Os cuento rápido por qué creo que el resultado de las elecciones en Madrid es bueno para el conjunto de España: pueden suponer la muerte del virus que ha puesto en grave riesgo el milagro del espíritu de #concordia de la Transición Española.
No lloréis con Pablo, es un gran día.
Podemos ha actuado como un virus sistémico en nuestra democracia, alojando su discurso en el adanismo bienintencionado de quien reconocía fallas en el sistema pero no adivinaba que quienes las denunciaban encarnaban males mayores. "¿Comunismo o libertad? Comunismo, qué cojones."
Por eso, el virus de Podemos se alojó en las mentes jóvenes acomodadas. Nunca en los más mayores, en gente con experiencia que conocía inconscientemente la teoría de la Ley de Hierro de la Oligarquía de Michels.
Los más mayores ya conocían nuestros males. Pero también sabían que ni tan mal. ¿Que había corrupción? Lo sabían. ¿Que la justicia era lenta para esos casos? También. ¿Que había opciones mejores? Lo dudaron.
Y dudaron también de las formas. Podemos encarna el orgullo de aquello de lo que la gente de bien se avergüenza: el orgullo de revancha, el orgullo del rencor, la naturalización del insulto... Y que tan mal resultado nos dio.
Vuelvo a Michels, que formulaba la "ley de hierro de la oligarquía", en la que afirmaba que "tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría"; la idea básica es que toda organización se vuelve oligárquica. Algunas en tiempo récord.
Ni el ascenso ni la caída de Podemos se explican sin Pablo Iglesias. Sus discursos simples alrededor de temas fáciles de digerir lo hicieron crecer y su autoritarismo chulesco lo hundió. Ese "quitad que ya voy yo" desde la Vicepresidencia fue otra muestra de ello.
Un sector de la población, las mujeres, han rechazado esas maneras de macho alfa en el seno del partido más masculino del arco parlamentario. 'Nosotras Podemos', 'Unidas Podemos'... "Nosotras".
Bueno, 7 años en la historia política de un país con 500 años de historia son apenas un resfriado. Espero que nos hayan servido de vacuna. Ahora continuemos con la lucha política en democracia.
Volvamos a la pugna con los adversarios políticos, pero no los hagamos enemigos. Respetemos las instituciones del Estado de Derecho. Recordemos nuestra historia. Abandonemos las pendientes deslizantes que nos pudieron hacer descarrilar como sociedad.
Recuperemos el espíritu de concordia del 78. Recuperemos la ilusión por construir. Recuperemos el orgullo de lo que somos y la esperanza de lo que podemos llegar a ser. Porque nos hace mucha falta.
#QueVuelvaLaConcordia
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