MITOLOGÍA CELTA: LA HISTORIA DE MORRIGAN
Abro hilo:🧵
Adentrándonos en el panteón celta, un mundo de fantasía de praderas y mares.
Tierras húmedas por velos de niebla, salpicados a su vez por extraños monolitos de piedra con símbolos circulares llenos de magia y enigmas.
En ese ambiente nace Morrigan, la diosa de la muerte.
Una dama oscura y lúgubre, con cabello largo y negro, con ese toque de aura belleza misteriosa.
Su personalidad era un cúmulo de sorpresas, se la retratada como una mujer mala, orgullosa, celosa y vengadora.
Morrigan era una triple deidad, también hacia triada con sus hermanas Badb, Machan y Nemain.
Su poder destructivo era similar a su apetito sexual, por lo que se la asocia tanto a la muerte como a la nueva vida, ambos espectros muy ligados en el mundo celta.
Su poder destructivo era similar a su apetito sexual, por lo que se la asocia tanto a la muerte como a la nueva vida, ambos espectros muy ligados en el mundo celta.
Morrigan pertenece a los Tuatha Dé Danann, los poderosos seres que habitaron Irlanda antes que los humanos.
El nombre Morrigan significa Reina espectral, y pervive en paises anglosajones como “Carrie o Carrigan”. Si bien se la asocia a la muerte y la guerra, también está vinculada a la renovación, amor y deseo sexual. Simboliza tanto el final como el inicio, el placer y la violencia.
Con el nombre de Macha, Morrigan tomaba características de fertilidad, incluyendo una leyenda donde logra vencer una carrera de caballos estando embarazada; bajo el título de Badb era una temible diosa de la guerra, presente en los campos de batalla y representada por un cuervo.
Pero, en la batalla también podía aparecer como Nemain, provocando miedo entre los guerreros pues aparecía flotando entre los cuerpos sin vida.
La figura de Morrigan aterraba a los guerreros, pues podían asociar su aparición a una muerte inminente, pero estos mismos atributos los hombres en batalla la consideraban “un buen presagio”, pues podían utilizar su energía o su sed de muerte a su favor en contra de los enemigos.
Morrigan pertenece a los llamados Tuatha dé Danann, los principales seres mágicos que habitaron Irlanda. Es una divinidad esencial asociada a su vez con Anu, la llamada “nutridora de dioses”, que se halla encarnada en Munster, en la forma de 2 montañas que representan sus pechos.
Su personalidad picaresca y coqueta,
Hizo que fuera amante de reyes y dioses tales como Dagda, una de las deidades más influyentes del Tuatha Dé Dunann.
Sin embargo, siempre estuvo enamorada de un guerrero en especial a quien nunca pudo tener.
Se llama Cuchulainn, un famoso héroe mítico celta llamado “el Aquiles irlandés”, por sus características y naturaleza, a quien según una profecía le había sido presagiado que libraría heroicas batallas, que sería muy famoso, pero que moriría joven.
Aunque parezca increíble este se resistió a la diosa e incluso batallaron en contra en varios campos de batalla y hasta llegar a vencerla sin importar las formas que adquiría la diosa.
Durante una batalla es herido y Morrigan lo atiende, llevándoselo por siempre a su lado.
Para los celtas la muerte no era el final, sino un nuevo ciclo. Pero a pesar de ello, los guerreros y temían esa oscuridad que les traía Morrigan, ese instante de frialdad momentánea que sufrían al ser arrancados de sus tierras, donde el mar había arrullado sus vidas de soldados.
Mórrigan era la hacedora de la vida, pero también ella quien, con la sutileza de sus alas de cuervo, arrancaba el último hálito de los valientes guerreros.
Ya sea porque representa la vida y la muerte en sí, o porque tiene muchos otros nombres, el hecho es que Morrigan fue una deidad bastante compleja, pero increíblemente importante para el legendario panteón celta.
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