Antes que Neymar y Lewandowski, un crack conquistó a Europa con sus pies.
Se dijo que no jugaba para su selección por posiciones políticas. Tuvo un final trágico y envuelto en misterio.
En el #HiloEnganche de hoy, la historia del primer gran jugador de la Champions League.
Matthias Sindelar nació el 10 de febrero de 1903 en Koslov, un pueblo muy pequeño de Checoslovaquia (hoy República Checa). De familia humilde, a los pocos años de vida debieron mudarse a Viena para buscar una vida mejor perspectiva de vida y recalaron en un barrio de inmigrantes.
La pasión por el fútbol comenzó a muy temprana edad, y rapidamente Matthias destacaba en los partidos entre distritos o colegios. Su habilidad y agilidad lo hacían un jugador excepcional. De a poco comenzaba a forjarse el mito.
A los 14 años recibió un duro golpe: su padre, Johann falleció combatiendo en la 1° Guerra Mundial. El contexto económico era asfixiante, por lo cual comenzó a trabajar para ayudar a su familia. A pesar de las largas horas de trabajo, nunca abandonó el fútbol.
Un dirigente del Hertha Viena, un club muy humilde de su distrito pero con una gran cantera, lo invitó a unirse conociendo su talento. En un principio se negó, pero luego se unió y fue haciendo su camino. Así, a sus 18 años, finalmente debutaría de manera oficial en 1917.
"Der papierene", o "el hombre de papel", como se lo conocería luego por su aspecto físico, ligereza y velocidad, no tuvo un comienzo rutilante. Incluso en 1923 sufrió una lesión en la rodilla derecha que casi lo marginó por completo de la actividad futbolística.
En 1924 el Hertha Viena tuvo que desprenderse de varios jugadores debido a la crisis económica que atravesaba. Entre ellos, Mathias Sindelear, que terminó arribando a lo que era (y es) el club más popular del país: El Austria Viena.
En sus primeros años con el club violeta (que en ese momento se llamaba Wiener Amateur Sportvereinigung), Sindelar ganó dos veces la Copa de Austria (1924/25 y 1925/26) y el torneo local 1925/26. Sin descollar, su buen nivel le permitió ganarse un lugar en la selección austríaca.
Sin embargo, mas allá de sus rendimientos, durante algún tiempo no fue tenido en cuenta para representar a su país. ¿El responsable? Quién luego le cambiaría la vida: Hugo Meisl, uno de los grandes revolucionarios del fútbol en aquél entonces.
Meisl, como el padre de Sindelar, también combatió en la Primera Guerra Mundial. Nacido en Checoslovaquia, no sólo fue un gran entrenador, fue un enorme dirigente: Impulsó la creación de la Mitropa Cup y la Copa Internacional de Selecciones de la Europa Central.
Influido por Jimmy Hogan, Meisl creía que había una forma distinta de la manera británica. Proponía un estilo mas creativo y de posesión, de pases rápidos y desmarques. Era la antesala de lo que luego sería conocido como 'das Wunderteam', el equipo maravilla de los años 30.
Cuando Meisl vuelve a convocar a Sindelar tras un tiempo de ausencia, hace un cambio clave: corre al delantero centro, Friedrich Gschweidl, y lo ubica a Matthias en esa posición.
¿Les suena de algún lado?
Un "falso nueve" en la década del 20.
Con este cambio, la selección austríaca comenzaría una era dorada. Entre 1931 y 1934 ganó la Copa Internacional de Europa Central –en 1932–, goleó 5-0 y 6-0 a Alemania y un inolvidable 8-2 ante Hungría.
Pero también hubo una derrota que fue considerada como una victoria.
El 7 de diciembre de 1932, Austria visitó a Inglaterra en el Stamford Bridge. La importancia del partido era tal que ese día se dictó asueto público. A pesar de la derrota por 4 a 3, el equipo austríaco fascinó a los ingleses. Sindelar fue la gran figura y marcó un golazo.
Al año siguiente, en 1933, Sindelar revalidó su buen momento, esta vez con el Austria Viena. Lo hizo al ganar la Copa Mitropa, dejando en el camino a equipos poderosos como el Sparta Praga o la Juventus. Pero la final, ante el Ambrosiana-Inter (hoy Inter de Milán), fue la clave.
La Copa Mitropa es considerada una de las primeras copas internacionales de clubes en Europa, y en muchos sentidos, se la considera una de las precursoras "no oficiales" de la Champions League.
En un principio, era una Copa que nucleaba a los campeones de los países sucesores del imperio austro-hungaro, sumado al campeón italiano. La primera se jugó en Praga, contó con 8 equipos y la ganó el Sparta Praga. Con idas y vueltas, el torneo se disputó hasta 1992.
Volvamos a la gran final. El 3 de septiembre en Turín se jugó el primer partido. De un lado, Matthias Sindelar. Del otro, Giuseppe Meazza. El Ambrosiana iba a ganar 2 a 1. Quedaba la revancha. Austria Viena vencería 3 a 1 para ser campeón. Sindelar: tres goles y figura. Bestial.
Los próximos años iban a ser de altibajos tanto para Sindelar como para Austria. En 1938 su carrera tendría un quiebre. La anexión de Austria a la Alemania Nazi de Hitler tendría al fútbol como corolario. Para "celebrar" dicha unión, el 3 de abril se jugaría un partido.
Lo que sucedió ese día es uno de los grandes mitos del fútbol austríaco. Austria cometió la osadía de ganar 2 a 0 un partido que debía perder, o a lo sumo empatar. Y se dice que Sindelar incluso llegó a festejar y bailar frente al palco de Hitler.
¿Fue esto realmente así?
El periodista @camilofrancka, autor de la biografía de Matthias Sindelar, afirma que es poco probable que haya sucedido. No hay registros en la época de ese hecho y Hitler incluso estaba en otra ciudad, Graz, dando un discurso.
Lo que sí es real es que es real que luego de la anexión Sindelar se negó en varias oportunidades a integrar el equipo alemán, acusando lesiones reiteradamente. A pesar de esto, no fue perseguido ni tuvo que pasar a la clandestinidad.
Incluso sus vínculos con el nazismo son un poco más oscuros. Gracias a la "arianización" (apropiación de bienes judíos), pudo comprar una casa de café, que fue su negocio tras su retiro como futbolista. Incluso firmó con funcionarios una concesión del Estadio Prater en Viena.
La historia de Sindelar termina de una manera trágica. El 23 de enero de 1939 apareció muerto en el departamento de su novia, quien también moriría horas después. Su partida está envuelta en misterios hasta el día de hoy. ¿Fue suicidio? ¿Asesinato? ¿Qué sucedió?
Muchas versiones hablaron de un suicido por no soportar la anexión de su país; otras de un supuesto asesinato por parte de la Gestapo, la policía secreta nazi, por su condición de judío. ¿El reporte oficial? Muerte por monoxido de carbono. Lo más probable, una muerte accidental.
Al entierro de Matthias Sindelar acudieron más de 15 mil personas. Fue una de las tragedias más fuertes para el fútbol austríaco. Tiene su tumba de honor en el cementerio de Viena. Incluso una calle lleva su nombre en Favoriten, el distrito donde creció.
Así culmina la historia de una de las grandes leyendas del fútbol europeo. Quien quiera saber más de este mito del fútbol austríaco, puede hacerlo en la nota de @Indio_baldao: enganche.com.ar/matthias-sinde…
Hilo realizado por @nahuelzn
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