Toledo Olvidado Profile picture
Una manera de aprender a conocer, a amar y a respetar Toledo desde la fotografía histórica.

Jun 10, 2020, 36 tweets

El maldito coronavirus nos robó muchas cosas: miles de personas nos dejaron y detuvo nuestra vida bruscamente. En Toledo hoy estamos añorando nuestro #Corpus. Sé que no es lo mismo, pero voy a intentar revivirlo con fotos históricas.
AQUÍ VA EL HILO DE LA PROCESIÓN DEL CORPUS.

Desde primeras horas, en las calles por que discurrirá la procesión han sido esparcidas miles de ramas de tomillo de la finca Cervatos, confiriendo un aroma indescriptible. La multitud llena poco a poco cada rincón. Foto de John Fyfe, 1967.

En los muros de la Catedral se han colgado valiosísimos tapices flamencos en un espectacular despliegue de belleza y riqueza. Foto de Pedro Román hacia 1910.

Abre el cortejo el piquete de la Guardia Civil a caballo y en traje de gala. Cuerpo fundado el 23 de marzo de 1844 por el segundo duque de Ahumada. Foto de F. Catalá Roca en los años 50.

En mi memoria y en la de muchos toledanos está la imagen del piquete que, con larga barba (cada año más blanca), desfiló varias décadas con su imponente aspecto. Fotos de 1985 y 1988.

A continuación desfilan los timbaleros del Ayuntamiento de Toledo, con ropas del s. XVIII y a caballo, tal como iban los “sofieles” municipales que en el pasado recorrían las calles de la ciudad para pregonar los acontecimientos relevantes. Anónimo francés c. 1920, col. L. Alba.

Tras la banda de música de la Guardia Civil aparece el Pertiguero. Con su peluca y capa de seda blanca, abre la procesión litúrgica, golpeando su vara de 130 cm de plata contra el suelo, anunciando la llegada la procesión. Foto c. 1985.

Inciso: este pertiguero no se debe confundir con el otro pertiguero que en la noche de la víspera comprueba con una vara más larga que en el recorrido no hay obstáculos para la custodia.

Viene la cruz procesional de la Catedral, regalo de Alfonso V de Portugal al arzobispo Carrillo en agradecimiento al apoyo en la guerra de sucesión en 1475. Va sobre una manga bordada en oro y sedas polícromas encargada en 1510 por el cardenal Cisneros. Foto Ortiz Echagüe c. 1940

Llega la Cofradía del Gremio de Hortelanos, el único que perdura desde la edad media. Traje negro y capa de estameña parda. Su pendón está coronado con frutos de las huertas de Toledo y rematado por una cruz de metal dorado de finales del XVIII. Foto de Compañy en 1926.

A continuación desfilan los niños y niñas que han hecho la comunión en el año en curso. Deben haber sido miles los toledanos que han participado en la procesión con su traje comunión a lo largo de la historia. Fotos de 1955 por el mítico Ken Russell y 1967 por el gran J. Fyfe.

Luego viene la banda juvenil y una larga serie de cofradías y hermandades de la ciudad que sería largo enumerar. Su orden en la procesión es inversamente proporcional a su antigüedad: las más antiguas van cerca de la Custodia, al final del cortejo.

Tras el paso de los miembros de órdenes de menor antigüedad (Caballeros y Damas de Isabel la Católica y Caballeros Cubicularios de S. Ildefonso y S. Atilano) llega el turno de la Cofradía Internacional de Investigadores con su birrete del color según su especialidad. Foto c. 1985

Tras ellos, viene la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de S. Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta: una de las más antiguas instituciones de la civilización occidental cristiana, presente en Palestina desde 1113. Desfila en Toledo desde 2005. (Foto corpustoledo.org)

Viene ahora el Capítulo de Caballeros y Damas Mozárabes: son los descendientes de los cristianos que vivieron en Toledo bajo el dominio musulmán (711-1085), fieles a su fe y agrupados en sus parroquias. Visten manto azul con la cruz de Alfonso VI, de doce puntas. Foto c. 1985.

Llega el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro, fundado en 1928 para “fomentar la devoción a los Augustos Misterios de la Pasión”. Manto blanco marfileño con la gran cruz potenzada de Jerusalén, o cruz del Cardenal Mendoza, bordada en seda roja. Fotos de 1955 y 1962.

Turno ahora para el Capítulo de Infanzones de Illescas, cuyo origen se remonta al s. XII, vinculados al rey. En 1925 el Conde de Cedillo reorganizó esta Real Hermandad. Visten capa roja con una cruz florenzada blanca en el brazo izquierdo y birrete rojo. Foto Marc Flament, 1967.

Llega ahora el Capítulo Hispanoamericano de Caballeros del Corpus Christi. Une a países hispanoamericanos para “luchar contra la injusticia, el hambre, la inmoralidad y promover la paz”. Son embajadores, cónsules y personal del Instituto de Cultura Hispánica. Lucen hábito verde.

