Te interesa la historia del manga, te interesa el shojo, pero todavía no conoces a Mizuno Hideko (@MizunoHideko), una de las grandes pioneras, una autora clave.
Pues ha llegado el momento de que la conozcas un poco mejor. O eso es lo que pretendo con este nuevo hilo 🧵
@MizunoHideko Es una de las autoras de manga más veteranas de la era moderna, y algunas de sus obras han contribuido enormemente al desarrollo del shojo manga: la popularización de las estrellas en los ojos, tener protagonistas masculinos en shojo manga o hacer shojo histórico, y mucho más.
Mizuno Hideko nace en 1939 y pronto queda huérfana de padre (desaparece en la Manchuria en guerra) y su madre. Se cría con su abuela y su tío, a quién considera un hermano.
Desde bien pequeña le encanta dibujar y leer manga.
Pronto descubre a Tezuka Osamu, alucina con Angel Gunfighter y La princesa caballero, pero lo definitivo es el manual de mangakas del mismo Tezuka, que la convierte en su mayor fan y le empuja a dedicarse al manga.
A los 12 años, Mizuno empieza a mandar historias a la revista Manga Shonen, que por entonces era la única con concurso para aspirantes. A Mizuno le da igual que sea de shojo o shonen, lo que le interesa es que entre el jurado está el mismísimo Tezuka Osamu.
Finalmente consigue un mención de honor del concurso, pero eso significa que no se va a publicar su obra en la revista. ¿Es el fin de sus aspiraciones? Eso parece.
Pero, ¿sabéis dónde acaban sus originales?
Criando polvo encima de un armario de... ¡el propio Tezuka!
Mizuno ya estaba a otras cosas, con 15 años, graduada del insti, empieza a trabajar. Pero entonces recibe una carta de alguien muy importante: Maruyama Akira, editor de Shojo Club.
Pero, ¿cómo había llegado Maruyama a conocer la obra de Mizuno?
Maruyama también trabajaba como editor de Tezuka Osamu, y un día fue a visitarle a los apartamentos Tokiwa-so (los famosos apartamentos del manga).
Suponemos que fue para pedirle que le entregara unas páginas originales. ¿Pero dónde estaban?
Tezuka le dijo a Maruyama que echara un vistazo encima de un armario. Y si vuestra capacidad de retención sigue a unos niveles aceptables, recordaréis dónde acabaron los originales de Mizuno.
Así fue como Maruyama se topó por primera vez con la obra de Mizuno.
Maruyama le preguntó a Tezuka de quién era ese material, y él recordó que eran de una chica de Shimonseki. Le dijo al editor que dibujaba muy bien y que tendría que darle una oportunidad.
Así pues, sin Mizuno saberlo, su gran ídolo acababa de recomendar su trabajo a un editor.
En 1956, con un par de ilustraciones y una viñeta humorística, sin haber cumplido los 17 todavía, Mizuno se estrena. Poco después, publica su primer yomikiri: Akakke Kouma Pony, que recoge las influencias del western tezukiano y ofrece una protagonista tomboy que le va al dedo.
Un western no es lo que uno esperaba encontrarse en una revista shojo, pero Mizuno, que desde el principio siempre quiso ir más allá de los tópicos, sabía jugar bien sus cartas.
Los editores de las revistas shojo no siempre tenían muy claro qué querían sus lectoras, ella lo aprovechaba a su favor, y proponía temas que iban ampliando los límites de lo permitido o esperado en las revista shojo, que hasta entonces se basaban en el sota, caballo y rey.
Por cierto, aquí imágenes del western del debut de Mizuno.
Maruyama, el editor, encarga a Mizuno su primera gran obra, y el reto es de vértigo: La princesa caballero de Tezuka ha terminado y la revista busca una sustituta.
Así nace Gin no Hanabira (1957).
Mizuno no se aleja en exceso de ciertos tópicos shojo de la época, pero le da su toquecillo, añadiendo aventura y un personaje que, como Zafiro, también se viste de chico en alguna ocasión. En definitiva, Tezuka está muy presente en la obra de Mizuno, en muchos aspectos.
De hecho, La princesa caballero es una gran inspiración para Mizuno, a quien no le gustan las típicas protagonistas de muchos shojo. De ahí que acabe creando protagonistas que se alejan de ciertos estereotipos, algo que finalmente acabará por llevarla a romper ciertas barreras.
