Emilio Tejera (emilio-tejera.blogspot.com) Profile picture
Escritor por amor a primera vista, siempre con una historia en marcha. Científico apasionado por la divulgación. Hallaréis textos míos en https://t.co/xJS3Y5topL

Jan 16, 2022, 32 tweets

Hoy hablaremos de algo tan romántico como lugares hundidos. Que, de vez en cuando, tienden a emerger ante nuestros ojos. Porque nos echan de menos. O, más importante, porque los extrañamos nosotros

Bienvenidos a AYER ALOJABAN REYES, HOY SURGEN DE LAS PROFUNDIDADES

Dentro hilo👇

Este hilo hay que escucharlo con esta música de fondo. Compuesta por Debussy (quien, por cierto, fue el creador de la “música ambiente”):

La referencia no es casual. Aparte del título y de lo evocadora que es la composición, viene muy a cuento porque el autor la escribió pensando en una leyenda bretona referente a la catedral de la antigua ciudad de Ys, sumergida para siempre bajo las aguas del océano Atlántico.

Ys es un mito que guarda muchos paralelismos con la Atlántida: la ciudad se alzaba impresionante hasta que, por sus pecados, fue castigada y se hundió junto con su gente. La historia sobre cómo desaparece incluye sirenas, diablos y una ola gigante. Un día la filma Roland Emmerich

Por supuesto, esta leyenda tan romántica y tan francesa tenía que incluir cómo la campana de la catedral de Ys sigue sonando bajo el agua y se escucha en las costas de Bretaña. Claro que, como para casi todo lo francés, España tiene su versión menos famosa pero igual de valorable

Se trata de los enclaves que quedaron sumergidos por los embalses construidos a mediados del s. XX. Esto ocurrió también en otros lugares del mundo; en todos, padres y abuelos relatan historias acerca de cómo, de la campana de la iglesia de su pueblo, aún se escuchan los tañidos

Las generaciones previas vivieron un fenómeno curioso. España intentaba salir de un marasmo económico de décadas. Una de las maneras fue la generación de energía mediante pantanos. Pero como casi toda clase de progreso (más en una dictadura), no se llevó a cabo sin contrapartidas

Numerosos pueblos desaparecieron bajo las aguas sin ninguna clase de debate. Sus habitantes fueron desplazados, en condiciones no siempre halagüeñas. Como mínimo, abandonaban el que había sido su hogar de siempre, al que sabían que nunca podrían regresar.

De aquellas emigraciones todavía quedan cicatrices. Por ejemplo, uno de los presidentes de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, se fue a vivir a esta región porque la pedanía donde vivía, al lado de la localidad de Iznájar (Córdoba) fue anegada por un embalse.

Quizás el testimonio gráfico más impactante, en mi opinión, de aquella época, es la película “Camino cortado”, cine negro de bajísimo presupuesto que está ambientado en San Roman de Sau, el cual iba a ser inundado pocos días después.

La trama del film no es mala, y el futuro embalse juega un papel fundamental. Hasta emplearon imágenes de la inundación. Si hacen un remake con bastante más dinero y un buen proyecto detrás, podría salir muy buena historia. Claro que con ese pueblo no pueden volver a contar.

Lo que pasa es que los pueblos bajo los embalses tienen un rasgo especial. No les pasa como a Port Royal –hundida por un maremoto en el Caribe- o los restos en la piscina de Cleopatra en Hierápolis.

Porque cuando el nivel del pantano baja, los secretos emergen de nuevo a la luz

Las cosas que surgen del fondo del océano dan miedo. Ya sea un kraken, Godzilla, o los barcos hundidos de la Segunda Guerra Mundial que reaparecieron hace poco como consecuencia de la elevación submarina de volcán, generan yuyu. Aunque también molan, claro

En cambio, los misterios de los embalses o ríos son más cotidianos. Forman parte de un pasado que nunca quisimos olvidar.

Constituyen un elemento consustancial a nuestra memoria y la de nuestros ancestros. En el fondo, son una sección de nosotros mismos.

