¿Serías capaz de comer un cuerpo de un amigo o de tu madre para sobrevivir mientras eres rescatado?
Un accidente aéreo en los Andes, llevaría a un equipo de Rugby uruguayo a tomar medidas extremas para sobrevivir.
¿Milagro ó Pesadilla?
Abro hilo🧵
El equipo escolar de rugby Old Christians Club de Montevideo tomaría un avión de la Fuerza Aérea uruguaya para viajar el 13 de octubre de 1972 a Santiago de Chile.
Iban a jugar un partido contra el Old Boys en esa ciudad.
Pero el avión FH-227D, nunca llegaría a su destino.
"Estábamos volando sobre los Andes y estaba muy nublado.
En un momento, una de las aeromozas dijo a los pasajeros "abróchense los cinturones, vamos a atravesar unas nubes y el avión va a temblar".
Efectivamente, el avión empezó a temblar.
Alguien me dijo que mire por la ventana, estábamos volando muy cerca de las montañas.
Algunas personas decían: no quiero morir.
El avión intentó ganar altitud, pero se estrelló".
Realata Roberto Canessa, uno de los sobrevivientes.
"Me agarré de mi asiento muy, muy fuerte. El avión perdió las dos alas y empezó a deslizarse por las montañas.
Cuando por fin se detuvo, salí volando con una fuerza increíble hacia una "pared" que estaba delante.
Me di un gran golpe en la cabeza y sentí que me desmayaba.
No podía creer que el avión se hubiera detenido.
Vi que mis piernas seguían ahí, mis brazos seguían ahí, había sobrevivido.
No podía creerlo. Miraba a mi alrededor y todo era un desastre. Algunos estaban muertos, otros estaban heridos, sangrando, o atravesados por el metal"
El avión con 45 pasajeros atravesaba la Cordillera de los Andes, se estrelló y causó la muerte instantánea de 12 personas.
Otros 17 murieron en los siguientes días, debido a las heridas, a la falta de alimentos y a las duras condiciones a las que se enfrentaron.
El accidente pasó a la historia como "el Milagro de los Andes".
Uno de los episodios más impactantes de la aviación porque una de las razones de que 16 sobrevivieran fue sumamente impactante, por eso yo lo llamaría "Pesadilla en los Andes".
¿Por qué?
Por qué los supervivientes tuvieron que comerse a sus amigos de toda la vida para sobrevivir luego del accidente.
El grupo que resistió fue rescatado 72 días después del evento, en diciembre.
Cuando los sobrevivientes salen del avión hecho pedazos se dan cuenta que no hay bomberos, no hay ambulancia, no hay ayuda, están en el medio de la nada.
Solo nieve y más nieve.
El piloto estaba vivo, pero había quedado atrapado en la cabina, tenía un arma en su maletin.
No pudo suicidarse, agonizó toda la noche, no lo pudieron sacar.
La temperatura estaba bajo cero, al día siguiente los heridos más graves empezaron a morir.
Unos se alegraban, otros no, estaban felices de que sus amigos no sufrieran más, esperaban que les sucediera lo mismo.
Los que aún quedaban con vida, lo único que tenían era mucho frío, y demasiada hambre ya llevaban varios días sin comer.
Empezaron a comer el cuero de los zapatos y las correas, no sirvió de mucho lo que hizo fue enfermarlos más y sentirse peor.
Alguien sugirió lo impensable.
"Creo que me estoy volviendo loco, porque estoy pensando en comerme los cuerpos de nuestros amigos".
Todos le dijeron efectivamente te estás volviendo loco, no nos volveremos caníbales, además iban familiares que fallecieron en el accidente.
¿Te imaginas comerte a tu madre?
Canessa cuenta: "en ese momento, yo era estudiante de Medicina y vi carne, grasa, proteínas, carbohidratos. Una dieta muy balanceada.
Para mí fue muy difícil invadir la privacidad de mis amigos y cortar una parte de sus cuerpos. Sentía que estaba violando su intimidad".
Alguien dijo "bueno, si Jesucristo dijo en la Última Cena 'tomen mi cuerpo y mi sangre', está bien".
Está no era su última cena, más bien comían para que hubieran muchísimas más.
Comer los cuerpo para vivir hasta ser rescatado fue más difícil para algunos que para otros.
Pero ese suministro de carne humana no les duraría mucho tiempo, se les agotaban las esperanzas.
Y en un radio de pilas que les funcionaba escucharon que ya las autoridades habían decidido dejar la busqueda por la poca posibilidad de encontrar sobrevivientes.
¡Que mala noticia!
El capitán del equipo tomo la decisión de salir en busca de ayuda, era eso o esperar morir congelados y de hambre.
Los retos eran, la altura, falta de equipo para escalar, nieve incesante, la cordillera de los Andes en su máximo explendor.
¿Serían capaz de lograrlo?
Trabajaron como lo que eran un equipo, solo unos salieron en contra de todas las posibilidades en dirección a la montaña más alta a ver si se divisaba algún asentamiento o ciudad.
Fernando Parrado y Roberto Canessa, se tomaron la tarea de hacer está hazaña sin ningún equipo.