Gin no Hanabira no es La princesa caballero, pero se puede considerar todo un éxito. La carrera de Mizuno despega, y empieza a relacionarse con compañeros de profesión.
El primer mangaka en ir a visitarla no es otro que un tal Matsumoto Akira, que años después se llamaría Leiji.
También tuvo su gran momento cuando finalmente conoció a su ídolo: ¡TEZUKAAAA!
Es más, parece que fue uno de los instigadores para que Mizuno diese su siguiente gran paso en su carrera profesional: mudarse a los apartamentos Tokiwa-sō.
Mañana seguimos con las aventuras de Mizuno en los Tokiwa-sō, así que ahora es momento de hacer recuento de las obras de Mizuno Hideko publicadas en español:
Antes de seguir, breve apunte para los que no conozcan los Tokiwa-sō: los apartamentos del manga. Mini-apartamentos que en los 50 se llenaron de mangakas siguiendo el rastro de Tezuka. Algunos de ellos acabarían siendo grandes maestros: Ishinomori, Fujiko Fujio, Akatsuka, etc.
Mizuno fue a los Tokiwa-sō con la idea de pasar ahí unas semanas, que al final se convirtieron en meses.
Para ir, tuvo que dejar el trabajo, apostando todo a su carrera de mangaka. Un gesto ya de por sí valiente, pero doblemente arriesgado siendo una mujer japonesa en los 50.
Mizuno fue a los Tokiwa-sō para trabajar con otros dos autores: Ishinomori Shotaro y Akatsuka Fujio.
Instigados por Maruyama, formaron un grupo llamado U-MIA que publico varios trabajos conjuntos.
La idea era motivar a tres mangakas jóvenes que prometían.
Y recordemos que estos autores por ese entonces trabajaban principalmente para revistas shojo. La propia Mizuno lo recuerda en entrevistas: los apartamentos del manga fueron un lugar de producción de shōjo (ahí empezó La princesa caballero). Es un cambio de concepto interesante.
Kurayami no Tenshi, 3a y última obra de U-MIA, se publica cuando Mizuno ya ha abandonado los Tokiwa-sō, y es uno de los más interesantes. La gran novedad es que se trata de una historia de misterio, algo que no era precisamente habitual para las revistas shojo de la época.
Mizuno vuelve a casa, echaba de menos su familia, pero recuerda esa época con mucho cariño y además fue muy beneficioso a nivel de influencias y evolución (recordemos, casi todos hacían shojo).
Y aquí vale la pena hablar de los famosos "ojos shōjo".
Ya expliqué en el hilo sobre shojo los orígenes de esos ojos típicos cristalinos, pero aquí vamos a contar cómo los adopta Mizuno y cómo se popularizan.
Aquí el hilo de shojo, por cierto:
Mizuno dice que Tezuka, con La princesa caballero, fue una influencia importante, pero quién lo lo lleva a otro extremo es Ishinomori con su debut: Second Class Angel. Ahí, el autor los exagera mucho y les añade una estrella, recurso que ella acaba adoptando y popularizando.
Mizuno sigue rompiendo moldes con sus nuevas obras. Tuonela no Hakuchō, se inspira en la ópera de Sibelius, y cuenta la historia con un toque fantástico (viaje a otro mundo), que incluye un hombre que acaba prendado de una chica que encuentra en ese mundo.
Puede parecer algo muy normal, pero hablamos de un shōjo a finales de los 50, y aunque es una obra corta, el peso lo llevo un personaje masculino que, además, parece que se ha enamorado. Dos líneas casi rojas que se han cruzado, con una temática tampoco muy habitual.
La influencia de la ópera en Mizuno se puede ver a lo largo de toda su carrera, y muy especialmente en Hoshi no Tategoto (1960), uno de sus grandes éxitos de la época y, según algunos, el primer shojo en mostrar una relación romántica mujer/hombre explícita.
Por supuesto, que sea una historia mitológica y occidental es lo que ayuda a que se permitan este tipo de historias en revistas shōjo. Pero ya es un paso hacia adelante, a la espera de que llegue Nishitani Yoshiko con sus romances de instituto.
