Hoy traemos un súper hilo sobre el uso y el consumo de las drogas en el Imperio Romano, donde hablaremos sobre qué tipos de droga consumían los romanos, si era legal su consumo, para qué y porqué se consumían o si se censuraba su uso. Así que sin más dilación ¡EMPEZAMOS!
Empezamos con la marihuana, se sabe que en tiempos del Imperio Romano era frecuente consumir flores de cáñamo hembra en reuniones con el objetivo de incitar al disfrute y a la hilaridad de los participantes. Se cree que esta costumbre venía de los griegos o de los celtas.
Pero aunque la marihuana se consumió con frecuencia, las drogas protagonistas de la época romana fueron el opio, procedente de la adormidera, y el vino, procedente de la vid. (Como curiosidad decir que la adormidera “hispana” estaba considerada como de las mejores).
Hay muchos ejemplos de usuarios de opio en Roma, pero quizás el más famoso fue Marco Aurelio a quien Galeno le recomendó que empezara las mañanas con una porción de opio “tan grande como un haba de Egipto y desleída en vino tinto”.
Básicamente todos los emperadores anteriores usaban a diario el opio. Los emperadores Nerva, Trajano, Adriano, Septimio Severo o Caracalla incluso usaron el opio como eutanásico, algo que no sólo hicieron emperadores, sino plebeyos y patricios por igual.
Plinio el Viejo recomendaba la eutanasia como forma de muerte porque: “de los bienes que la naturaleza concedió al hombre, ninguno hay mejor que una muerte a tiempo, y lo óptimo es que cada uno pueda dársela a sí mismo” (Nat. Hist., XVIII, 2, 9)
En el tratado médico más importante de la Antigüedad, Materia médica, Dioscórides describe el opio de la siguiente manera: “quita totalmente el dolor, mitiga la tos, refrena los flujos estomacales y se aplica a quienes dormir no pueden”.
Aunque la demanda del opio siempre excedía la oferta sabemos que durante el Imperio Romano, a esta droga se le fijó un precio por la administración ya que estaba considerada un producto básico, al igual que la harina, y de este modo se evitaba la especulación con el opio.
En el 301, Diocleciano tenía fijado el precio de 17,5 kg de opio en 150 denarios, un precio “razonable” teniendo en cuenta que 1 kg de hachís (cuyo precio no estaba regulado) costaba 80 denarios. La venta del opio representaba el 15% de toda la recaudación fiscal romana en el 312
A pesar de que en el Imperio Romano había millones de usuarios de opio, en ningún momento se consideró a sus consumidores como marginados sociales o “yonkis” y la venta de este producto jamás fue considerada un acto ilegal.
El consumo de esta droga era una costumbre más como puede ser para un humano actual tomarse un café mañanero o disfrutar de una siesta de 30 min por las tardes. Mientras que en Roma no existe la palabra opiómano sí que hay bastantes para referirse a un alcohólico.
Y es que beber vino estaba bastante peor considerado que consumir marihuana u opio ya que el alcohol sí que generaba conflictos sociales y personales. Si para los romanos el opio fue el Cristiano Ronaldo de las drogas, el vino fue Messi, dios y señor de las drogas.
El vino llegó a formar parte de la propia identidad romana, tanto como el anfiteatro o el teatro, llegándose a crear una especie de culto hacia el vino (algo que tomaron prestado de su provincia griega y de su dios Dionisio).
Los romanos democratizaron el vino (como Fraga democratizó el turismo) y siempre hubo vino disponible para todos, desde el esclavo más bajo hasta el aristócrata, pasando por el campesino. El vino fue una necesidad vital diaria para cualquier romano.
Al ser necesidad para todos, los romanos pronto llevaron la viticultura y la producción de vino a todos los lugares conquistados donde era posible cultivar buena vid como Hispania o Galia, entre otras cosas para asegurar un suministro estable para los soldados y colonos romanos.
Las obras de autores clásicos romanos como Catón, Columela, Horacio, Paladio, Plinio, Varrón y Virgilio nos hacen entender a día de hoy cuán importante fue el vino para la cultura romana, así como las técnicas de su producción o las costumbres que giraban en torno al vino.
El consumo medio de vino del hombre romano oscilaba entre 1 litro o 5 litros al día. Y digo hombre porque por tradición tanto mujeres como menores tenían prohibido beber vino, una tradición a la que no se hacía mucho caso, pero como siempre tenemos casos extremos:
Tito Livio cuenta como un patricio mató a su esposa cuando la descubrió bebiendo y también nos habla del caso de una soltera que fue condenada por su familia a morir de hambre por ser pillada abriendo el armario donde estaban las llaves de la bodega familiar.
Podríamos estar hablando horas sobre el vino en el Imperio: el dios Baco y las bacanales, su uso como herramienta propagandística de conquista… pero creemos que el lector prefiere que hablemos de drogas “duras” ya que muchos no considerarán al vino ni siquiera una droga.
Algunas “drogas duras” sí que fueron prohibidas, pero sólo en ocasiones especiales. Por ejemplo, el emperador Alejandro Severo prohibió el uso de la datura de estramonio (planta alucinógena), pero solamente en los burdeles napolitanos. Así fueron las prohibiciones de la época.
Y es que la mayor parte de los pensadores romanos buscaban la sobria ebrietas como meta (el control corporal de las sustancias) como forma de llegar al autoconocimiento y para poder disfrutar de la relajación con dignidad por lo que recomendaban el uso de drogas de vez en cuando.
Por hoy paramos ya, pero si vemos que este hilo sobre drogas en el I.Romano gusta y tiene difusión seguiremos escribiendo sobre el tema. 😁
🍄💉🍷FIN DE HILO🍷💉🍄
Y con esto cierro el Al-manake por ahora, pero no desesperes, pronto volveré con más quehaceres y placeres.
Se me olvidaba, la fuente es:
📚📚📚Historia general de las drogas de Antonio Escohotado.📚📚📚
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