Si hubiésemos estado en la catedral de Lugo hace 20 años y levantásemos la mirada sobre la Capilla Mayor veríamos algo así:
Nada especialmente relevante. Aparentemente.
Pero debajo de esa capa de suciedad, humedad y humo había algo muy interesante.
Debajo de toda esa capa de suciedad estaba un mural del S. XVIII representando La Gloria, pintado por José Francisco de Terán entre 1776 y 1778.
Pintado al óleo, este mural fue quedando oculto poco a poco, por capas de humo, suciedad y humedad por filtraciones de la cubierta, hasta volver a ver la luz en 2011, tras concluirse su restauración.
Comparad el antes y el después de la intervención.
Es una obra muy compleja, presidida por la Trinidad, acompañada de ángeles músicos, santos, nobles y el rey Carlos III, el Papa Clemente XIV, junto a alegorías de la Iglesia, la Eucaristía y las Virtudes Teologales.
En este enlace podéis hacer una visita virtual de 360° al mural (aunque pierde resolución al hacer zoom):
Este mural fue encargado a Terán para decorar la nueva bóveda que sustituyó a la anterior bóveda gótica de la catedral por estar muy afectada tras el terremoto de Lisboa de 1755.
Pero, ¿quién era José Francisco de Terán?
Proveniente de Astorga, donde había trabajado como arquitecto en la catedral dirigiendo la construcción de la sacristía y el claustro de la misma entre 1772 y 1780.
Era un hombre polifacético, pues encontramos obras suyas de varias disciplinas: reparó el puente de Valimbre (León), talló la imagen de Jesús Nazareno de la cofradía de la Vera Cruz de Astorga (1783) y realizó el retablo mayor del Santuario de Castrotierra (León).
En Galicia realizó, antes de trabajar en la catedral de Lugo, las pinturas murales de la Capilla Mayor de la catedral de Mondoñedo @catedralmondone, representando cuatro escenas del Antiguo Testamento entre 1761 y 1763.
El Cabildo de Lugo quedó plenamente satisfecho de los murales de Terán:
"Que por lo bien que el susodicho había cumplido, y portándose en los ajustes, se daba el Cabildo por satisfecho, y por vía de gratificación mandó dársele seis mil reales".
Pero desde el S. XIX la obra fue quedando oculta por la suciedad y la humedad, siendo desprestigiada por Manuel Murguía (marido de Rosalía de Castro) en su obra Galicia de 1888:
"¿Qué dirán los que trabajaron creyendo que dejaban tras sí monumentos verdaderamente inmortales?"
Además, entre los años 60 y 70 se sustituyeron las cubiertas de madera y pizarra de la catedral por una de hormigón para evitar las filtraciones de la lluvia. Pero las paredes no transpiraban y empezaron las filtraciones interiores. Problema que se agravó con la calefacción.
Espero que os haya gustado este pequeño hilo. Y recordad la importancia de conservar y restaurar nuestro patrimonio.
Y no juzguéis las obras hasta verlas sin mugre. No seáis como Murguía.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Aun siendo una guerra entre Francia e Inglaterra, el conflicto iniciado en Norteamérica por el control de las colonias, se extendió a Europa, Centroamérica, la costa occidental de África, la India y Filipinas. Así se vieron implicados los principales estados de la época.
La guerra terminó con dos claros vencedores: Inglaterra, que reforzó su posición en las colonias de Norteamérica y la India. Y un joven estado europeo: Prusia.
Sin querer pisarle a @Luis_pastor sus #AnotherDayAnotherFake, voy a contaros una historia muy curiosa de falsificación de un pintor poco conocido: el caso Pere Mates.
En 2010 el @MuseuArtGirona compra tres tablas de Pere Mates.
Pere Mates es uno de los pintores más importantes del Renacimiento Catalán. La mayor parte de su obra se encuentra en el Museo de Girona, la otra en colecciones privadas o perdida.
Estas tablas pertenecían a un retablo dedicado a San Juan Bautista formado por once tablas, documentado por Joan Sutrà en 1956.
Desde 1979 se conoce por las radiografías y otras pruebas realizadas a la obra, que el fondo neutro escondía un cuadro de Cupido.
El problema radicaba en que no se sabía si había sido decisión de Vermeer el tapar ese cuadro dentro cuadro.
La restauración del cuadro comenzó en 2017. En una primera fase se retiraron los barnices que oscurecían la obra. Al hacerlo se mostraron evidencias de que el Cupido había estado "al descubierto".
En el #OrgulloRococó de hoy nos vamos de viaje a la Venecia del S. XVIII de la mano de #Canaletto para disfrutar de una de sus vistas más conocidas: la Riva degli Schiavoni (1736-38, @Pinakotheken).
Los peatones pasean por los canales de Venecia por las fondamente. Pero las que bordean el Gran Canal (por la tanto más anchas), se conocen como riva.
La Riva degli Schiavoni se conoce así por los comerciantes que venían de Dalmacia (conocida como Slavonia o Schiavonia) y que aquí atracaban sus barcos y tenían sus puestos comerciales.