La serie de El Señor de los Anillos está arrojando dudas acerca de qué vamos a ver en los días de gloria y decadencia de Númenor, así que nos hemos permitido escribir este pequeño hilo para situaros en el momento en el que, acorde con algunas fuentes, comenzará la historia:
En los últimos años del reinado de Tar-Palantir, vigésimo cuarto rey de Númenor, el reino atravesaba una gran inquietud provocada debido a las tensiones políticas que brotaban en la vida de los númenoreanos debido a las facciones rivales de los Fieles y los Hombres del Rey.
Los Fieles los númenoreanos que recordaban sus antiguos vínculos con los Elfos, pues valoraban la música, el saber y la cultura por encima de todas las cosas. Las promesas de antaño eran muy importantes para ellos, y su líder era Elendil, Señor de Andunië.
(🎨: Kimberly80)
Los Hombres del Rey abogaban por una nueva era para Númenor, cada vez más convencidos en su envidia de que los Valar les negaban la inmortalidad y de que los Elfos eran títeres. Sus líderes en tiempos de Tar-Palantir fueron Gimilkhâd y su hijo Pharazôn.
(🎨: Krabat)
Durante los reinados anteriores a Tar-Palantir, la Casa del Rey había favorecido a la última facción, preponderante en la exploración y colonización de nuevos territorios para esplendor de Númenor.
Muchas ciudades del continente estaban bajo su mandato.
(🎨: SamMcKinnon)
Sin embargo, los Fieles sufrían por ver sus relaciones con los Elfos paulatinamente deterioradas; viendo cómo Númenor se cegaba con el brillo del oro y el poder.
La vida y felicidad de los númenoreanos menguaba a medida que los Hombres del Rey regresaban del continente cargados
con nuevas riquezas, esclavos y tierras conquistadas.
Tar-Palantir dedicó gran parte de su longevo reinado a restaurar las costumbres y ritos tradicionales de Númenor, incluso llegando a profetizar un hecho:
"Cuando el Árbol pereciese, también concluiría la estirpe de los Reyes". Si algún día ese árbol se marcharía, la sangre Oesternessë perdería a sus más altos representantes.
¿Os suena, verdad?
El Árbol Blanca de la Plaza del Rey descendía de Galathilion, uno de los árboles cultivados en Tol Eressëa a imagen del argénteo Telperion.
Representaba el vínculo de amistad imperecedera entre Elfos y Hombres que los Fieles recordaban y los Hombres del Rey buscaban ahogar.
Los Fieles sabían que el destino de Númenor iba aparejado con la observancia de las enseñanzas de los Elfos, ya que de su conocimiento venía la voluntad de los Valar y la sapiencia de Eru Ilúvatar.
Entre estaba Isildur, uno de los protagonistas de la Akallabêth, al que
veremos intervenir en las horas más oscuras de Númenor para que la profecía de Tar-Palantir siguiese vigente.
(🎨: Sara Morello)
Esta bien podría ser una de las tramas de la serie en sus etapas tardías, aunque nosotros pensamos que es muy posible que los guionistas aborden
una construcción sólida y realista de una Númenor en sus últimos días de grandeza para que podamos empatizar con los personajes, tomar cariño y amar sus historias.
El corazón de los Hombres descansa en Númenor, junto al trono de Tar-Palantir. ¿Lo hará el nuestro también? 🖤
Si es que este corazón, cargado de promesas y dividido en lealtades, que ama a los Elfos pero más se ama a sí mismo, que aprecia el arte pero necesita el poder, que ansía la gloria pero busca la dicha y que aprecia el discurrir tiempo aún anhelando más todavía la inmortalidad...
... no nos lo arrebata a quién llaman Annatar, bello, sibilino, sabio y poderoso.
Para los Elfos, Gorthaur.
Para los Hombres, el Señor de las Promesas.
Para los Valar, Aulendil.
Para los Pueblos Libres, Sauron.
Para sí mismo, Tar-Mairon: el Rey Admirable.
(🎨: Elena Kukanova)
Esperamos que este pequeño hilo introductorio os haya servido para contextualizaros en la Númenor de la Segunda Edad tardía, ¡y si queréis leer más acerca de Númenor y nuestras perspectivas para la serie, decídnoslo!
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