Es importante hablar aquí de Audrey Hepburn y su influencia en ilustradores y mangakas. Mizuno fue precisamente quién adaptó Vacaciones en Roma y Sabrina, llevando al shōjo manga la comedia romántica, aunque fuese, de nuevo, con esa "distancia de seguridad cultural".
Su siguiente obra clave llega en 1963, y eso sí fue toda una revolución para el shōjo, y es que Shiroi Troika se ha considerado el primer shōjo de temática histórica.
El editor ni estaba muy convencido de atajar un tema así. Hacer un manga histórico, sobre Rusia... Pero Mizuno le convenció ya que, al fin y al cabo, la protagonista era una chica que perseguía el sueño de ser cantante, lo cual encajaba con el shōjo de la época. Mizuno lo cuela.
Unos años después, Mizuno coge elementos de la comedia romántica y algunos de históricos para crear un manga que será una de sus obras más populares: Honey Honey Sutekina Bouken (1966).
Una especie de El mundo está loco, loco, loco con una chica y sus pretendientes por el mundo.
Tuvo suficientes éxito para que en 1981 se hiciese una adaptación anime, y los más viejotakus del lugar quizá recuerden haberlo visto por aquí: Las aventuras de Silvia.
A modo de curiosidad, ese mismo año, Mizuno publica La Virgen María de Granada o Granada no Seibo/Maria (1966). Sobre una actriz que hace de Virgen María en la típica peli de Hollywood de Semana Santa.
La peli se rueda en Granada, pasando por Madrid, y la protagonista va a una corrida de toros para ver como muere un torero. Después se "aparecerá" como María ante los ojos de la hermanita pequeña del torero. Muy loco todo 😬
Segunda mitad de los sesenta, una época de muchas protestas en distintas partes del mundo, algo que no pasará desapercibido para Mizuno. Su mirada empieza a fijarse en EEUU, y es ahí donde sitúa una obra importante para entender lo que vendrá después: Broadway no Hoshi (1967).
La protagonista es Sue, una "Jersey girl", cuyo padre desaparece después de ir a buscar trabajo a New York. Tiempo y una tragedia después, Sue se marcha también a la gran manzana, persiguiendo el sueño de ser actriz en Broadway.
Uno de los puntos a destacar de la obra es que Mizuno retrata el racismo que sufre la población afroamericana en USA. Algo que no deja de sorprender, por la época y la distancia física y cultural.
Y este es un tema que recuperará en su próxima obra, todo un hito del shōjo...
Mizuno era más de clásica y el Rock no parecía interesarle demasiado. Pero entonces descubrió Pink Floyd y las cosas cambiaron un poco...
Mizuno, interesada por las revoluciones del momento y la filosofía hippie, empieza a viajar por varias ciudades de USA, acude a conciertos e incluso al musical HAIR en Londres. Empapada totalmente de la cultura hippie y el Rock, ya está preparada para encender el fuego...
Mizuno empieza a publicar en la revista Seventeen FIRE!🔥, considerado el primer shōjo protagonizado por un chico. Es la historia de Aaron en su camino para convertirse en un músico de éxito.
Mizuno se fijó en varios músicos de la época para crear a Aaron, pero la inspiración principal fue Scott Walker, cantante de The Walker Brothers. Aunque la canción que le llamó la atención era de uno de sus discos en solitario: Plastic Palace People.
En FIRE! encontraremos a una Mizuno explicando la cultura hippie y abrazando algunas de sus ideas... ¡como el naturismo! Y es que no solo se rompen moldes con el género del protagonista, sino que también vemos por primera vez una escena de cama en un shōjo. Mizuno on 🔥!!!
Más allá del tema sexual, hay quien dice que la obra hace un magnifico retrato del movimiento hippie, y no solo eso, sino que Mizuno supo ver su inminente declive y decadencia.
Como decía, aquí también tocó el tema del racismo. Algunas fuentes citan a Mizuno como la primera autora en hacer una representación de personas afroamericanas que no era estereotipada o directamente racista en un manga.
En una entrevista que Takemiya Keiko hace a Mizuno, se sugiere que FIRE! pudo haber sido el manga que encendió la llama de los protagonistas bishonen. Muy indicativo que pregunte Takemiya, porque en FIRE! también se ha visto un proto-BL en la relación entre Aaron y Fire Wolf.