Es el turno del Colegio de Nuestra señora de los Infantes, fundado por el Cardenal Silíceo en 1552 para la formación de los niños que cantaban y ayudaban en la Catedral. Seis eran escogidos por sus voces para cantar en los actos de culto: los famosos “seises”. Foto Julián C. 1963

Desfila ahora tanto el Seminario menor y mayor, como el clero regular (con el hábito propio de cada orden) y el clero secular revestido con las ricas capas pluviales de los Molero, del s. XVIII. La primera foto es de R. Kallmeyer en 1951 y la segunda de 1960.

Con ellos va la Cofradía de la Santa Caridad, tal vez la más antigua de España, por lo que tiene el privilegio de ir más cerca del Santísimo. Fundada en 1085 para asistir a los autos de fe, honras fúnebres, asistir y enterrar a los reos de muerte. Fotos de 1955 y 1985 (L. García)

Llega la Cruz del Cardenal Mendoza, regalo de éste a la Catedral. Se conserva el astil gótico de plata. El nudo y la cruz son posteriores. Se cree que acompañó a los Reyes Católicos en la toma de Granada en 1492 y fue la primera alzada en la Alhambra. Foto Ortiz Echagüe c. 1940.

Llegan ahora acólitos y diáconos de honor: uno con el báculo del arzobispo (símbolo del pastor que dirige la grey), otros con el resto de los atributos episcopales: el solideo y la mitra. Van acompañados del cabildo catedralicio bajo mazas. Fotos de 1951 y 1985.

Tras ellos, unos tiernos pajecillos con pelucas blancas y vestimentas barrocas, arrojando pétalos de rosas delante de la carroza que porta la Custodia. En el pasado eran los seises los que iban avanzando delante de la Custodia. Fotos 1951, 1983 y 1985

Se acerca el protagonista de todo y por eso debe oler lo mejor posible: de ello se encargan los “acólitos turiferarios” que, con incensarios de plata, van inmediatamente delante del Santísimo. Otro acólito porta una naveta con el incienso que se irá quemando durante la procesión.

¡Y por fin llega la Custodia de Arfe, conteniendo el Corpus Christi! Es el centro y origen de la procesión. La majestuosa joya de Heinrich von Harff, castellanizado como Enrique de Arfe, platero de origen alemán, fue ejecutada entre 1515 y 1523. Foto de Marc Flament en 1967.

Fue encargada por la Catedral para albergar el ostensorio de oro que perteneció a Isabel la Católica, realizado por Jaume Aimeric, adquirido para la Catedral por 1.034.810 maravedís en 1505 en la testamentaría de la Reina por mandato del Cardenal Cisneros. Fotos de David Blázquez

La Custodia posee miles de gemas, perlas y esmaltes. Mide 309,5 cm de altura y consta de 12.500 tomillos y 5.600 piezas. Es de plata dorada con 260 figuras de plata. Su peso es de 218 kg sin contar pedrerías y perlas: 183 de plata, 18 de oro y los 17 kg del ostensorio de Isabel.

Está concebida como una torre gótica de sección hexagonal, escalonada en tres pisos que rematan en una cruz. En su interior se aloja el citado ostensorio. La cruz del remate es obra de Laínez, trabajada con 3 onzas de oro, 5 de plata, 4 esmeraldas y 86 perlas. Fotos D. Blázquez.

El conjunto descansa sobre una peana de plata con sobrepuestos de bronce, en forma de artesa y sostenida por cuatro ángeles de plata, realizada en 1741 por el platero de la Catedral, Manuel Bargas, siguiendo modelos del escultor Narciso Tomé. Fotos Esperón 1963 y Flament 1967.

Por más años que pasen, toledanos y visitantes caen rendidos ante ella cuando su llega su presencia, movidos bien por la fe o bien por la admiración de su imponente belleza. O por ambas cosas… (Foto Marc Flament, 1967).

Tras la Custodia, presidiendo la procesión, desfila el Arzobispo de Toledo, Primado de España, acompañado por 2 canónigos y revestido con la capa pluvial del cardenal Borbón. En las fotos aparecen Guisasola (1918), Gomá (años 30), Plá y Deniel (1962) y Marcelo González (años 70).

Llega el turno de las autoridades civiles y militares, cambiantes a lo largo de la historia. La corporación municipal va precedida de sus sofieles y maceros.

La representación de la Diputación Provincial va precedida por sus heraldos con maza al hombro y una preciosa dalmática de terciopelo verde. Calzan unos llamativos zapatos de puntera curvada.

A continuación, y tras la Universidad regional (incorporada al cortejo en 1991) desfila la Academia de Infantería.

Y hasta aquí el hilo de la procesión. Era lo mínimo que podía hacer por nuestro Corpus en un año tan extraño. Y eso que no he hablado de la víspera: tarasca, gigantones, etc. porque esto sería interminable. Me despido con unos versos que aprendí de pequeño y que recordaré siempre

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