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¿Que yo me contradigo? Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué? (Yo soy inmenso, contengo multitudes.)

Nov 17, 2021, 28 tweets

Cada vez que tuiteo sobre la venta millonaria de alguna obra de arte contemporáneo -de esas que rompen con la idea de lo artesanal, "lindo", "bien pintado"- me preguntan si realmente esa obra "vale eso"

Comedian, de Maurizio Cattelan, vendió varias copias a 120.000 U$S.

¿Una banana pegada a una pared con una cinta gris "vale" 120.000 dólares?
¿Se la tengo que comprar al artista (o a su galerista) o si yo pego una banana en mi casa de la misma forma también es "la misma obra" y "vale" lo mismo?

Respuestas
1. Sí, vale 120.000 dólares porque 10 personas pagaron esa cantidad por tener una de las 10 copias que el galerista de Cattelan vendía.

2. Si no se la comprás al galerista esa obra no se considera la obra de Cattelán y no podrás venderla a 120.000 dólares a nadie.

En diciembre 2019 murió el empresario y coleccionista Don Marrons.
Su familia puso en venta su colección de arte.
En un par de horas recaudaron 300 millones de dólares.
Dos Picassos se fueron por 100 millones y este Mark Rothko de 1952, "Nº 22 (REDS)" en 70 millones.

El Rothko que se vendió en 70 millones de dólares en diciembre de 2019 es de la misma serie del que tiene en su oficina Bert Cooper, el capo de la agencia de Mad Men.

¿Imaginan que una persona es tan tonta que paga 70.000.000 de dólares por un cuadro que no lo vale?

Supongamos que los tontos con muchísimo dinero existen, pero ¿hay muchos tontos con mucho dinero?

Otro cuadro de esta serie de Rothko se vendió a U$S 87.000.000 hace unos años.

El Rothko que se vendió al precio más alto era la obra insignia de esta serie y la había comprado David Rockefeller apenas la pintó Rothko en los 50.
Pagó unos U$S 8000 (era mucho dinero para un pintor contemporáneo, quizás equivalente a lo que ahora sería 800.000 de dólares).

¿Por qué un Rothko vale 80 o 70 millones de dólares?

Porque Rothko es uno de los artistas norteamericanos más famosos de la historia. Ha muerto hace bastante.

Quedan pocas obras suyas que pueden conseguirse en el mercado (la mayoría está ya en museos o grandes colecciones).

Es muy difícil valuar económicamente una obra de arte porque son objetos únicos.

Lo que da sustento a los precios es, como siempre, el mercado.

Si sale a subasta un David Hockney con 38 millones de base y, debido a la puja entre coleccionistas, lo terminan vendiendo en 90 millones, entonces ese Hockney vale 90 millones.

Eso es lo que sucedió en 2018 con este cuadro (que había sido comprado en 1972 por 18.000 dólares)

¿Eso quiere decir que el precio que tienen las obras de arte nos dice cuán valiosas son estética, cultural y filósoficamente hablando esas mismas obras de arte?

No.
No hay una correlación lineal entre el precio de una obra y su valor para nuestra cultura.
Pero...

Pero los valores que se pagan por las obras de arte contemporáneas nos indican 2 cosas esenciales:
1. cuáles son las tendencias dominantes (y los países dominantes)
2. cuáles son las valoraciones sociales dominantes en el mundo del arte.

Jeff Koons el artista más caro.

Ambas cosas (qué países tienen los coleccionistas más ricos, los que pagan fortunas por sus artistas, por un lado; y, por otra parte, qué está valorando el "mundo del arte") terminan poniendo valores bastante objetivos a las obras de arte.

Obra de Jeff Koons

Berni, Portinari y Siqueiros fueron contemporáneos y produjeron una obra equivalente.
Usaron técnicas parecidas y en cada uno de sus países fueron muy reconocidos.

¿Por qué, entonces, la obra de Siqueiros vale 150% más que un Portinari, y un Portinari cuesta como 10 Berni?

Un Siqueiros vale igual a 1 Portinari y medio (o más)
Un Portinari vale 10 Bernis (o más)
Un Siqueiros vale 15 Bernis (o más)
Un Berni cuesta un décimo o menos de Portinari y un 15avo de Siqueiro.

¿Por qué?

Comparando el valor de las obras de Berni, Siqueiros y Portinari podemos ver claramente cuánto pesa el mercado, el coleccionismo y los museos.

Y cuán diferente es el precio de obras similares según las políticas de los coleccionistas ricos de cada país.

México invierte fortunas en arte.
Va 1º en América latina.
Por eso los mexicanos son los artistas más caros del mundo latino.
Brasil le sigue de cerca y sus precios están ahí de alcanzar a México.

Argentina no invierte nada. Pijotea precio. Berni está regalado.

Hay milmillonarios en la Argentina, pero no invierten en arte.
Tres de las más grandes fortunas argentinas -Rocca, Bulgheroni y Pérez Companc- no tienen colección de arte.
Es algo inédito en el mundo.
Solo invierten en arte Costantini, Fortabat y los Blaquier (y punto).

Para los ricos de EEUU sería un deshonor no formar parte de los comités de dirección de los grandes museos.

La Bienal de San Pablo, uno de los puntos más convocantes del arte contemporáneo, fue creada por Ciccilo Matarazzo en los 50, cuando era de los más ricos de Brasil.

La relación entre arte y poder económico viene de Atenas, pasa por Roma, sigue en Florencia, Londres, París y arriba a la actual Nueva York:
no hay grande de Wall Street que no sea coleccionista de arte contemporáneo de primer nivel.

Y los coleccionistas compran arte de su país.

Hay una relación muy estrecha entre poder financiero y arte de vanguardia. En toda la historia, no solo ahora.

Los Medici y su apoyo a Miguel Angel (entre otros genios) es una constante, no una excepción.

Obra: capilla mortuoria de los Medicci por Miguel Angel.

A cinco siglos de muertos, seguimos hablando de los Medicci por Miguel Angel,

¿quién recordará a los Rocca, los Bulgheroni o los Pérez Companc dentro de 30 años?

El museo Fortabat le da una módica (aun) inmortalidad a Amalita.

El circuito de valoración funciona así:
los coleccionistas compran tales artistas. Luego intervienen en los museos (desde sus comités de dirección) para ponerlos en el candelero.

Les pagan catálogos, giras, producción de obras.

Los valorizan.

Desde los 80 hay una tímida diáspora argentina (iniciada por Guillermo Kuitca) para vender afuera, tener coleccionistas internacionales y salir del pequeño mercado local.
Si uno lee una historia del arte internacional del siglo XX, solo encuentra 2 argentinos: Fontana y Kuitca.

Fontana figura como italiano (porque era de familia italiana, aunque nació, se educó y comenzó a producir en Rosario) y Kuitca muestra todo lo que produce en el exterior. Es raro ver obra de Kuitca en la Argentina.

Las obras de arte contemporáneo valen tanto porque hay gente que sabe que valen eso, tiene el dinero para pagarlo y las compra.

Es necesario tener mucho conocimiento sobre arte para poder apreciarlas estéticamente y, luego de aceptar el precio, tener con qué comprarlas.

Habría que hacer un informe sobre la entrada de China al arte contemporáneo.

Hace 35 años los principales artistas chinos se conseguían por bastante menos de 10.000 dólares y hoy cotizan a 5.000.000 de dólares.

Es un caso más -en proyección gigantesca- de lo que dijimos.

Acá termina el hilo sobre el mercado de arte contemporáneo.
Si quieren ver algo hermoso y didáctico para ingresar al mundo del arte conceptual, les dejo este video.

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