprochando a la otra que sus muertos cotizan menos, en una grotesca competición por conseguir la mayor cuota de victimización (que, no nos engañemos, busca traducirse en una mayor cuota de integración estatal). Unos y otros alimentando la misma rueda.
Incapaces de apuntar a la raíz común de los padecimientos de nuestra decadente sociedad. Incapaces siquiera de alterar lo más mínimo la manifestación fenoménica de lo primero (ambas cosas son indisociables). La alternativa no puede estar más clara. Pero no basta con enunciarla.
Si la dialéctica masas-Estado es la expresión social y política de la contradicción nuclear de la actual sociedad burguesa, la forma particular que adoptan los microrrelatos particularistas es necesariamente la competencia por un mayor reconocimiento estatal.
Ni siquiera se salen de los márgenes de la búsqueda del reconocimiento simbólico, de la diferente puesta en valor de un muerto u otro, mercancías de las que extraer rédito político-estatal. De ahí a discutir sin vergüenza alguna qué cadáver es más o menos simbólicamente valorado.
La pérdida de la referencialidad universalista del comunismo revolucionario, en primer lugar entre el sector que se supone de vanguardia, ha permitido llegar al delirio que inevitablemente tenía que conducir a una competencia descarnada entre particularismos.
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El énfasis internacionalista proletario en la denuncia del chovinismo español presupone una línea política independiente de los nacionalismos periféricos, sobre todo por parte de la vanguardia de tales territorios. Algo que muchas veces no ha sucedido. Un breve repaso histórico.
A lo largo de la historia del comunismo en el Estado español ha habido múltiples siglas que, con una política frentepopulista y electoralista, han confluido de un modo u otro con los nacionalismos periféricos, lo cual ha tenido y sigue teniendo consecuencias funestas.
En el Partido Bolchevique, con Lenin a la cabeza, la denuncia más implacable del chovinismo gran-ruso no solo no fue incompatible con el combate al nacionalismo periférico, que también "llegaba a ser franco chovinismo" (Stalin), sino que ambos eran elementos inseparables.
Las cantinelas de los farsantes socialpatriotas de hoy sobre la "dominación de España" por poderes extranjeros son bien conocidas, pero quizá no tanto sus profundas raíces, y menos aún que desde el 36 fueron la carta de presentación de buena parte del movimiento obrero.
Incluyendo, por supuesto, al anarquismo y al anarcosindicalismo, lo cual demuestra por enésima vez que oportunismo y nacionalismo, en cualquiera de sus formas, son indisociables. Pocas declaraciones como estas condensan tan bien la renuncia nacionalista a toda revolución social.
En el mismo órgano de expresión, por si quieren aprender nuestros oportunistas de hoy, tan solo varios días después la otrora poderosa CNT firmó junto al PSOE-UGT, PNV y ERC (sí, PNV y ERC) un manifiesto en el que denunciaba la "venta del Estado español" al imperialismo yanqui.
«[Los sacerdotes] se dieron cuenta de que los pueblos por nada se dejan conducir tan voluntariamente como por la religión». 𝑆𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑟𝑒𝑙𝑖𝑔𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑔𝑟𝑖𝑒𝑔𝑎 𝑦 𝑟𝑜𝑚𝑎𝑛𝑎. Hegel a los 17 años.
Muy distinta sería la concepción que el Hegel maduro tendría de la religión. Veamos algunos fragmentos con comentarios de nuestro amigo Duque, quien, más allá de sus tics academicistas (es decir, burgueses), me parece una fuente seria.
Los fragmentos seleccionados no tienen ninguna pretensión de sistematicidad ni de sentar una precisa evolución del pensamiento hegeliano acerca de la religión.
«La religión popular, que genera y alimenta las grandes convicciones morales, va de la mano de la libertad» (Hegel).
“[E]n todos los pueblos nos encontramos con que son solamente los burgueses y sus escritores quienes se aferran a la nacionalidad”.
"[M]ientras que la burguesía de cada nación sigue manteniendo sus intereses nacionales aparte, la gran industria ha creado una clase que en todas las naciones se mueve por el mismo interés y en la que ha quedado ya destruida toda nacionalidad...".
"Con el mayor placer observé que erais libres de esa maldición llamada prejuicio y orgullo nacionales, que, a fin de cuentas, sólo significa egoísmo absoluto".
Engels. "A las clases trabajadoras de Gran Bretaña".
𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑚𝑎𝑟𝑎𝑑𝑎𝑠 (2020), película rusa de Andrei Konchalovsky.
Sobre el Sábado Sangriento (1962), cuando elementos de la burguesía burocrática soviética de la época de Kruschev ordenaron disparar contra una multitud obrera en huelga por las medidas impuestas.
La magnitud de la masacre relatada en la cinta, seleccionada por el Comité de los Óscar de Rusia (mundo.sputniknews.com/20201113/rusia…), solo se conoció muchos años después. Una fuente sobre los acontecimientos; es el mismo autor del conocido trabajo sobre Plejánov y el marxismo ruso.
Otro fotograma de la película. Un detalle significativo es que muchos de los manifestantes de Novocherkassk, opuestos a las medidas de incremento de la producción fabril, portaban retratos de Lenin (y alguno de Stalin).
Voy a compartir por aquí una valiosa información de Forgione sobre las principales mafias italianas, que son parte orgánica esencial del poder capitalista mundial y, por tanto, uno más de los presentes y futuros enemigos a batir por el proletariado revolucionario internacional.
El trabajo de Forgione —al final pondré un enlace de descarga en italiano— excluye en realidad a Sacra Corona Unita, de la que hablé aquí (
), pues no ha alcanzado el grado de desarrollo internacional de la 'Ndrangheta, la Cosa Nostra y la Camorra.
Lo más empíricamente constatable, pero que alguna gente ni conoce, sobre la expansión de las mafias en la formación socioeconómica italiana: 5-7 % del PIB italiano (otras fuentes elevan la cifra), 27 % del empleo en Calabria, 10 % de todo el empleo del Mezzogiorno italiano...