Muchos dicen que se trata del ataque más fantástico en la historia del fútbol argentino. Su mito, sin embargo, nace de una pregunta de un hincha del que nunca más se supo.
En el #HiloEnganche de hoy, les presentamos a "La Máquina, la delantera mágica que casi no jugó junta".
La década del 40 fue gloriosa para el fútbol argentino. El "estilo criollo" alcanzaba su cénit con jugadores talentosos, equipos repletos de virtudes y estadios que evidenciaban la cultura popular del juego.
Mas allá de los registros en sepia de la época, fue la oralidad futbolera la que fue generando las leyendas y mitos como en las antiguas tradiciones. Ellos le fueron dando contenido a la historia del fútbol argentino.
Y una se destacó por sobre el resto: La Máquina.
La Máquina de River se recita de memoria: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
Generación tras generación se aprendió a encadenar esos cinco apellidos cómo si fuese un mantra. En verdad, esa ofensiva apareció solo en breves momentos y su historia es mucho más compleja.
Eran épocas de goles y más goles con el mítico esquema 2-3-5. El quinteto ofensivo de River podía disponerse ancho como una medialuna, o armando la W en la que se retrasaban Moreno y Pedernera.
De una forma u otra, eran la armonía perfecta de manejo, pase, gambeta y gol.
Pero si vamos a los registros, la historia difiere de la leyenda. Este quinteto nunca disputó un clásico ante Boca y apenas participó de manera marginal en un titulo millonario, el de 1942. En ese campeonato solo disputaron un partido en conjunto. Entonces, ¿cómo surge el mito?
Una primera aproximación es el historial individual. Labruna jugó 514 partidos en River (293 goles), Loustau 367 (101), Moreno 321 (179), Pedernera 288 (130) y Muñoz 198 (41). Sumaron más de 1600 encuentros con la banda roja, pero solamente en 18 coincidieron los cinco.
¿Y el apodo? Su historia es mucho más casual.
En la octava fecha del campeonato de 1942, River visitó y goleó por 6-2 a Chacarita. Los autores fueron Labruna (2), Pedernera (2), uno gol de Moreno y el otro tanto, uno en contra de Ítalo Emanuelli.
La crónica de Borocotó en El Gráfico tenía el presagio en el título: “Jugó como una máquina el puntero”. En el inicio de su nota, el periodista uruguayo contaba que tras el partido un hincha le había preguntado “¿Qué le pareció la máquina?”.
Tres fines de semana más tarde, en un partido contra Platense, Renato Cesarini alinea a Julio Barrios; Ricardo Vaghi, Ferreyra; Norberto Yácomo, Bruno Rodolfi, José Ramos; Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau (debutaba con 19 años). Ahora sí La Máquina estaba completa.
Esa victoria 1-0 ante el Calamar, con un gol de Moreno con la mano, fue la única en la que coincidieron los cinco en el campeonato ganado por River. Recién volvieron a juntarse casi un año más tarde, el 9 de mayo de 1943 en la derrota 3-1 frente a Atlanta.
Tuvieron luego algunos encuentros más: derrotaron a Ferro (3-1), a Racing (5-0) y Chacarita (3-0), y empataron con Central y San Lorenzo (1-1 en ambos casos).
En el torneo de 1944 empataron con Independiente (2-2), volvieron a golear a Racing (5-1), igualaron con Ferro (1-1) y enhebraron victorias ante Chacarita (1-0), Vélez (2-1) y San Lorenzo (2-1) antes de desarmarse.
¿Cuál fue la razón? Antes de que finalizara el torneo, Moreno partió a México por un conflicto salarial con la dirigencia. El delantero rompió su vínculo y se fue al fútbol azteca. Alberto Gallo lo reemplazaría luego en el campeonato que obtuvo la institución en 1945.
La Máquina se volvió a rearmar con la vuelta del Charro en 1946. Fue en un partido ante Chacarita con triunfo por 2 a 1. Y luego dio sus últimas funciones: igualdad con Estudiantes (1-1), victoria ante Ferro (4-1), derrota frente a Lanús (1-2) y empate con Huracán (2-2).
El 17 de noviembre de 1946, en el viejo Gasómetro y frente al Globo con Alfredo Di Stéfano en su ataque, fue la última vez en la que se juntaron los cinco hombres a los que les alcanzaron tan solo 18 partidos para hacerse eternos en el saber futbolero.
Los cinco integrantes de La Máquina también desplegaron su talento con la selección albiceleste, pero nunca en conjunto. En Chile '41 y Uruguay '42 estuvieron Pedernera y Moreno; en Chile '45, Muñoz y Loustau y en Argentina '46, Pedernera, Labruna y Loustau.
Finalizado el campeonato de 1946, Pedernera se fue de River y no volvió más. Siguió su carrera en Atlanta en el '47 y en 1948 pasó a Huracán, desde donde encabezó una histórica huelga de jugadores y se convirtió en uno de los fundadores de Futbolistas Argentinos Agremiados.
Destacado como el cerebro de La Máquina, Pedernera se volvió un DT de referencia. Dirigió a Boca y fue uno de los impulsores de La Candela para la formación de juveniles. Luego entrenó a la selección y se alejó del fútbol tras su último paso por Banfield. Falleció en 1995.
Moreno jugó por última vez en River en 1948, al año siguiente emigró a Chile y se sumó a Universidad Católica y regresó al país en 1950 para ser futbolista de Boca. Tras su retiro, volvió a River como técnico en 1963. Es el único en haber jugado y dirigido en River y Boca.
El Charro integra el, para muchos, póker de ases del fútbol argentino con Di Stéfano, Maradona y Messi. Fue el primer integrante de La Máquina que murió, en 1978 a los 62 años.
Muñoz dejó River en 1950 y se retiró en Platense tres años más tarde. Había hecho su camino en inferiores en Independiente, luego pasó a Sportivo Dock Sud y en 1939 lo compró River. Fue el último sobreviviente de La Máquina hasta su muerte en 2009.
Loustau siguió gambeteando en River hasta 1957 y dejó la actividad profesional al año siguiente tras un paso breve por Estudiantes. Considerado por algunos como el mejor wing izquierdo en la historia de nuestro fútbol, falleció en enero de 2003.
Labruna es River. Es uno de los máximos ídolo de su historia, sino el máximo. Es el que más goles hizo y el más veces campeón, con 22 títulos. Jugó dos décadas con la banda roja, hasta 1959. Se retiró en Platense en 1961 luego de disputar dos partidos en Segunda División.
Ya como entrenador, Labruna volvió a River en 1963 y tuvo su segundo ciclo entre 1968 y 1970. Nuevamente tomó la conducción en 1975 para ser el DT que cortó la peor racha en la historia del club, prolongada en 18 años sin vueltas olímpicas.
Luego conquistó cinco títulos más.
En 1967 dirigió en simultáneo a Platense, en Primera, y Defensores de Belgrano, en Segunda División. Como técnico también pasó por Lanús, Racing, Chacarita y Talleres. Era el DT de Argentinos Juniors cuando murió en 1983.
Con solo 18 funciones, La Máquina fue más un unicornio en la historia de nuestro deporte. Aún así, con un puñado de partidos, esa delantera mágica se las ingenió para volverse eternos en la memoria del fútbol argentino.
Quien quiera conocer más detalles sobre la legendaria delantera riverplantese y su historia, puede hacerlo en la siguiente nota, surgida de la pluma del Rubicón: enganche.com.ar/la-maquina-de-…
📝 Hilo realizado por @nahuelzn
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