La producción industrializada y la difusión generalizada de bienes es una característica del registro arqueológico del mundo tardorromano. La investigación ha revelado un mundo sofisticado, en el que un campesino del norte de Italia
#HistoriaDeRomaParaTodos
podía comer en una vajilla de Nápoles, almacenar líquidos en un ánfora del norte de África y dormir bajo un techo de tejas. Casi todos los arqueólogos, y la mayoría de los historiadores, creen que la economía romana se caracterizó, no solo por un impresionante mercado de lujo,
sino también por un mercado de productos funcionales de alta calidad. La remonetización del sistema fiscal romano asociado con la acuñación y circulación del solidus de oro de Constantino en El siglo IV desató una ola de crecimiento económico que permitió al mundo tardorromano
alcanzar niveles de sofisticación económica, complejidad y urbanismo que no se volverían a ver en partes de Europa Occidental hasta el siglo XVIII. La expansión del intercambio comercializado y monetizado que se produjo en todos los niveles de la sociedad obligó a las autoridades
imperiales a poner en circulación cada vez más monedas, para mantener la liquidez. Se tuvo que agregar nuevas monedas a las antiguas (que seguían siendo de curso legal). Se ha calculado que entre 346 y 386, la cantidad de oro monetizado en circulación se multiplicó por veinte.
¡Atención que vienen curvas!
En las provincias del N y O del Imperio Romano de Occidente romano, la dislocación política y militar del s V significó el fin de este auge económico. Estas regiones entraron en un período de declive económico, sin precedentes en la historia.
Siendo palpable en las tierras bajas de Britania, donde la arqueología muestra que la retirada de las legiones y la inseguridad causada por los sajones llevaron al colapso sistémico. Aunque las villas romanas fueron ocupados por los invasores, como Verulamium (actual St Albans)
en el siglo VI y quizás incluso en el VII, se muestra un cambio de estructura economíca. La agricultura a gran escala para alimentar a las poblaciones asentadas desapareció: los campos y las granjas eran vulnerables a las incursiones.
Los agricultores se convirtieron cada vez más en pastores, ganándose la vida criando ovejas y ganado que podrían trasladar rápidamente a las tierras altas para escapar de un enemigo. Las monedas que sostenían el comercio y la economía tardorromana, eran cada vez más escasas,
lo que condujo a un retorno a una economía de trueque. Las técnicas de construcción asociadas con la cultura material romana desaparecieron: las canteras cesaron su actividad, al igual que los talleres de argamasa y la fabricación y uso de ladrillos y tejas se detuvo.
Las construcciones nuevas, en áreas anglosajonas como britanoromanas, emplearon materiales básicos como: madera, adobe y paja. Mientras la Britania tardorromana tenía una próspera industria de la alfarería, desde el siglo VI dejó de producir vasijas en tornos.
La desorganización económica fue masiva y, en términos de cultura material y complejidad económica, hubo un retorno a los niveles prehistóricos. Britania proporciona el ejemplo más extremo de colapso posrromano: en un siglo su economía se desurbanizó, desmonetizó y fue pastoral
Britania no estaba sola en este viaje hacia el colapso, partes del N de la Galia, se vieron abocadas a una reorientación similar de la economía. Existió cierta continuidad alrededor del núcleo mediterráneo del Imperio Romano, aquí parte de la infraestructura social y económica
tardorromana sobrevivió a la desaparición política y militar del Imperio, impulsado tal vez por el continuo contacto económico vía marítima principalmente con Oriente y Constantinopla. El alto grado de integración que había caracterizado a la economía romana en su apogeo motivo
que la ruptura del control político romano tendría consecuencias económicas. Cuanto más dependiente del sistema imperial era una provincia, más vulnerable se volvia a los efectos de la fragmentación imperial.
Este fue el caso de Britania y el N de la Galia Por el contrario, áreas como el centro de la Galia, estaban n mejores condiciones para prosperar en un panorama político más fragmentado Esta región s convertiria n el trampolín económico de la monarquía merovingia en los s VI y VII
En conclusión cuanto una economía es más compleja e interdependiente, más tiende a la fragilidad en cuanto se presente inestabilidad política-militar y más rápido se desliza hacia el colapso, justamente esto es lo ocurrido a la Britania y al N de laGalia tardorromana n el Siglo V
Espero que os haya gustado este hilo regalo de Reyes para todos. Y recordad no abuseis del Roscón, que aún queda tarde.
Bibliografía consultada:
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