Emilio Tejera (emilio-tejera.blogspot.com) Profile picture
Escritor por amor a primera vista, siempre con una historia en marcha. Científico apasionado por la divulgación. Hallaréis textos míos en https://t.co/xJS3Y5topL

Feb 21, 2021, 48 tweets

Una ciudad se define como un asentamiento permanente para que la gente viva.
Pero hay ciudades que no cumplen esa definición. Porque son móviles, no están hechas para vivir, o la mayoría de sus habitantes están muertos.
Bienvenidos a algunas de las ciudades más extrañas del mundo

Se cuenta una anécdota de Sócrates, sentado a las puertas de Atenas, a quien los extranjeros le preguntaban cómo era la ciudad, y él les interrogaba en cambio por su urbe. Cualquier cosa que le dijeran los visitantes sobre su lugar de origen, Sócrates lo aplicaba también a Atenas

¿El mensaje? Todas las ciudades son iguales, y dependen de la perspectiva del observador. Claro que hay algunas que son objetivamente distintas del resto. Aquí no vamos a nombrar todas (nos faltaría espacio) pero sí algunas de las más interesantes y menos publicitadas entre ellas

Por ejemplo, lo mínimo que se espera de una ciudad (desde el Neolítico) es que ésta sea un asentamiento fijo. Al fin y al cabo, ésa es una de las bases de la civilización: el hombre deja de migrar y se pone a residir de manera permanente en un sitio.

No obstante, la cosa no está tan clara. Göbekli Tepe es un yacimiento arqueológico en Turquía. Es el santuario más antiguo del mundo. Se cree que fue edificado por cazadores-recolectores. Es decir, que construyeron templos… antes de vivir en ciudades, cuando todavía eran nómadas

Luego enterraron este enclave (en cierto sentido, la ciudad más antigua conocida), por razones que ignoramos, hasta que llegaron los arqueólogos. De todas maneras, todavía hay muchas cosas que desconocemos sobre este lugar, y pasarán años antes de que desentrañemos sus secretos

Desde entonces, una ciudad equivale a una población sedentaria. Más allá de fantasías futuristas (como la distópica película “Mortal Engines”), o de proyectos utópicos de ciudades móviles que se crearon en el siglo XX, como el famoso de Archigram: creacuervos.com/conoce-las-ciu…

Pero ahora mismo, no sólo existen ciudades móviles, sino flotantes. En pleno siglo XXI.
Y no me refiero a flotantes como Venecia, cimentada sobre las aguas. Flotantes porque de verdad flotan, y porque se pueden mover de verdad.
Por ejemplo, esta población en Camboya.

En el Sudeste Asiático existe una gran tradición de estructuras flotantes, favorecida por inmensos ríos que sirven a su vez como vía de comunicación.

Por ejemplo, este mercado flotante que se levanta de manera periódica en el Mekong.


Sin embargo, Camboya es un país especial. En su interior se aloja el lago Tonlé Sap. Durante la época seca, a sus aguas llegan varios ríos. Pero, en la época de lluvias, el lago multiplica su tamaño y se invierte el curso natural de los ríos, así que fluyen en sentido contrario

Teniendo en cuenta que hay zonas del lago que pueden estar cubiertas o no según la época del año, es útil poseer casas que puedan moverse según las circunstancias. Pues esto es lo que ocurre en algunas villas de esta zona del mundo.


Los edificios flotan, y las aldeas se pueden desplazar según la circunstancia, como es el caso de Kampong Luong, que llega a moverse hasta 5 km. Obviamente, la mayoría de los habitantes de estas poblaciones se dedican a la pesca, y casi todos los traslados se hacen en barca.

