El Túnel de Eupalino ( Ὄρυγμα τοῦ Εὐπαλίνου) en Samos puede que no sea una gran atracción turística, pero no deja de ser una obra maestra de la ingeniería antigua.
Acompáñenme en este hilo complementario al de Samos y veamos de qué se trata este túnel. #IslasGriegas
El túnel es en realidad un acueducto de 1036 m de largo construido en el s. VI a. N. E. en la isla de Samos, con el fin de abastecer a la ciudad de agua en caso de asedio, que, como hemos visto en el hilo de Samos, fueron muy frecuentes.
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De esta obra nos habla Heródoto en sus “Historias”. Su construcción fue ordenada por el tirano de Samos, Polícrates, que gobernó entre 535-522 a. N. E., y para ello solicitó los servicios del arquitecto Eupalino de Megara.
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La idea era traer agua a la ciudad desde una fuente ubicada en la ladera norte del monte Ámpelos, pero era fundamental que el acueducto fuese subterráneo, de modo que futuros sitiadores no cortaran o contaminaran el abastecimiento.
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Pero los planes de Polícrates no eran solamente abastecer a la ciudad de agua, sino ofrecer una vía de escape que fuese secreta. Por tanto, el acueducto debía ser también un túnel de salida.
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Eupalino pudo haber rodeado la montaña pero en lugar de eso decidió atravesarla. Y he aquí lo que maravilla de esta obra: comenzó a cavar desde ambos extremos, de manera que ambos grupos de cavadores se encontraran en el medio, bajo la montaña.
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A primera vista puede que esto no resulte tan importante, pero hay que recordar que un mínimo error de cálculo, una ligera inclinación de centímetros, habría bastado para que ambos túneles jamás se encontraran. Y antes no había computadoras, solo cerebro.
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El túnel estaba formado por 2 secciones: el acceso escalonado y la galería por la que pasaba la canalización de agua.
La primera sección tenía 1,90 m de alto y 0,63 m de ancho y estaba cavada en la roca con refuerzos en las paredes de piedra caliza y techo a dos aguas.
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Al final de este acceso se cavaron pozos de hasta 1,5 m de profundidad por donde pasaban las tuberías de terracota.
El túnel está lleno de inscripciones arcaicas que mencionan el encargado de cada grupo de trabajo y el número de cavadores.
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A todo lo largo de la galería inferior había trazado una línea horizontal que marcaba el nivel en el que debía seguir la excavación. Cada 63 m había una marca vertical. La pendiente era de solo 0,4%. Se estima que la construcción debió haber tomado al menos 15 años.
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Se sabe que Eupalino, a fin de garantizar el encuentro de ambos túneles, fue incrementando la altura a medida que se acercaban, cosa que fue innecesaria pues sus cálculos iniciales habían sido perfectos. A ciegas bajo una montaña, había conseguido lo imposible.
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