Una semana del streaming de @LosFundaok. El paso del tiempo dirá si fue histórico. Tuve la suerte de poder ver de cerca cómo se grabó y de lo que sí estoy seguro es que tuvo características muy particulares que paso a explicar en este hilo.
Las ruinas de Villa Epecuén están a 7km de Carhué, un pueblo de 10 mil habitantes del suroeste de la provincia de Buenos Aires al que se llega por las rutas 520 y 60, luego de pasar por Lobos, Saladillo, Bolívar. A 2 horas y media están Sierra de la Ventana y Bahía Blanca.
Para Carhué fue todo un acontecimiento la presencia de este show llamado "A Los Pájaros". Piensen que de un día para el otro llegaron casi 200 personas para trabajar en la producción y se instalaron en hoteles, hosterías, departamentos, casas. ¡Se alteró la tranquilidad!
Un día yendo a la prueba de sonido paramos a comprar unas birras en un kiosco y había un mono gigante en un árbol. Y después pasamos por el ex Cine Sud, que quedó abandonado tras la inundación de 1985, tenía pintado con aerosol en la puerta: "Hoy estreno ET".
Otro día después de almorzar nos fuimos con @kvkfotos en busca de un heladito digestivo y en la esquina de la heladería había un cuadro de una foto suya del Indio en las ruinas de Epecuén. Aquella famosa sesión de fotos es el link directo con este show.
Indio y Edgardo fueron en 2010 para hacer unas fotos increíbles en ese paisaje. Pararon en Carhué, por supuesto, y KVK nos contó en el documental una anécdota del Indio yendo al kiosco a comprar chicles como si nada. "Tengo que dejar el chupi", debe haber pensado el kiosquero.
Bueno, para llegar a las ruinas desde Carhué hay que hacer unos 7km por un camino de ripio. Se va re tranqui, disfrutando del paseo. De hecho hay mucha gente que lo hace en bici, corriendo, caminata. Es algo habitual ir y venir de ahí hasta el pueblo.
Cuando faltan 2km para llegar, a mano derecha, te encontrás con el enigmático Matadero Modelo del arquitecto Francisco Salamone, donde KVK le hizo al Indio una foto tremenda que ahora repitieron Los Fundamentalistas. El Indio es un admirador de la obra de Salamone.
Francisco Salamone fue un arquitecto italiano que entre 1936 y 1940 hizo más de 60 edificios en 25 municipios de la provincia de Buenos Aires con un estilo monumentalista que buscaba erigir construcciones gigantes en contextos urbanísticos de baja altura. Un distinto.
Carhué, Azúl, Guaminí, Pellegrini, Rauch, Tornquist, Puán, Alberti, Laprida, Vedia, Coronel Pringles son algunos de los lugares donde están sus palacios municipales, cementerios, plazas y mataderos. Para los que tienen auto, planazo hacer la ruta de Salamone. Y sumarle pulperías.
Las ruinas de Villa Epecuén están dentro de una reserva natural municipal que protege el ambiente natural, histórico y cultural de la Laguna Epecuén que tiene 160 km2 y 10m de profundidad. Es 5 veces más grande que la de Chascomús y 10 veces más chica que la de Mar Chiquita.
Es increíble que está lleno de flamencos porque les encanta ¡el único! ser vivo que hay en la laguna que es una especie de crustáceo llamado artemia salina. Es la 2da reserva de flamencos más importante de América. Cuando rescatan algunos de estar en cautiverio, los liberan ahí.
Villa Epecuén, el balneario que estaba a orillas de la laguna, creció a partir de la década del ‘20 gracias a las propiedades curativas del agua que tiene 10 veces más de sal que el mar y 30 minerales distintos. Una especie de Mar Muerto en nuestra provincia de Buenos Aires.
El día clave en toda esta historia es el 10 de noviembre de 1985 cuando, luego de varios años en los que los niveles de laguna crecían por las lluvias y no se hacían obras al respecto, el terraplén que protegía al pueblo cedió y hubo que evacuar de urgencia al pueblo entero.
Durante 20 años la ciudad estuvo bajo el agua hasta que empezó a ceder y dejar al descubierto este paisaje post apocalíptico, con edificios en ruinas y árboles petrificados que empezaron a atraer un tipo de turismo distinto al termal. Es más histórico y fotográfico.
