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Por más políticas públicas de conectividad e inclusión digital para un teletrabajo digno.

Jun 9, 2021, 27 tweets

TELETRABAJO OBLIGADO POR EL COVID 😷 Y CONECTIVIDAD DOMICILIARIA A INTERNET 🌐

Un informe al respecto motivó una investigación sobre dicha situación en la Argentina. En busca de más políticas públicas de inclusión digital, sale hilo 🧵 con datos, gráficos, memes y reflexiones.

Randstad Workmonitor, que releva cada seis meses expectativas, estados de ánimo y comportamientos de trabajadores en 34 países, realizó un estudio de campo en Argentina entre el 15 de febrero y el 8 de marzo de 2021, a un año de la llegada del covid.

randstad.com.ar/empleos-talent…

Para contextualizar, el teletrabajo se impuso en la Argentina desde el 20 de marzo de 2020, con el inicio del aislamiento. A mitad del año, en ciertos lugares y momentos, la medida sanitaria mutó a distanciamiento, lo que permitió una vuelta cuidada a la presencialidad.

Ahora sí: según Randstad Workmonitor, el 33% de les argentines consideran difícil trabajar desde casa debido a una conexión inestable a Internet. Es el segundo motivo que esgrimen para volver a la presencialidad, detrás de extrañar la interacción en persona con colegas (52%).

Otros porqués de querer volver a la oficina, muchos vinculados al modo de acceder a Internet en casa (falta de equipo o espacio, convivencia con pareja teletrabajadora, responsabilidades de crianza), se pueden ver en este gráfico diseñado por el estudio.

Respecto a la tercera causa y el regreso a la presencialidad (parcial, en un esquema híbrido), el 33% de les teletrabajadores espera que las empresas fortalezcan sus políticas sobre el horario laboral para ayudarlos a mantener un equilibrio adecuado entre trabajo y vida personal.

El informe lo levantó Clarín, diario del grupo privado que concentra el 46% del mercado de banda ancha en la Argentina (datos de la Cámara Argentina de Internet en el segundo semestre de 2019), que eligió no profundizar en la conexión inestable a Internet de los teletrabajadores.

Al mismo tiempo, el Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) multó a la corporación por haber aumentado tarifas sin la autorización del Estado nacional y, de esa manera, haber incumplido el Decreto de Necesidad y Urgencia 690/2020, en vigencia desde el 1 de enero de 2021.

Para garantizar el derecho humano de acceso a las TIC, el Ejecutivo declaró la telefonía móvil y fija, la Internet y la TV por cable como servicios públicos esenciales y promovió una Prestación Básica Universal y Obligatoria para los sectores más vulnerables.

Es que, si no...

Es una política pública que intervino en un mercado repartido en unas pocas manos privadas y que entiende a Internet como un derecho que iguala oportunidades y construye ciudadanía, sobre todo cuando se volvió esencial para el teletrabajo por la pandemia.

Alberto a las telecos:

Es que, para evitar la circulación de personas (y del covid), hacen falta condiciones que posibiliten la permanencia en casa, esto es, buena conectividad y precios accesibles de Internet, entre otras cosas. Si no, el aislamiento choca contra la necesidad de trabajar dignamente.

Además, mediante el DNU, el Estado se arroga la potestad para fijar pautas para el tendido y el desarrollo de la infraestructura en término de redes de telecomunicaciones a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. En el país, el hardware está distribuido desigualmente.

Al inicio del ASPO, cuando repentinamente se virtualizó la normalidad del trabajo (del estudio, del ocio, de la vida), el tráfico de datos aumentó un 45%, lo que generó problemas de conectividad en los hogares, donde la gente pasaba más tiempo, principalmente conectada a la red.

“El punto más débil de la cadena fue el wifi dentro de casa”, reconoció el presidente de la Cámara Argentina de Internet. El mismo módem que antes soportaba bien una poca actividad ahora debía tener varias sesiones en simultáneo cargando y descargando datos.

Según el CABASE Internet Index del segundo semestre de 2020, las conexiones fijas de banda ancha de una velocidad superior a los 20 Mbps pasaron del 40% al 51% en un año. La velocidad promedio del país aumentó 1,68 veces respecto al 2019, un dato alentador para la virtualidad.

Pero la cuestión no es solo la calidad, sino también la cantidad. En septiembre de 2020, a 6 meses del arribo del covid, los accesos de banda ancha fija a Internet subieron apenas 2,1% respecto a 2019: hay 9 356 199 accesos a la red, una penetración en los hogares del 66%.

Como se adelantó, el alcance de Internet también es desigual en términos de federalismo. La CABA concentra la mayoría de los accesos (108 cada 100 hogares), mientras que Formosa solo tiene 32% de penetración. Esto choca con la reconfiguración demográfica por el teletrabajo.

Según CABASE, el ritmo de crecimiento de los últimos 5 años fue de 2,8% en promedio por año. A esa velocidad, se necesitan 12 años para conectar al 34% de los hogares argentinos que aún no acceden a Internet, un servicio esencial para acceder a derechos en la sociedad actual.

Según el INDEC, para el cuarto trimestre de 2020, el 90% de los hogares de la Argentina accede a Internet, pero solo el 63,8% tiene una computadora. Esa brecha, que se amplía año a año, evidencia la necesaria pero compleja relación entre el software y el hardware.

El uso de Internet y la PC, además, varía según el máximo nivel de instrucción logrado. Para Poore, maestrando en Economía Urbana, les ocupades con estudios secundarios tuvieron 31% menos de chances de teletrabajar que aquellas con estudios superiores. Y otros datos de INDEC:

En línea con lo anterior, según un estudio del INDEC sobre el impacto del covid en los hogares del Gran Buenos Aires, a menor nivel educativo, menor cantidad de personas que trabajaron desde sus casas (además de mayor pérdida de puestos de trabajo y de ingresos laborales).

Asimismo, el aislamiento hizo convivir el teletrabajo con tareas domésticas, de apoyo escolar (a niñes de entre 2 y 17 años) y de cuidados, cuyos tiempos de dedicación subieron. Acá hubo desigualdad por el género, ya que fueron las mujeres quienes realizaron el mayor esfuerzo.

En suma, la necesidad del teletrabajo contra el covid no puede satisfacerse sin condiciones que lo garanticen dignamente: buen Internet (previo hardware, claro) y a precio accesible, equilibrio vida-trabajo, reparto equitativo de las tareas del hogar, entre muchas variables.

Para garantizar la inclusión de todes a la virtualidad (en contexto de pandemia, es acceso al cuidado de la salud), y de cara a la nueva normalidad y al mercado laboral del futuro (y del presente), se necesitan más políticas públicas transversales a todas las áreas del Estado.

Fuentes:

Anexo:

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