Lo que está claro es que Mizuno, con un estilo de dibujo cada vez más evolucionado y que se iba distanciando de sus primeras influencias de Tezuka e Ishinomori, ofrece a las lectoras un prototipo de hombre con rasgos distintos a los habituales hasta entonces, auténticos bishonen.
Mizuno habla de la influencia de los cultura clásica griega en ese estereotipo de belleza, y es pertinente mencionar Selene no Nageki (1966), un manga con señores muy apuestos y fortachones que viven todo un bromance, en el que la diosa del título no es más que una excusa.
Volviendo a FIRE!, al principio no tuvo mucho éxito, seguramente por ese protagonista y el tipo de historia. Algunos dijeron que Mizuno se había pasado al gekiga. Y tampoco sorprende la idea, ya que tiene una premisa muy parecida a Ashita no Joe, un "gekiga mainstream" entonces.
Al avanzar la trama, la obra empieza a coger carrerilla y llegan las cartas de fans. Sorprendentemente (o no), empieza a atraer también la atención del público masculino.
Al mismo tiempo, sus atrevimientos sexuales hacen que le lleguen incluso algunas cartas amenazadoras.
No quiero cerrar el capítulo de FIRE! sin mencionar que es una de las obras en las que vemos a una Mizuno más madura y que empieza a experimentar mucho más con la narrativa visual, convirtiendo el manga en una auténtica avanzadilla de lo que vendría después del Grupo del 24.
Hacemos un paréntesis y vuelvo a colocar aquí el contador de obras de Mizuno Hideko publicadas en español hasta la fecha:
Después de FIRE! cambian muchas cosas en la vida de Mizuno. En las fases finales de la publicación del manga se da cuenta que está embarazada. La autora se convierte en madre soltera, y si serlo en los setenta, en general, ya era una decisión atrevida, en Japón todavía más.
Esto afecta su ritmo de trabajo. A partir de entonces la gran mayoría de obras son de tomo único, hace portadas e ilustraciones, algo que le permite compaginar el trabajo con los cuidados de su hijo.
Y eso afecta sus ingresos también, que bajan considerablemente.
Perdemos productividad, pero ganamos una autora que va depurando su estilo y llegando a una sofisticación excepcional. Obras como su adaptación de la ópera Los cuentos de Hoffman o la espectacular Rondo, son ejemplo de ello.
Su nueva situación lleva también a cierta transición en el tipo de historias que quiere contar, y Mizuno va virando cada vez más hacia el público femenino adulto. Así pues, junto a Miyako Maki y Watanabe Masako se convierte en una de las primeras autoras de josei.
A lo largo de los setenta, sea por su situación personal o por el éxito de las autoras del Grupo del 24, parece que el protagonismo de Mizuno en la demografía femenina decae (no por ello la calidad de las obras).
No sé si eso explica un manga bastante curioso en su carrera como es Scylla, una space opera sexy rollo Barbarella, con elementos de fantasía heroica. Aunque quizá sea también por la influencia hippie, no podemos obviar que entonces aparecen Terra e y ¿Quién es el 11° pasajero?
Sea como sea, no podemos olvidar el ninguneo de la crítica de manga japonesa respecto a todo lo que se hizo antes del Grupo del 24, que podría explicar por qué hoy la propia Mizuno dedica esfuerzos a hablar del shōjo creado entre La princesa caballero y La rosa de Versalles.
Y quizá esto explica por qué, una de las obras de Mizuno, después de casi 30 años, sigue inconclusa porque ninguna editorial parece dispuesta a apostar por ella. Hablamos de Ludwig II.
El que fue mecenas de Richard Wagner es el protagonista de este manga biográfico al que Mizuno parece tener cariño. A día de hoy hay 800 páginas hechas, 400 publicadas, pero con un plan para que termine la historia en 1000 páginas. En total 5 tomos, solo dos salieron en los 90s.
Desde el año 2000, Mizuno se autopublica o lo hace mediante pequeñas editoriales. Ella se describe a sí misma como una outsider de la industria. Su hijo le ayuda con la página web y está activa en Twitter en su cuenta @MizunoHideko.
Echadle un ojo: mizuno.x0.com
Mizuno Hideko, una autora imprescindible para entender la evolución del manga en general y el shōjo en particular. Una titana del manga de la cual todavía no hemos podido leer nada en español, y hay muchas obras cortitas por las que apostar.
¿Qué os parece? ¿La necesitamos?
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