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Jun 9, 2021, 25 tweets

Posiblemente la Reina de Inglaterra tenga en posesión un fragmento del diamante más grande jamás encontrado en Venezuela, Estado Bolivar.

Conocido como: "El diamante Barrabás".

Abro hilo🧵

El geólogo venezolano Manuel Méndez Tepedino tenía 18 años de edad la mañana que le presentaron a 'Barrabás'. Se encontraba en El Callao Estado Bolivar, una población minera del sur del país, de camino a la Gran Sabana.

Nesin Benaim era considerado cómo el decano de los geólogos

Tomó a 'Manuelito' del brazo y le dijo: "Mirá muchacho, este es 'Barrabás'. Dale la mano. Conócelo, que es parte de la historia minera de este país.

A Manuel le pareció que la euforia de Benaim no se correspondía con el aspecto de aquel hombre con apodo bíblico.

Miró a su padre, el académico Manuel Méndez Arocha, y este le hizo un ademán para que se acercara a saludar al hombre.

Ese día de 1988, 'Barrabás' tenía poco más de 70 años, llevaba sombrero, una camisa casi transparente producto de los años de uso y alpargatas en los pies.

Pero a pesar de los años, era un hombre fuerte, fibroso, alto (de casi dos metros) y con la piel curtida por las duras jornadas de la minería a cielo abierto.

'Barrabás' se tomó el trago de cerveza y se volteó a saludar a 'Manuelito' (diminutivo para diferenciarlo de su padre)

Con una sonrisa cansada de repetir durante años la misma historia que, aunque lo hizo célebre, no llegó a sacarlo de la pobreza:

Se dispuso a contar cómo encontró el diamante más grande de Venezuela y uno de los más grandes del mundo.

El diamante de "Barrabás".

Este hombre nació como James Hudson en 1917, aunque la mayoría prefería llamarlo Jaime, haciendo la traducción al español.

Sin embargo, desde muy joven lo apodaron 'Barrabás', como el personaje bíblico que fue salvado de la crucifixión el día que condenaron a Jesucristo.

Sus padres emigraron de Trinidad y Tobago hacia Venezuela, buscando nuevos horizontes. Así llegaron a El Callao, una ciudad fundada a mediados del siglo XIX por venezolanos, africanos, antillanos, ingleses, españoles, brasileros y franceses atraídos por la fiebre del oro.

De esa confluencia de nacionalidades nació un idioma que solo se habla en El Callo y que se conoce como 'patuá' (patois).

En ese ambiente, lo más natural era que 'Barrabás' Hudson, cuando tuvo edad de trabajar, decidiera dedicarse a la búsqueda de oro y diamantes.

La mañana del sábado 10 de octubre de 1942, 'Barrabás' Hudson y su compañero de faena, conocido como 'Indio' Soler, trabajaban en la mina "El Polaco", ubicada a orillas de la carretera que comunica a las poblaciones de Santa Elena de Uairén con Icabarú.

Barrabás halló el diamante, en una desviación del río Surukun, lavando el material (piedras) desechado por otros mineros.

Pero hay otra versión.

Cuentan que el minero se topó con el diamante en estado natural, hurgando en un hueco que se formó debajo de un árbol de guama.

Lo cierto es que Hudson, aquel 1942, tenía en sus manos un diamante en bruto que pesaba 155 quilates (31 gramos), hasta el momento, el más grande jamás encontrado en el país.

Era como una piedra del tamaño de una cebolla pequeña.

¿Se imaginan?

La piedra resultó ser de una infinita pureza. De inmediato, Barrabás Hudson se dio cuenta que sería asediado por estafadores de oficio.

Animado por un amigo abogado, fue del estado Bolivar a la capital Caracas.

La idea original era solicitar al BCV el resguardo de la piedra.

Los directivos del banco informaron al presidente Isaías Medina Angarita sobre la llegada del diamante y este insistió en ver la piedra y al minero que la encontró.

'Barrabás' Hudson visitó el palacio de gobierno de donde la piedra salió con el nombre de "diamante Libertador".

Sin embargo ya en el Estado Bolivar todos los conocían como el diamante "Barrabás".

A la prensa no le interesó mucho el encuentro entre el minero y el presidente, más si del tamaño de la piedra preciosa.

Los medios internacionales hicieron eco de la noticia.

De inmediato la Casa Harry Winston, propiedad del joyero hijo de inmigrantes ucranianos emigrados a New York, gestionó su adquisición.

El monto de la compra, así como la cantidad de dinero recibida por 'Barrabás', varían de un relato a otro.

Lo único coincidente para las fuentes, es que Winston hizo un gran negocio y Hudson se quedó con una miseria.

Una situación que aún resulta cotidiana en el mundo minero. El geólogo Manuel Méndez asegura que "en las minas quien más dinero gana es el comprador".

Luego de comprar el 'diamante Barrabás', Winston encargó la transformación al experto gemólogo Adrian Grasselli, quien estudió la roca durante dos meses antes de tocarla para dividirla.

Se dice que un gemólogo tiene permitido un solo golpe para dividir un diamante.

El 'diamante Barrabás' fue calificado como una piedra de color "D", eso quiere decir, según el sitio Interstones, que son rocas "absolutamente incoloras, químicamente puras y estructuralmente perfectas", por lo que constituyen apenas un 1 o 2% de todos los diamantes naturales.

Imagínense es más fácil conseguir una agua en un pajar, que un diamante de esta pureza y tamaño en la naturaleza.

¡Las propabilidades y sus cosas!

El Diccionario de Gemas y Gemología, publicado el año 2000 por Mohsen Manutchehr-Danai, precisó que:

El diamante venezolano se cortó en cuatro piedras: tres esmeraldas de 39,80, 18,12 y 8,93 quilates cada una; y un corte marquesa de 1,44 quilates.

El brillante de mayor tamaño (39,80 quilates) conservó el nombre de "Libertador" y fue vendido en 1946 a May Bonfils Stanton.

Heredera de la fortuna del diario Denver Post; y vuelto a recuperar en el año 1960, en una subasta tras la muerte de la compradora.

El día que 'Barrabás' Hudson regresó a 'El Polaco' traía en sus manos una pequeña fortuna producto de la venta del diamante.

Luego de dos días de farra en prostíbulos de la zona minera y donde se dice que hasta brindó champaña a los amigos, 'Barrabás' Hudson estaba como al principio, sin un centavo.

Pasada la resaca, siguió buscando la fortuna en las minas, malviviendo en casas improvisadas.

Los tres fragmentos principales de la piedra, habrían sido comprado por el actor Richard Burton para obsequiársela a la musa de los ojos violeta, Elizabeth Taylor.

La actriz lució la joya en un baile ofrecido en Mónaco y que años más tarde vendió el diamante para donar el dinero

También se asegura que la pieza "Libertador" la piedra más grande y de mayor pureza de la faz de la tierra, forma parte de la colección de joyas de la Reina de Inglaterra.

La historia del más famoso minero de Venezuela acaba en 1992, en la pobreza y de un infarto.

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