Hoy me gustaría hablaros de una maravilla del mundo animal. Un pájaro que necesita levantar él solo una edificación, para ganarse el derecho a procrear.
Uno de los #MonumentosImperfectos de la naturaleza: el pájaro pergolero y su arquitectura del amor.
👇 DENTRO HILO 🧶
La naturaleza es fascinante.
Las aves, a lo largo de un complejo proceso evolutivo, han desarrollado diferentes métodos para que las hembras puedan elegir al mejor macho posible.
Esta selección puede depender de la belleza de diversos factores como su canto, los colores del plumaje o incluso la cornamenta.
(Algunos de lo veloces que sean, no os digo más)
En este caso, la hembra del ‘Amblyornis inornata’ elige al macho en función de… Atención, ojo al dato: lo bonito que haya construido una pérgola.
Porque, seamos sinceros, el macho no hace absolutamente nada más: ni ayudar a construir el nido, ni a incubar los huevos, ni siquiera a alimentarlos cuando ya han nacido.
Vamos, que el tío se desentiende por completo de la hembra una vez han copulado.
Eso sí, antes tiene que construir una estructura que más le vale que se lo curre porque la continuidad de sus genes depende de ello.
Este pequeño pájaro tiene que ir recogiendo una a una cada una de las ramitas que vaya encontrando por el bosque para levantar una pérgola y conquistar a su dama.
La pérgola es la estructura donde tendrá lugar el apareamiento, sí. Pero para llamar la atención de la hembra, primero crea una alfombra en la parte delantera.
Un tapiz orgánico con pétalos, bellotas, frutos...
Bueno y botellas de plástico, bolsas de patatas, clips y cualquier cosa colorida o brillante que se encuentre por el bosque.
Y estas son muy exigentes, claro. Que si lo único que van a hacer por ellas es apilar ese amasijo de palitos, qué menos que sea una obra de arte.
Las hembras se pasan por allí como si estuvieran buscando piso en Idealista, se quedan dentro de la pérgola mirando cómo los machos realizan el cortejo, echan un ñiki-ñiki rapidito y hasta el año que viene.
Y que la naturaleza siga su curso.
Un pájaro que necesita desarrollar dotes decorativas para echar un caliqueño, os juro que es de lo más extravagante que he escuchado en mi vida.
Estoy seguro de que Marie Kondo se sentiría orgullosa.
Si os ha molado la historia, es una de las que cuento en este vídeo sobre grandes arquitectos del mundo animal, junto a otras nueve alucinantes construcciones:
Las fotos que he utilizado para ilustrar el hilo son de Tim Laman, thewildernessalternative, Arkive y Chien C.Lee.
Otro día seguimos conociendo #MonumentosImperfectos.
Se agradecen inmensamente los likes, RTs, follows, ramitas, pétalos o tapones de botella, que se acerca la primavera y mi pérgola no va a construirse sola.
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