Dominando las alturas del centro de Madrid se alzan las dos torres de la catedral. En su interior, cada día resuenan las campanas anunciando a los fieles el comienzo de la Eucaristía. Vamos a hacer un pequeño recorrido por la historia de las campanas ¡Empezamos!
Se tiene constancia de que las campanas eran ya utilizadas por los pueblos egipcios y asiáticos en forma de campanillas y usadas también por los griegos y los romanos. No las de la catedral, las campanas en general 😜
Desde el siglo V fueron adoptadas por la Iglesia con el nombre de signum, ya que servían para señalar o avisar de los distintos momentos de oración diaria, el llamado Oficio Divino. Todavía hoy, la vida de los monasterios se articula de esta manera.
Posteriormente, el tañido de las campanas se fue extendiendo a los templos parroquiales para llamar a los fieles a los oficios. En ese momento, durante la Edad Media, aparecen los primeros campanarios.
Al inicio, las campanas debieron ser de reducido tamaño, por los ejemplos que han llegado hasta nosotros. Pero fueron aumentando sucesivamente hasta que en el siglo XIII se fundieron campanas de grandes dimensiones y, verdaderamente colosales, desde el siglo XVI.
En España encontramos la campana más antigua en funcionamiento en la @Catedral_Oviedo . Fundida en 1219, se remonta a una basílica anterior a la iglesia gótica actual. A pesar de estar rajada sigue dando el toque de las horas, una circunstancia que merma su sonido.
Una de las más famosas es la Campana Gorda de @SICP_de_Toledo que, con sus casi 18 toneladas, es la más grande de España. Fue bautizada con el nombre de San Eugenio. La primera vez que se tocó se rajó y así ha quedado hasta nuestros días.
Sólo hay dos campanas en el mundo que aventajan a la toledana en tamaño: la gran campana del Zar, en Moscú, con sus gigantescas 216 toneladas, aunque rota y fuera de servicio; y la de la catedral de Colonia, con 24 toneladas, la primera más grande en activo.
Pero centrémonos ya en las campanas de la Catedral de la Almudena. Existen un total de 8, todas ellas modernas, separadas en dos conjuntos, uno por cada torre.
A la torre oeste popularmente se la conoce como Mariana o de los Gallegos. Su nombre se debe a que sus campanas fueron donadas por gallegos residentes en Madrid. Están realizadas por los Ocampo en 1998.
Cada una de estas cuatro campanas hace referencia a las 4 advocaciones marianas castizas: Virgen de la Almudena, Virgen de Atocha, Virgen de la Paloma y Virgen de la Flor de Lis.
La Campana “Santa María la Real de la Almudena” toca a misa diariamente llamando a los fieles a la oración: a las 12:00 y a las 19:00.
En la torre este encontramos otras 4 campanas de volteo, así como un pequeño conjunto de campanas afinadas y fijas denominado carrillón. Todas ellas fueron realizadas por Quintana en Saldaña, Palencia.
Estas 4 campanas tienen el nombre de: Benedicta, Ancilla Domini, Magnificat y Gratia Plena.
Hacen referencia a 4 textos marianos recogidos en el evangelio de san Lucas.
El denominado carrillón no es propiamente un “carrillón” ya que éste debería ser el conjunto de 24 campanas o más y el nuestro tiene únicamente 13. Un pequeño conjunto como este recibe el nombre de “chime”, puesto que permite melodías, pero sin la complejidad de un carrillón.
Este chime se utiliza a diario para interpretar el himno de la Virgen de la Almudena.
Durante el Ángelus estas campanas dan 3 toques de 3 golpes que reproducen las 3 antífonas que componen esta oración. Tras el Ángelus, dos campanas de cada torre tocan al finalizar el rezo. Esto sucede diariamente a las 12:00.
Pero es en las grandes solemnidades de la Catedral cuando el conjunto de campanas de ambas torres repica al unísono, como expresión de la alegría de la comunidad cristiana convocada para celebrar.
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