El 19 de agosto del año 14 d.C. se producía la muerte del emperador Augusto en Nola. Aquel día acabó la vida no solo del primer emperador romano, sino del emperador que más tiempo estuvo en el cargo: 41 años.
Vamos a ver cómo fueron sus últimos días en este 🧵 HILO 🧵
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En el verano del 14 d.C., Tiberio marchó al Ilírico para comprobar que la provincia era estable y segura. Augusto y Livia Drusila lo acompañaron al principio de su viaje, en parte también porque el princeps quería asistir a los juegos en su honor que iban a tener lugar en Nápoles
Augusto se puso enfermo en el viaje, así que la familia pasó unos días de relax en la isla de Capri disfrutando de numerosas fiestas y juegos entre amigos. Luego, a pesar de no estar del todo recuperado, cruzó hasta Nápoles y asistió a los juegos en su honor.
El plan era regresar a Roma, pero la enfermedad reapareció más fuerte y Augusto tuvo que refugiarse en su villa de Nola. Curiosamente, esa era casa donde había muerto su padre, Cayo Octavio. Convencido de su final estaba cerca, ordenó que Tiberio regresara lo antes posible
Suetonio afirmó que el moribundo Augusto tuvo una larga charla con él en privado. Como anécdota, este historiador menciona que, una vez que Tiberio ya había salido de la habitación, Augusto murmuró «Oh, infortunado pueblo romano, ser masticado por unas mandíbulas tan lentas».
El 19 de agosto del 14 d.C. solicitó un espejo, pidió que lo peinaran y que le ayudaran con un problema de la mandíbula. Así compuesto, ordenó que pasaran a verle algunos de sus amigos para preguntarles si creían que había representado bien su papel en la comedia de la vida
En último lugar, Augusto besó a su esposa y le dijo «Livia, recuerda nuestra vida de casados y adiós». Murió en la novena hora, es decir, al atardecer
El cadáver fue transportado a Roma sobre los hombros d los líderes locales de cada zona. Al haber muerto en agosto el calor era muy intenso, así que el viaje era de noche. Durante el día, sus restos reposaban expuestos en el templo principal d cada población en la que se detenían
Desde su casa en el Palatino, los magistrados designados para el año siguiente llevaron los restos de Augusto al Foro romano en un ataúd coronado por un sofá de oro y marfil en el que iba reclinada una figura suya de cera que lo representaba como general triunfante
Desde los Rostra, Tiberio y Druso el Joven pronunciaron sendos elogios fúnebres, alabando sus servicios al Estado y ensalzando sus logros. Tal y como el propio Augusto había dicho en su lecho de muerte, había encontrado una Roma de adobe y se iba dejando una Roma de mármol.
La procesión continuó su camino hasta un lugar de cremación cercano al mausoleo de Augusto en el Campo de Marte. Sacerdotes, equites y pretorianos dieron vueltas a la pira para honrarle y algunos tiraron sus valiosas condecoraciones militares en reconocimiento por su valor
Acto seguido, los centuriones pretorianos trajeron antorchas encendidas y prendieron fuego a la pira. En ese instante se soltó un águila desde el interior de la estructura que voló por el aire simbolizando el ascenso del espíritu de Augusto al cielo para reunirse con los dioses.
Durante días, Livia Drusila permaneció en el sitio. Después, hombres descalzos y con túnicas sin cinturón recogieron los huesos de Augusto para depositarlos en el mausoleo imperial. De esa manera la anciana mujer pudo despedirse del hombre que había sido su marido durante 52 años
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Y si quieres profundizar en los últimos años, días y minutos del emperador César Augusto, puedes leer este artículo.
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