Os voy a contar cómo el que pudo ser el medicamento más utilizado del mundo, pasó a ser un veneno y acabó como una de las salsas más utilizadas de la historia #HistoriaMedicina #hilo 🧵⤵️
El médico John Cook Bennett (1804-1867), que también había sido militar y político, pasó a la historia por ser uno de los impulsores de la propagación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, de la que, por cierto, salió por la puerta de atrás posteriormente
Respecto a la medicina, sus principales aportes fueron: la fundación del Willoughby Medical College en Ohio y ser pionero en el uso del cloroformo como anestésico, publicando sobre ello en 1848
El Dr. Bennett también era un estudioso de la agricultura y la ganadería y realizó incursiones en estos campos. De hecho, fue el “creador” de varias razas de pollo. Muy conocida es su gallina de Plymouth Rock
Uniendo sus conocimientos sanitarios y de agricultura, se convirtió en un acérrimo defensor del tomate.
A partir de 1834 impulsó su consumo diciendo que traía importantes beneficios para la salud
Esto chocaba con la imagen que se solía tener de esta hortaliza a principios del siglo XIX, donde en bastantes ámbitos se consideraba que no aportaban nada, o incluso que eran “casi venenosos”
Mientras en países anglosajones se llegaba a decir que “los tomates estaban rojos con la sangre de los pobres que los comían”, en algunos países mediterráneos éramos más espabilados. Así en Italia y España, por ejemplo, el consumo de tomates era relativamente frecuente
Poco después Bennett dio un paso más, afirmando que el consumo de tomates podía curar enfermedades como la diarrea, la gastritis, la ictericia, la indigestión y en general patologías digestivas e incluso reumatoides
Bennett tras publicar un libro de recetas medicinales basadas en el tomate, se dio cuenta que si quería usarlo como medicamento, lo mejor era tenerlo como jarabe, o incluso mejor aún, como píldora
Pues ni corto ni perezoso, y usando un preparado a base de tomates de origen británico que había llegado a su conocimiento, creó unas píldoras para combatir los problemas digestivos de la población
Este preparado a base de tomates lo llamaban “kétchup” en las Islas Británicas y allí se utilizaba como condimento/acompañante de la comida desde que lo creara Sandy Addison en 1801
Los británicos lo habían importado del archipiélago malayo donde usaban una salsa picante para acompañar pescado y carne llamada “ketsiap” (kôechoiap). Era de color ámbar y hecha a base de pescado (anchoas saladas y fermentadas) y especies
Parece ser que el origen del ketsiap* está en la región de Fujian (China) habiendo datos de recetas con este o similares desde el 300 a.C. Desde allí se extendió su uso a todo el sudeste asiático (Malasia, Indonesia y Filipinas)
*hay pequeñas variaciones en el nombre dependiendo de la bibliografía, por ejemplo, ke-tsiap, ge-thcup, koe-cheup, ke-tchup, ...
A finales del XVII-principios del XVIII, los británicos una vez empezaron a crear ellos la salsa ketsiap, no tardaron en “corromperla” introduciéndole ostras, mejillones, champiñones, nueces, limones, apio, frutas como ciruelas o melocotones e incluso cerveza
Como a los británicos les parecía muy fuerte el sabor de la salsa original, retiraron las anchoas de la receta y la rebajaron añadiéndole salsa de tomate (que el ketsiap o kétchup original no lo incluía ni por asomo)
Cabe decir que el kétchup británico había llegado como condimento en 1822 a Boston de la mano de la empresa de William Underwood (1787-1864) pero había pasado totalmente desapercibido en el mercado
Retomando la historia…
El Dr. John C. Bennett lanzó al mercado americano píldoras medicinales de kétchup, pero estuvo poco hábil y no patentó el novedoso producto, … lo que hizo que aparecieran plagiadores
Hubo algunas falsificaciones que no tenían ni tomate y eran simples laxantes. Por desgracia, estos sí tenían efectos digestivos… aunque no los esperados
En 1837, Archibald Miles sí patentó un medicamento (de kétchup) “curalotodo” al que llamó “Píldora higiénica americana”. Después le cambió a un nombre mucho más esclarecedor: “Extracto de tomate compuesto del Dr. Miles”
Miles decía que sus píldoras podían curar “desde la calvicie hasta el pie de atleta” pasando por todo tipo de enfermedades como el escorbuto, óseas y otras incluso graves
Las pastillitas fueron un éxito y se popularizaron extendiéndose a todo lo largo y ancho de los actuales Estados Unidos. También se empezaron a realizar otros kétchups líquidos o “pastosos” que rápidamente triunfaron
Mientras el sabor de estos derivados del tomate se popularizaba, se empezaba a saber que las teóricas propiedades sanitarias (cuasi milagrosas) no existían, y que ni las píldoras, ni los jarabes, etc. curaban de nada
Habían pasado más de veinte años; nos encontrábamos con la década de 1850’s bien avanzada; y mientras los productos de kétchup eran descatalogados como medicamentos la gente incluso los producía a nivel doméstico
La pasión de los norteamericanos por el kétchup era brutal, el problema era que en muchas ocasiones esos preparados caseros no duraban en el tiempo con lo que o sentaban mal o tenían que desecharse
Se usaron conservantes como el ácido bórico, la formalina, el ácido salicílico, el ácido benzoico, benzoato de sodio, etc. unidos a colorantes como alquitrán de hulla. Estas combinaciones eran muy perjudiciales (cancerígenas muchas)
Lo que había nacido como una medicina, ahora que era popular, se había convertido en un veneno.
Del cielo al infierno en pocos años…
Así son las cosas, pero después de muchas idas y vueltas…
En 1876 Henry John Heinz (1844-1919) (y L. Clarence Noble) para evitar añadir todos estos conservantes/colorantes dañinos (que con el tiempo se prohibieron) utilizaron tomates rojos maduros (con más pectina) y subieron drásticamente la cantidad de azúcar y vinagre a la receta
Si el sabor del kétchup antes de esto era popular, los cambios incluidos por Heinz causaron furor en el mercado norteamericano convirtiéndose (con sus luces y sombras) en la salsa de tomate de cabecera de millones de personas #esoesotrahistoria
Si hoy el kétchup siguiera siendo un medicamento, ríete del consumo del AAS, paracetamol, ibuprofeno, metamizol magnésico, salbutamol, etc.
Solo en EE.UU. cada persona consume de media 3 botellas grandes de kétchup al año
El kétchup, que pese a lo que se cree, no es americano, es de origen asiático, se popularizó como medicamento y pasó de ser casi prohibido por los aditivos que llevaba a convertirse en una salsa exitosa
Ahora cuando vayáis a un restaurante de comida rápida y os den los sobrecitos de la famosísima salsa de tomate, ya sabéis que eso ha llegado ahí porque un día fue un medicamento…
Imagino que muchos sabíais la historia... espero que os haya gustado como la he contado.
Para los que os ha pillado de nuevo, espero os haya resultado interesante
#muchasgracias
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