Lo opuesto a una ciudad flotante es una sumergida. Habréis oído hablar de algunas, que han quedado cubiertas por tsunamis, terremotos, o presas que los han inundado. Schicheng, en China, se ha hecho particularmente famosa, pues ahora es una atracción turística para los buceadores

En España tenemos una triste tradición de pueblos anegados por las presas, y de leyendas sobre campanas que siguen tañendo bajo las aguas. Un caso especialmente sangrante es el del pueblo de Lacort, que fue evacuado porque iba a construirse una presa que nunca llegó a edificarse

Una ciudad sumergida es una forma más de ciudad abandonada. La fascinación que ejercen sobre nosotros estos lugares los han hecho muy populares en Internet, así que no nos extenderemos. Pero sí pondremos unos pocos ejemplos de motivos que pueden llevar a abandonar un asentamiento


Por ejemplo, por razones económicas: pueblos cuya industria principal ha dejado de ser rentable. O el sitio ha perdido el interés por el cual fue creado, como es la base Wilkes en la Antártida, hoy congelada la mayor parte del tiempo, y que emerge de los hielos cada 4-5 años.

Por desastres naturales, como Craco, evacuado por un corrimiento de tierra en los 60, hoy escenario para varias películas; como varios pueblos de Arkansas que quedaron despoblados como consecuencia de la gripe del 18; o como Villa Epecuén, en Argentina, anegada por una inundación

Por accidentes menos naturales, como el famoso Chernobyl, o Centralia, donde el incendio de una mina subterránea provocó que las grietas del suelo del pueblo expulsaran llamas y gases tóxicos. O que quedan como testimonio de los horrores de la guerra (caso de Belchite en España)


La capacidad de la gente para permanecer en estos lugares, a pesar de las dificultades, es fascinante: hay habitantes que se han empeñado en vivir en Villa Epecuén, en Chernobyl y hasta en Centralia, la cual arderá hasta el siglo XXIII, pero la iglesia oficia misas semanales

Muchas de estas ciudades están revitalizándose mediante movimientos espontáneos u organizados, a partir de residentes que resistieron o quieren empezar de nuevo. Aunque no en todas es posible porque en algunas está prohibido el acceso. Entramos en el concepto de ciudad cerrada

Una ciudad cerrada es aquella en la que el movimiento de la población está estrictamente controlado por las autoridades: puede ser por su peligrosidad pero, sobre todo, suelen crearse por su importancia estratégica, ya sea militar o industrial.

El ejemplo más famoso es de las ciudades secretas de la URSS, asociadas a sus industrias nucleares, que oficialmente no constaban en los mapas, y que Nolan mencionó en su película Tenet. Muchas veces se las conocía por un número, o por el código postal al que llegaban las cartas

Podríamos contar muchas cosas sobre estas ciudades, pero nos eternizaríamos y creo que tenéis información en otros sitios. Lo único que vamos a mencionar aquí que estas ciudades ahora son “casi normales”, aunque todavía mantienen ciertas restricciones. theguardian.com/cities/2016/ju…

Por ejemplo, un amigo que quiso viajar a una de ellas sólo podía alojarse en un hotel concreto (¿el de los micrófonos?); si no, debía pedir un visado especial. Pero no está mal para una ciudad donde sus residentes cortaban todo lazo con su familia, o contactaban bajo supervisión

Pero no creamos que la URSS ha sido la única que ha tenido esta clase de ciudades cerradas/secretas. Asociadas a proyectos militares (como el Proyecto Manhattan, asociado a la bomba atómica en EEUU) o estratégicos, otros países han poseído o poseen ciudades de este tipo.

Un caso particular es el pueblo de Imber, en Inglaterra, desalojado durante la 2ª Guerra Mundial para que sirviera de preparación a las tropas para el día D. Desde entonces, el ejército ha mantenido vacío para tener un lugar donde desarrollar sus maniobras de guerrilla urbana.

Hoy, en el pueblo, sólo sigue funcionando la iglesia (parece que eso es lo último que abandona la gente), y de vez en cuando se abre a los turistas.

Un caso curioso es el de las poblaciones que no es que se abandonen, es que ni siquiera se ocupan. No hablaremos de Seseña. Sí de Mussolinia, una ciudad que, durante el fascismo, las autoridades sicilianas propusieron crear en honor a Mussolini, a lo que éste se mostró complacido

El problema fue cuando, un par de años más tarde, Mussolini quiso ver cómo iba el proyecto de su ciudad. Por lo visto, las autoridades no habían hecho mucho al respecto, así que -cuenta la leyenda- montaron un escenario de cartón piedra para enseñarle a Mussolini los progresos.