Escalaron a través de las cumbres en un viaje de casi diez días para encontrar ayuda.
Bueno, hago un paréntesis para contarle un dato interesante, escaladores extremos totalmente equipados, han tratado de hacer la misma ruta que ellos hicieron sin ninguna clase de equipo.
¿Y que creen?
No lo han logrado, es totalmente inexplicable como la voluntad de vivir de estos hombres los hizo atravesar y escalar las partes más altas de la columna vertebral de Suramérica.
Era casi imposible hacerlo, pero mientras haya 0.0001% posibilidad, se puede.
Como si esto fuera poco estaban totalmente desubicados la altura que pensaban que estaban no era, era el triple 4600mts y no estaban cerca de donde creían haber impactado, al llegar a la cima se dieron cuenta que solo habían montañas y más montañas.
Se desmotivaron mucho.
En la cumbre, Parrado le dijo a Canessa: «Puede que estemos caminando hacia la muerte, pero preferiría caminar para encontrarme con mi muerte que esperar a que llegue a mi. Canessa estuvo de acuerdo. "Tú y yo somos amigos. Hemos pasado por mucho. Ahora vamos a morir juntos".
Parrado y Canessa caminaron varios días más.
Primero, pudieron llegar al estrecho valle que Parrado había visto en la cima de la montaña, donde encontraron el nacimiento del río San José, que conduce al río Portillo que se encuentra con el río Azufre en Maitenes.
Poco a poco, aparecieron más y más signos de presencia humana; primero alguna evidencia de acampada, y finalmente en el noveno día, algunas vacas.
Cuando descansaron esa noche, estaban muy cansados y Canessa parecía incapaz de continuar.
Mientras los hombres recogían leña para encender fuego, uno de ellos vio a tres hombres a caballo al otro lado del río.
Parrado los llamó, pero el ruido del río imposibilitó la comunicación. Uno de los hombres al otro lado del río vio a Parrado y Canessa y gritó:
¡Mañana vengo!
En ese momento yo me terminaría de morir, encontrar gente, la posibilidad de rescatar a todos esa misma noche y que te digan:
¡Déjalo para mañana!
Que incertidumbre más grande debieron sentir.
¿De verdad vendrían o no? ¿Se asustarían?
¡Que zozobra!
Al día siguiente, el hombre regresó. Garabateó una nota, la pegó con un lápiz a una piedra con una cuerda y lanzó el mensaje al otro lado del río. Parrado respondió:
"Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando.
Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?".
Sergio Catalán, un arriero chileno, leyó la nota y les dio una señal de que entendía. Catalán conversó con los otros dos hombres y uno de ellos recordó que varias semanas antes el padre de Carlos Páez les había preguntado si habían escuchado sobre el accidente aéreo de los Andes.
Los arrieros no podían imaginar que alguien pudiera seguir vivo. Catalán arrojó pan a los hombres del otro lado del río. Luego montó a caballo hacia el oeste durante diez horas para traer ayuda.
¡Que odisea, estaban contra el reloj!
Transmitieron la noticia de los supervivientes al comando del Ejército en San Fernando, Chile, quien se comunicó con el Ejército en Santiago. Mientras tanto, Parrado y Canessa fueron llevados a caballo a Los Maitenes, donde se les dio de comer y se les permitió descansar.
Cuando se conoció la noticia de que la gente había sobrevivido al accidente del vuelo 571, una avalancha de reporteros internacionales comenzó a caminar varios kilómetros por la ruta de Puente Negro a Termas del Flaco.
Los reporteros querían entrevistarlos.
La Fuerza Aérea de Chile proporcionó tres helicópteros Bell UH-1 para ayudar con el rescate.
Volaron bajo una densa nube bajo condiciones de instrumentos a Los Maitenes de Curicó donde el ejército entrevistó a Parrado y Canessa. Cuando la niebla se disipó alrededor del mediodía
Los pilotos estaban asombrados por el difícil terreno que los dos hombres habían atravesado para buscar ayuda.
En la tarde del 22 de diciembre de 1972, los dos helicópteros que transportaban personal de búsqueda y rescate llegaron a los supervivientes.
En circunstancias normales, el equipo de búsqueda y rescate habría traído los restos de los muertos para su entierro.
Sin embargo, dadas las circunstancias, incluido que los cuerpos estaban en Argentina, los rescatistas chilenos dejaron los cuerpos en el lugar.
El ejército chileno fotografió los cuerpos y cartografió el área. Un sacerdote católico escuchó las confesiones de los sobrevivientes y les dijo que no estaban condenados por la antropofagia, dada la naturaleza in extremis de su situación de supervivencia.
Los sobrevivientes recibieron una reacción pública negativa inicialmente, pero después de que explicaron el pacto que habían hecho los sobrevivientes de sacrificar su carne si morían para ayudar a los demás a sobrevivir, el clamor disminuyó y las familias fueron más comprensivas.
A lo largo de los años, los sobrevivientes han publicado libros, han aparecido en películas y producciones televisivas y han hecho un sitio web oficial sobre el evento.
Y tú, ¿Que opinas de este accidente?
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