Santiago Navajas Profile picture
Profesor de Filosofía. Ensayista, articulista.Último libro: El Pensamiento en Lucha: https://t.co/4hnYoJqegr

Jan 16, 2022, 16 tweets

El caso Djokovic ha terminado más a lo Kafka (William Dafoe, absurdo, lágrimas de angustia) que a lo Hollywood (Will Smith, palomitas, lágrimas de felicidad). Ganan el Estado Depredador, masas acosadoras y compañeros insolidarios. Pierde un cabezota, el tenis y la justicia.

Pero ni el Estado autoritario ni los compañeros insolidarios hubiesen podido imponer un veto interesado a Djokovic sino hubiese sido por la masa acosadora que aúlla #DjokovicGoHome Nietzsche describió perfectamente a esas pulgas que saltan sobre el cadáver de la bestia abatida.

Djokovic "El Malote" recuerda al cap. de los Simpson "Homer Badman", en el que Homer es acosado por una turba furiosa porque parece que le ha tocado el culo a su niñera feminista con lúbricos propósitos (quería coger un caramelo)

"No hay justicia como la de una turba iracunda"

Es revelador también el grado de información sesgada que padecen los que siguen a los medios de comunicación de masas habituales, los cuales han seleccionado los datos para presentar a Djokovic como una mezcla entre Drácula, Trump y Milosevic.
El malo junto al bueno y el feo.

Lo relevante es que el Ejecutivo puede deportarlo sin dar ninguna razón. Una ley legal pero ilegítima. El caso es que el ministro sí ha dado razones porque incluso los autoritarios aspiran al respeto: que Djokovic daba mal ejemplo y podía insuflar ánimos a los antivacunas.

Un "argumento" curioso porque se podría aplicar al propio gobierno australiano, el más dictatorial de los gobiernos supuestamente occidentales, que ha mentido, manipulado y agitado el odio y el resentimiento de su ciudadanía. Un gobierno que debería deportarse a sí mismo.

Tb. revelador que sólo un tenista haya apoyado a Djokovic, Kyrgios, que se caracteriza por ser alguien que no busca la socialiblidad, el aplauso de los medios o el cariño de los aficionados. Ver Nietzsche:

"Quien tiene sentimientos distintos marcha voluntariamente al manicomio"

Sólo cabe felicitar a los australianos, que se han quitado de encima la amenaza de un tipo perfectamente sano, a los tenistas, que se han quitado de encima al número 1, y al gobierno australiano, que se quitado de encima al tipo que desafiaba sus imposiciones autoritarias.

Nota. Rectifico: además de Kyrgios también Zverev marca.com/tenis/open-aus…

Lo de Zverev tiene un mérito moral añadido: si gana en Australia será el nuevo nº 1 del mundo.

vía @mvidallopez

Publiqué sobre el caso Djokovic hace unos días. thelastjourno.com/el-caso-djokov…

Como en el caso del doctor Stockmann, cuando gana la masa y el Estado, pierde el individuo.

Un ex Secretario de Inmigración australiano explica a @TheEconomist que la ley que ha permitido al Ejecutivo deportar a Djokovic fue diseñada para terroristas y criminales.

Para el Estado postliberal el que no obedezca sus reglas es peor que un terrorista: un ciudadano libre.

Mr. Rizvi tb. subraya el igualitarismo de los australianos, que les ha llevado a rechazar el trato de favor a Djokovic. Pero también era a otros tenistas. El caso Djokovic también revela el lado tenebroso del igualitarismo: la envidia de la mediocridad, el odio a los excelentes.

En lugar de cargar contra el Estado , la masa –esa multitud densa y viscosa que se odia a sí misma como individuos y anhela un líder carismático que la guíe aunque hacia el abismo (lo llaman "bien común")– embiste contra el individuo que les hace ver lo que son: súbditos.

Roland Garros también veta a Djokovic si no se vacuna, por mucho que demuestre que no está enfermo. Ha habido otras persecuciones en la historia contra un solo individuo convertido en chivo expiatorio, en cabeza de turco para exorcizar un pánico colectivo alentado por el Estado.

En Le Figaro anuncian el fin de la pandemia y vuelve "la vida normal". Pero, ¿qué es "la vida normal"? Más autoritarismo por parte del Estado, más sumisión por parte de las masas. Todo en nombre del nuevo Dogma, la Salud Pública, administrada por sus sacerdotes, los Sanitarios.

No hay Inquisición sin Hereje. No hay auto de fe sin masa enardecida ante el suplicio en el patíbulo. Decían que la pandemia nos haría más fuertes y solidarios. Pero como era previsible el miedo ha desplazado a la libertad, la seguridad a la justicia, la envidia a la dignidad.

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