Personajes de las playas españolas. Hilo: 👇
Los domingueros. Especie autóctona de España. Montan tinglados en la playa que podrían competir en la Bienal de Arquitectura de Venecia. Sus neveras tienen más recursos que el bolsillo de Doraemon. Están siempre comiendo o bebiendo. Si los ves con la boca cerrada, pide un deseo.
El constructor. Hombre que lleva 11 meses pasando de su hijo, pero le ha llegado el momento del año en el que tiene que demostrar que es buen padre. Su forma de hacerlo es construyendo cualquier mierda con la arena. Todo el que pasa al lado quiere pisarla.
Los de las palas. Probablemente los seres más molestos de la playa. Son los okupas de la orilla. Se creen Djokovic y Nadal, pero golpean más veces las cabezas de los bañistas que la pelota.
Los pibes del balón. Grupo de chavales que forman un corrillo para pasarse el balón con el pie, con la mano o con el cipote, cualquier extremidad vale. El diámetro del corrillo se va extendiendo hasta abarcar toda la playa porque son más malos que un Dacia de segunda mano.
Las solteras. Chavalas con más hormonas que la carne americana. Tarde o temprano recibirán un pelotazo de los pibes del balón. Y les gustará recibirlo.
Los DJ's. Grupo de jóvenes que ambientan la playa con música. Antes traían un radiocasette que se veía a kilómetros y ponían la radio. Ahora han mutado en una variante más peligrosa: más extendida (con un móvil y un altavoz es suficiente) y más perjudicial (ponen reggaetón).
El tonto de la guitarra. Un clásico en peligro de extinción. Intenta ligar tocando la guitarra mientras se hace botellón. Se cree que tiene un don, pero si liga es por Don Simón.
Los socorristas. ¿Recordáis la serie 'Los Vigilantes de la Playa'? Pues en España los socorristas son iguales que los niños que rescataban. Michael Jackson se ahogaría en una playa española aposta.
Las señoras mayores de las sillas. Son como un árbitro de tenis, se sientan y controlan lo que pasa en la arena. Tumbarse cerca de ellas es una garantía de que no te robarán y de que tendrás menos privacidad que con una aplicación rusa instalada.
El petado. Se ha tirado 360 días yendo al gimnasio y siguiendo una dieta keto para lucir músculos 5 mañanas. Se pone menos la camiseta que un pitufo. Mira continuamente a su alrededor para comprobar si le observan. Cada mirada recibida, +1 punto para tirarse otro año de mierda.
La stripper. Es una firme defensora del topless desde que se operó las tetas. Lleva tanga ajustado y algún tatuaje llamativo. Si la mira algún baboso se ofende, si no la mira también. La pesadilla de Greta Thunberg: plástico en el mar.
Los VIPs (Very Important Playeros). Son los que usan las hamacas de pago. Miran con desprecio al resto de bañistas mientras se beben un cocktail exclusivo del chiringuito que en realidad está hecho con vodka Knebep del Mercadona.
Los guiris. Acaban más colorados que las nalgas de la de Cincuenta sombras de Grey. Les da absolutamente igual: son gente que desayuna judías, no tienen nada que perder en la vida.
El vendedor de comida. Igual lleva bebidas que fruta que dulces que marisco. El Ganges está más limpio que su nevera. El próximo coronavirus saldrá de ahí.
La de los masajes. Lleva más ropa encima que un pasajero de Ryanair que factura maleta. Solo sabe decir dos palabra: "jalou masash". Siempre cae algún guiri.
El vendedor de toallas y playas. Más insistente que YouTube Premium. Cuando consigue vender una toalla a una pareja, a los cinco minutos intenta vender la misma toalla a la misma pareja.
Los kitesurferos. Jóvenes con pelazo y cuerpazo. Así se ven ellos, pero en realidad son cuarentones con calvicie y lorzas intentando vivir una segunda juventud tras el divorcio. Dan más pena que Hachiko.
El Michael Phelps. No sabe nadar bien y no conoce el mar, pero está de vacaciones y ese es motivo suficiente para creerse profesional y nadar libremente en aguas abiertas. La boya le suda la p*lla. Acaba recibiendo un pitido del socorrista.
El Fraga. Es el que dice que el agua está muy buena, cuando en verdad está helada, y provoca que otros se animen a meterse y se hielen. Un auténtico hijo de p*ta.
El Luis Fonsi. Va despacito. Necesita dos horas para meterse en el mar.
El nudista. Se llama así porque hace nudismo y también porque puede hacer un nudo de ballestrinque con su cipote. Defiende un estilo de vida: tener el pene gigante y restregárselo a los demás.
Los Roomba. Son los personajes más inofensivos de la playa. Se dedican a pasear tranquilamente por la orilla y cuando encuentran un obstáculo se dan la vuelta como el Roomba.
Los Quechua. Son los que montan una p*ta tienda de campaña del Decathlon en la playa. Una auténtica secta. Su toalla es también del Decathlon. Su bañador también. Se casarán vestidos con ropa del Decathlon.
El cazatesoros. Cierro el hilo con mi personaje favorito. Un tío que se gasta 600 euros en un detector de metales para encontrar chapas. Busca objetos perdidos perdiendo su dignidad.
Bonus track por petición popular:
Los talinflables. Terroristas del mar. Primero hinchan unos colchones y luego te hinchan los cojones. Te atropellarán si estás cerca. Huye de ellos.
Esto se ha viralizado. Siguiendo el manual de estilo tuitero, ahora toca promocionar algo: te recuerdo que la pandemia sigue, usa mascarilla y vacúnate-te-te, salte del closet, destápate, quítate el esmalte, deja de negarte, que tienes que inmunizarte, levántate, ponte Pfizer.
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