Entre esos secretos, sí, hay iglesias. Y muy bellas. Como la de San Roque de las Rozas, en Cantabria, a la cual se puede acceder, según el nivel de las aguas, a través de una pasarela. La han denominado con el muy inspirador nombre de “catedral de los peces”.

Si de catedrales hablamos, una muy interesante es ésta ortodoxa, la de San Nicolás, en el estanque del Úglich ligado al Volga. El gobierno ruso hasta ha apuntalado el edificio y ha creado una isla artificial. Cuando el agua hiela, es posible acercarse al edificio y celebrar misas

Algunos edificios de este tipo son muy antiguos. Como la iglesia de Quechula en México, de 1545, donde los nativos celebraron una misa tras emerger en 2002, con sus paredes cubiertas de lodo. En el mismo embalse yacen también restos precolombinos, entre otros de la cultura olmeca

Hay estructuras más longevas. En el 325, en los restos de esta basílica hoy bajo las aguas en Iznik, Turquía, tuvo lugar el 1er Concilio de Nicea, uno de los más claves de la historia del cristianismo (alguno os acordaréis de la catequesis del famoso "Credo" niceno: ahí se creó)

Desde luego, por iglesias no será, porque las hay preciosas, en entornos fantásticos. Pero tenemos edificios más extraordinarios aún.

Por ejemplo, el pueblo romano de Austóbriga, en Talavera la Vieja (Cáceres). Tampoco se respetó, como tantos monumentos antiguos. No obstante, los habitantes del lugar consiguieron rescatar unos cuantos arcos de un viejo templo (al que han denominado cariñosamente “los mármoles”)

Ya los romanos tenían allí unas termas. Los árabes lo llamaron “pozo de salud”. Más adelante, disfrutaron de sus aguas el Gran Capitán, Mariana de Austria o Fernando VII, quien fue quien mandó construir el balneario moderno y le puso como nombre La Isabela en honor a su esposa


Durante el s. XIX, el balneario acumuló éxitos. Acudieron la regente María Cristina y su hija, la futura Isabel II, a la que llevó para que curara un eczema. Marañón habló bien de él. Llegaron a acudir hasta 1000 personas al año. Sin embargo, poco a poco, empieza un lento declive


La guerra civil le da la puntilla. Durante ese turbulento período se transforma en cuartel militar y en centro psiquiátrico. Luego pasa a pertenecer al ejército y, cuando llega el proyecto del embalse, su destino ya se halla escrito.


Sin embargo, con frecuencia, su antiguo esplendor sale a la superficie. También emergen los restos de algunos animalillos que, en las épocas de mayor llenado del embalse, recorren la superficie que un día pasearon potentados y reyes.

Historias como la de este balneario nos demuestran que todo lo creado por el hombre (palacios, pirámides, mausoleos), en el futuro, yacerá enterrado por el agua y la arena, pues efímero es el ser humano, y destinadas a ser efímeras son sus creaciones…

… pero que, quizás, algún día, de vez en cuando, volverán a ver la luz del sol. Y entonces, nuestro recuerdo surgirá brillante y hermoso, tan brillante como el primer día. Porque todo lo que excita nuestra imaginación se vuelve eterno. Nosotros, a nuestro modo, también lo somos.

Éste ha sido el hilo. Podeís visitar muchos de estos monumentos… cuando el nivel de las aguas os deje, claro. Mientras tanto, buenos y submarinos días.

Algunas imágenes e historias las hemos sacado de aquí... traveler.es/naturaleza/art…

Otras de acá:
Y otras, un poco de todas partes y de lugares de libre disposición.cinconoticias.com/iglesias-sumer…

Este hilo resulta difícil de catalogar (¿arte?¿historia?¿qué pasa cuando quitas el tapón de la bañera?). Pero, si os interesan otros que tengo por esta red, sobre temas diversos, sólo tenéis que entrar a este enlace:

Y más historias, cosas entretenidas que leer, incluso libros que adquirir, podéis hallarlas aquí: emilio-tejera.blogspot.com

Cuidaos. Y no os mojéis mucho. Un saludo.

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