Sin embargo, Mussolini acabó siendo informado del engaño y montó en cólera. Lo cierto es que el proyecto de Mussolinia se estancó y, después de la guerra, nadie tuvo interés en retomarlo.

Pero ésta sí se llegó a construir: se trata de Abades, una población de 34 edificios en Tenerife que se levantó en el franquismo para albergar a cientos de personas. Sólo que estos habitantes no estaban allí para vivir, sino para morir. Porque la ciudad era un gigantesco lazareto

Desde antiguo, para evitar la propagación de epidemias, se han construido enclaves aislados donde se enviaba a los enfermos. En el caso de la lepra, muchas veces se prefería que los leprosos se quedaran allí, incluso después de curados, para no sufrir rechazo de la sociedad

Después de la Guerra Civil, la lepra era un problema tan acuciante no sólo en Canarias, sino en toda España, que se construyó una ciudad para leprosos en Arico, en la isla de Tenerife, con todos los servicios, incluyendo una población sana que los auxiliara.

Sin embargo, por aquellos años empezaron a descubrirse los primeros tratamientos efectivos para la lepra, y la ciudad fue abandonada sin estrenarse. Durante un tiempo lo empleó el ejército para prácticas de tiro. Ahora, lo amenazan los grafitis y los futuros planes urbanísticos

Pero existe un caso muy particular de ciudades donde vive gente y, sin embargo, hay más habitantes muertos que vivos.

Porque sus habitantes residen en un cementerio.

En realidad, hay 2 cuestiones distintas. Vamos a ir primero a lo de más habitantes muertos que vivos.

El lugar que más se ajusta a esta definición es Colma, en California. Tiene 17 cementerios, y la proporción de residentes muertos frente a vivos es de 1000 a 1

¿El motivo? San Francisco prohibió los cementerios dentro de la ciudad, y decidió trasladar a sus "habitantes" a la cercana Colma (por cierto, a 10 dólares por lápida; si no, éstas se usaban en obras públicas). Ahora se la conoce como "La ciudad del silencio".

Aunque muchos de sus habitantes (los vivos, claro), se dedican a labores relacionadas con las tareas funerarias, la ciudad se ha diversificado, pero no ha perdido su carácter único. Tanto, que el lema de la ciudad es la frase (llena de humor negro) “Es genial estar vivo en Colma”

Pero ahora, vamos al otro caso. Donde la gente vive en un cementerio, LITERAL.

La mayor parte de la gente sin hogar de las ciudades malviven por las calles o se buscan la vida en albergues. Pero, en algunas ocasiones, se alojan en los camposantos de la ciudad.

En una especie de pacto tácito, ellos ocupan mausoleos que les refugian y protegen de las inclemencias del tiempo y, a cambio, cuidan y mantienen en buen estado para las familias el lugar de descanso de sus difuntos. Como es el caso de la Ciudad de los Muertos en El Cairo.

No poseo fotos propias, ya que no me parecía respetuoso hacerlo, pero os puedo asegurar que aquel lugar se hallaba lleno de vida, y que aquellos sin techo disponían de una dignidad que muchas veces no existe en nuestras inhóspitas, agresivas, aceras de nuestras ciudades normales.

Y podríamos seguir hasta el infinito, pero en algún punto tenemos que poner el final. Hay otros tipos de ciudades extrañas, cada una a su manera, pero de ésas hablaremos otro día, o podéis mencionarlas en los comentarios.

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Y si no te ha explotado la cabeza, entra en este hilo de hilos de hilos para descubrir más historias sobre arte, medicina, literatura:

Disfrutad de vuestra ciudad. A pesar de que a veces no sea todo la acogedora que debiera. Como habéis visto en algunos ejemplos, podría ser peor

Hoy, cerca del bosque donde se iba a levantar Mussolinia se alza el (auténtico) pueblo de San Pietro. La historia, entre otros sitios, la contaban los escritores siciliano Leonardo Sciascia, y Andrea Camilleri en "Privado de título"

Sobre Abades podéis encontrar más información aquí: isladetenerifevivela.com/2016/05/abades…

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