Me re colgué contando la historia, les pido disculpas, pero bueno, es sábado pandémico, no hay mucho para hacer. Volvamos al show. El escenario se montó de frente a la Laguna y de espaldas a la estructura (por así llamarla ja) del ex topísimo Hotel Monte Real.
¿Por qué no hay precedentes históricos de un espectáculo de esta características en Argentina? Porque si bien, por poner un ejemplo, Divididos había tocado en Tilcara con el paisaje de fondo, acá se hizo una producción enorme en un lugar inhóspito desde el punto de vista técnico.
Piensen que el enchufe más cercano estaba a 7kms. Me contaba @EduRyR de @rockyreggae, productor al que le gusta complicarse la vida con gestas heroicas, que tuvieron que llevar 4 generadores eléctricos desde CABA y sumaron 1 más de B. Blanca. Se alimentaron con 3000lts de gasoil.
Mismo el agua, que es algo básico. Hubo que llevar hasta ahí cada centímetro cúbico que consumieron las personas involucradas durante días: para beber, cocinar, lavar, baños, lo que sea. Lidiás con cosas que en cualquier otro lugar están resueltas fácilmente.
Otra particularidad fue la puesta en escena. @MambruOK, director de @CraneoFilms, manager fundamentalista y coordinador general de todo este quilombo, me contó que la idea fue que tuviera "una estética cyberpunk, que no sea moderna, pero tampoco vieja, una fusión".
Junto a su hermano Leandro Mera (@nadaquedo), que fue el director de fotografía, tuvieron el desafío de lograr una mixtura entre un show potente a nivel luces pero que a la vez mostrara el entorno del lugar. Que ninguno de los dos aspectos estuviera sobre el otro.
El cyberpunk es un subgénero de la ciencia ficción que refleja visiones distópicas del futuro combinando tecnología avanzada con un bajo nivel de vida. Esos tramos enormes de pantallas de LED, disparando visuales en medio de escombros y árboles muertos, son el mejor ejemplo.
Un actor muy importante en todo esto fue el iluminador Maxi Marrone (trabajó con Fuerza Bruta) que tuvo que ingeniárselas para poder mostrar de noche la inmensidad del lugar. No quedarse sólo en los límites del escenario, sino trabajar la profundidad y perspectiva. Eso se ve.
Para lograrlo no se necesitaron más recursos que para un show común de Los Fundamentalistas (200 luminarias creo que me dijo) sino creatividad e inteligencia para poder cubrir algo así como 3000 metros cuadrados. ¿Cómo hicieron?
Iluminaron edificios, casas, árboles, calles. ¿Dificultades? Dice Maxi: "Las distancias. Entre el escenario y el último punto iluminado habían 150 metros. Y también trabajar todo el tiempo entre escombros. Había agujeros en el piso que no sabés hasta dónde podían llegar".
Otra cosa muy flashera fue el trabajo con el atardecer que es increíble en ese lugar. Cuando se esconde el sol, empiezan a pasar los minutos y los colores van cambiando y mostrándote diferentes escenas de las ruinas, los árboles, la laguna, los pájaros. Una locura.
En la prueba de sonido se cronometró para ver cuál era la hora indicada para arrancar al otro día. El repertorio coincide con el paso de claridad a oscuridad de la música y letras. Los últimos segundos de atardecer formaron literalmente "un galpón de luz" en el "Templo de Momo".
Todos los aspectos tenían el cuidado y respeto que se merece de la obra que se estaba representando. Hasta las listas de temas estaban hechas en hojas negras y letras blancas para que no llamen la atención en los planos aéreos.
Hablando de filmar. Para grabar el streaming se usaron 16 cámaras HD, 2 drones, 1 grúa de 14 metros y un equipo de exteriores de última generación. Y hubo gente dedicada exclusivamente a grabar planos del lugar para esa introducción cinematográfica del show y para los intermedios
Un momento que no me olvido más. Yo me iba moviendo para verlo desde diferentes puntos. Y me subí a una montaña de escombros, me siento ahí con una birra y empiezo a ver salir a lo lejos, por una ventana de una casa, la luna llena gigante de color naranja. Acá se ve.
Otra cosa curiosa tuvo que ver con la gente del lugar y me voy a tomar el tiempo para explicarlo. Lo que yo percibí cuando llegamos, no sé si fue deliberado, es que la onda era tratar de pasar desapercibidos para que no se corriera la bola de locación y se arruine la sorpresa.
