Hoy se cumple un nuevo aniversario del fin de la batalla de #Stalingrado, la victoria más importante, sangrienta y decisiva de la segunda guerra mundial.
La operación Barbarroja, lanzada en junio de 1941, y que había comenzado de forma arrolladora, se encontraba estancada a las puertas de Moscú en diciembre del mismo año.
Surge el plan de avanzar sobre el sur del frente oriental alemán. El objetivo? Destruir a los ejércitos soviéticos de la zona y apoderarse de los imprescindibles campos petrolíferos del Cáucaso en una operación denominada Fall Blau.
El ejército alemán requería de una línea defensiva. Para ello, el 6° ejército de Paulus y el 4° ejército panzer de Hermann Hoth debían llegar hasta la ciudad de Stalingrado a orillas del Volga con una fecha límite para su captura: 25 de agosto de 1942.
A mediados de julio se inicia la ofensiva con bombardeos de la Luftwaffe. Tropas rumanas, húngaras e italianas, no tan bien equipadas como las alemanas, forman parte de la misma.
A finales de ese mismo mes, Stalin promueve la orden 227 que prohíbe la retirada no autorizada, conocida como “ni un paso atrás”. También se niega a la evacuación de civiles buscando una mayor ferocidad en la defensa.
A fines de agosto, el XIV Panzerkorps del general Wietersheim llega a los suburbios. Las fuerzas soviéticas del general Chuikov quedan cercadas sobre el Volga en una franja de 14 km x 5 km. En septiembre se inicia la batalla en la ciudad propiamente dicha.
Hitler se muestra preocupado y nervioso porque el 6° ejército no logra el objetivo. La fábrica de tractores Octubre Rojo, donde se seguían haciendo y reparando tanques, se convierte en uno de los epicentros de la batalla.
La enorme extensión del frente de Stalingrado determinó que las capacidades alemanas para defenderlo sean limitadas. De esa falencia surgió la Operación Urano que se inició el 19 de noviembre y tenía por objeto sitiar a las fuerzas agresoras.
Cuatro días más tarde, y después de un movimiento de pinzas las fuerzas soviéticas cercan a los invasores de Stalingrado al reunirse en Kalach a unos 100 km al oeste de la ciudad.
Los alemanes agotados y con pocas provisiones, intentan en el gélido diciembre romper el anillo. La ofensiva Tormenta de Invierno planificada por el mariscal Erich Manstein fracasa y determina el final del 6° ejército de Paulus.
Promediando enero, los aérodromos en manos de los alemanes y desde donde recibían las escasas provisiones desde el exterior caen en manos soviéticas.
El 31 de enero, Paulus, contra los deseos de Hitler, rinde su posición en el sur de la ciudad. El 2 de febrero de 1943 lo hacen las restantes fuerzas. Se calcula que dos millones de personas perdieron la vida.
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