El Tarro de Heno Profile picture
Divulgación cultural en torno al arte. Un enfoque multidisciplinar con la narrativa como medio para explorar la infinita belleza que nos rodea 🎨📘🔭

Dec 18, 2021, 43 tweets

Esta vista satélite apunta al Kremlin, el corazón de Moscú. A su izquierda hay una enorme estructura. ¿Sabías que hasta 2004 se erigió ahí un edificio que marcó un récord en la ingeniería de su tiempo? ¿Y que fue obra de un canario que llegó a ser mariscal del ejército ruso? 🧵👇

¿Te suena el nombre de Agustín de Betancourt? Lo más probable es que tu respuesta sea negativa, ya que por desgracia su figura apenas ha permeado en nuestra cultura popular. Sin embargo, acabamos de citar a uno de los ingenieros más prestigiosos de la Europa de su tiempo.

Comencemos por una pregunta a modo de calentamiento: ¿en cuál de los avances enumerados a continuación crees que participó este "ingeniero total"?

1💡 Elevó el primer globo aerostático en España.

2💡 Ideó una máquina para dragar puertos.

3💡 Ideó un ingenio eólico para desaguar terrenos pantanosos.

4💡 Fue el máximo responsable de la ingeniería de obras públicas del Imperio Ruso.

5💡 Patentó una prensa hidráulica.

6💡 Fue impulsor y primer director de la Escuela de Caminos de Madrid.

7💡 Fue impulsor y primer director de la Universidad Estatal de Ingenieros de Caminos de San Petersburgo, germen de las Escuelas Técnicas Superiores de Rusia.

Sea cual sea tu respuesta, te deseo igual suerte para el próximo 22 de diciembre porque… ¡has acertado! Y podría haber añadido muchas más: ¿diseñó la primera gran carretera de Rusia? ¿Un asteroide lleva su nombre? ¿Practicó el espionaje industrial para España? Sí, sí y sí.

No es objeto de este hilo abordar un resumen de la carrera de un genio de esta envergadura, ya que tal empresa daría para una madeja sin fin.

Hoy nos centraremos en una de las múltiples proezas técnicas que jalonan su currículum (con la firme promesa, eso sí, de dedicarle más hilos en el futuro).

Antes de comenzar, una breve reseña biográfica: Agustín de Betancourt nace en 1758 en Puerto de la Cruz (Tenerife) en el seno de una familia acomodada. Tras cursar estudios en Madrid participó en algunas de las principales obras públicas del momento en España.

Su talento hizo que rápidamente comenzara a ganar prestigio dentro y fuera del país, dejando con la boca abierta a eminencias en mecas del saber tan exclusivas como la Academia de Ciencias de París.

Los últimos 16 años de su vida los pasó en el Imperio ruso. Estas imágenes son una muestra de la devoción que se le profesa en el país eslavo: sellos, monedas conmemorativas, un puente en su honor en San Petersburgo…

Su tumba en el cementerio de Lazarevsky se sitúa a pocos metros de la de Euler, el mejor matemático del s.XVIII y una de las mentes más grandes de la Historia.

Pero, ¿de dónde proviene esa admiración por su figura?

A principios del s.XIX las Guerras Napoleónicas habían dejado profundas cicatrices a la largo y ancho del vastísimo territorio ruso. La situación requería atraer con urgencia talento para construir infraestructuras y rebrotar las ciudades arrasadas por el fuego.

Como tantas veces en la historia, los dirigentes tiraron de talonario para captar a los mejores ingenieros extranjeros. Y su fichaje estrella fue precisamente Agustín de Betancourt, a quien podemos considerar el padre de la Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en Rusia.

Volemos de nuevo hacia Moscú...

Entre el 14 y el 18 de septiembre de 1812 el 70% de la superficie de la ciudad había sido pasto de incendios provocados tanto por el ejército ruso - con objeto de imposibilitar el avituallamiento de las tropas de Napoleón - como por negligencias cometidas por la Grande Armée.

Finalizada la guerra, el zar Alejandro I trasladó eventualmente la corte desde San Petersburgo a Moscú en un intento de catalizar personalmente una rápida reconstrucción de la antigua capital.

Su intención era celebrar allí el 5º aniversario de la victoria sobre Napoleón, y como joya de la corona imaginó una gigantesca sala de ejercicios ecuestres a disposición de su glorioso ejército.

Cuando desde España pensamos en ejercicios ecuestres, quizá imaginemos un espacio al aire libre.

Pero si nos ponemos en la gélida piel de un soldado ruso en pleno invierno, la cosa cambia: salvo que hablemos de Putin...

... el común de los jinetes en esas condiciones precisan de un espacio cubierto donde ejercitarse a resguardo de las inclemencias meteorológicas. Este tipo de picaderos cubiertos - conocidos como ‘exerzierhaus’ en Alemania y ‘manezh’ en Rusia- eran comunes en el norte de Europa.