Tenía sentido. Si el primer día empezaba a circular que LFAA estaban por tocar en tres o cuatro días en Epecuén, por ahí los ricoteros se mandaban porque son unos locos lindos, van y copan lo que sea, no les importa. Pero en este contexto pandémico no era lo más aconsejable.
El primer día, en las ruinas, que por supuesto eran de libre acceso, salvo la parte vallada donde se estaba armando todo, una familia me preguntó qué estaba pasando y lo único que se me ocurrió fue "estamos filmando una publicidad".
Eso fue imposible de sostener en el tiempo. A la banda ya la reconocían, les pedían fotos, y lo único que se les decía era que no la publiquen hasta el estreno del show. Es más, el día que se grabó esto, cayeron unas 50 personas que se las hizo pasar y se les pidió lo mismo.
Lo que pasó es que, aunque estaba ese vallado delimitando, no había ningún operativo de seguridad porque era al pedo, pero empezó a llegar gente y se iban a ruinas alejadas y se subían a techos de casas y era medio peligroso. Entonces se las dejó estar. "Pero no bardeen eh".
Esa noche nadie sacó una foto. No volaba una mosca entre tema y tema. Mucho respeto. Hasta que creo que fue Pablo Sbaraglia que dijo algo así como que se extrañaba a la gente (¡sin saber que había público!) y ahí se pusieron a gritar todos y se picó, todos cantando. Fiesta.
En la era de la hiper conectividad, donde todo se expone y se publica, hubo un pacto de silencio entre un pueblo y una banda. Y se cumplió. Porque posta que era una producción imposible de ocultar y no se supo nada hasta que Los Fundamentalistas quisieron contarlo.
Algo parecido pasó cuando se liberó el show en YouTube cuando falló Ticketek. Nadie se enojó porque el resto fuera a verlo gratis. El que paga es porque sabe que gracias a eso se puede hacer la movida. Y si después lo ve alguien que no tiene, está todo más que bien.
Los ricoteros fueron demonizados desde siempre por los medios y tienen mejores valores que los garcas de la televisión que viven levantando el dedo y viviendo de la carroña.
En cuanto a lo musical, no hay mucho más para decir que lo que está a la vista cuando esas canciones son tocadas por esos monstruos. Lo que sí, y ni idea si fue buscado o no, para mí este show revaloriza temazos del Indio que a veces pasan desapercibidos entre tantos himnos.
Me refiero a...
A los pájaros que cantan sobre las selvas de internet
Te estás quedando sin balas de plata...
Adieu! Bye Bye! Aufwiedersehen!
Beemedobleve
Amok! Amok!
Una rata muerta entre los Geranios
Cuento una boludez para cortar un poco con la solemnidad...
En “Te estás quedando...” me estaba re meando y fui a un baño químico que estaba a una cuadra y entré a caminar en medio de la noche, todo en ruinas, luna llena y empecé a mal flashear peli de terror por la onda del tema y me pasó por adelante un murciélago LA CONCHA DE TU MADRE.
Los temas nuevos. Es lógico sentir que "Encuentro con un ángel amateur" sea una despedida del Indio, pero no hay que perder de vista que la muerte es un tema recurrente en su obra hace años. Después está en cómo lo siente cada uno. Para mí el arte es inmortal.
A Virginia le escribió "Y mientras tanto el sol se muere" hace 15 años, tenía 57 y ya le estaba diciendo que la vida era corta, que la iba a buscar en la eternidad y que la iba encontrar en la oscuridad. Y sin embargo acá lo tenemos todavía al Indio haciendo música por suerte.
Me hace acordar a mi vieja que cuando éramos chicos nos decía “cuando yo no esté” y nosotros “baaaaasta”. O sea, ya sabemos que en algún momento te vas a morir pero no queremos pensar en eso. Ya nos pondremos mal cuando suceda. Mientras tanto, disfrutemos.
Creo que mientras haya un Indio activo como el de ahora, acompañado por una banda tremenda capaz de encarar estas cosas, con un equipazo en funcionamiento y un público con las cosas claras dispuesto a apoyar todas las movidas... no veo por qué pensar en términos de despedida.
Para terminar. En los días previos, viendo lo increíble que estaba por suceder, me pareció que había que armar un festejo acorde, después de que todo saliera bien, algo acorde a semejante epopeya. Los técnicos me dieron una mano y armamos terrible set para DJ Escombro.
Gracias por la onda y los comentarios, ahí los leo todos. La idea era revivir un poco lo que había pasado y compartir este rato.
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