Sin embargo, Moscú nunca había disfrutado de un espacio similar. Por ello, el zar Alejandro I quiso erigir allí el mayor y mejor del momento, encargándole el proyecto a Agustín de Betancourt.

El ingeniero canario aceptó el reto y diseñó un edificio de aire clásico, exento de cualquier tipo de columna en su interior, con una superficie libre de 166,1 x 44,7 metros para posibilitar la correcta ejecución de maniobras de caballería e infantería.

¡¡166,1 x 44,7 METROS!!

Para que os hagáis una idea de la magnitud de la obra, la Plaza de San Marcos de Venecia cuenta con un área aproximada de 175 x 70 metros.

Pero en realidad lo realmente complejo de resolver no era el planteamiento del recinto - “4 paredes” en palabras del propio Agustín de Betancourt, - sino cómo cubrir un área tan vasta sin valerse de apoyos intermedios que dificultasen la ejecución de los ejercicios militares.

Tras el análisis oportuno, la solución floreció en su mente genial como un relámpago.

En un alarde sin precedentes resolvería la cubierta mediante cerchas de madera de 45 metros de luz apoyadas exclusivamente sobre los muros exteriores.

Una escala no vista hasta la fecha en ese tipo de estructuras.

Nos encontramos ante una proeza que toma el testigo de estructuras de madera ya presentes en las basílicas romanas, pero que Betancourt evoluciona y supera ampliamente en orden de magnitud.

Durante los años siguientes ingenieros de toda Europa acudirían a Moscú interesados en el estudio de los detalles de la solución ideada por Betancourt.

Una de las innovaciones del ingeniero canario la encontramos en el diseño de las piezas metálicas presentes en los encuentros de la estructura.

No se produce el contacto madera-madera, sino que la unión entre piezas se resuelve mediante conexiones metálicas que contribuyen a disminuir significativamente las fuerzas de fricción, aumentando la durabilidad del conjunto.

El resultado no puede ser más bello y liviano. Cada cercha pesaba unas 17 toneladas, pero no percibimos sensación alguna de aplastamiento o pesadez; muy al contrario, los elementos estructurales vuelan sobre el espacio con la gracilidad propia de un ave.

El diseño exterior, planteado por el arquitecto italo-ruso Joseph Bové, resultó igualmente elegante, proporcionado y rítmico, gracias en parte a la repetición de elementos a la manera de los templos clásicos.

En esta imagen podemos ver ejercicios militares de infantería practicados en la segunda mitad del s.XIX en el interior del picadero.

Durante el s.XX pasó a usarse como espacio polivalente: si bien se siguieron celebrando actividades ecuestres, también albergó conciertos de música clásica, exposiciones e incluso sirvió como marco para exhibir la nutrida colección de coches del presidente Brézhnev.

Ya en el siglo XXI, concretamente el 12 de marzo de 2004, el edificio sufrió un voraz incendio que redujo a cenizas las valiosas cerchas de madera ideadas por Betancourt, así como todo cuanto contenía. Solo quedaron en pie las cuatro paredes y ciertos elementos de la decoración.

La noticia fue recibida como una tragedia nacional por la prensa, donde no faltaron las teorías de la conspiración sobre un posible origen intencionado consecuencia de la especulación inmobiliaria.

La reconstrucción se acometió rápidamente respetando en parte el diseño original, aunque se introdujeron cambios sustanciales con el objetivo de multiplicar el espacio disponible: se añadieron sótanos y una entreplanta para aumentar su superficie útil.

Hoy el edificio se erige flamante como un ave fénix resurgida de sus cenizas, con otra función, con piel renovada, pero con vocación de seguir manteniendo vivo el recuerdo del origen de la rica cultura técnica rusa.

De aquellos hombres y mujeres que, como Agustín de Betancourt, contribuyeron a sentar las bases de una nación llamada a ser en el siglo siguiente una de las superpotencias de la ingeniería mundial.

Hasta aquí este homenaje al ingeniero total, un canario de talento inconmensurable que debería ser mucho más reconocido en nuestro país. Espero que este hilo sirva para prender en alguien el interés por profundizar en su prodigioso legado.

¡Feliz sábado y gracias por leer!

📚+📸:

"El Picadero de Moscú, obra de Agustín de Betancourt." (@FJTurriano, 2020).

"El picadero de Moscú, un alarde
estructural de la época napoleónica
obra del español Agustín de Bethencourt" (revista AITIM)

Archivo OEPM, @agencia_sinc

Esta anécdota que comparte Arturo es muy significativa 👇

Share this Scrolly Tale with your friends.

A Scrolly Tale is a new way to read Twitter threads with a more visually immersive experience.
Discover more beautiful Scrolly Tales like this.

Keep scrolling