Un repaso a la historia de los Jardines de Piquío #Santander, cuyo proyecto para recuperar todo su esplendor hemos presentado la semana pasada.
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Allá por 1702, el Capitán Andrés de Mieses Alvarado, Corregidor de las 4 Villas (San Vicente de la Barquera, Santander, Laredo y Castro Urdiales) decide la construcción de la batería de San Antonio de Padua en este lugar, conocido como la “punta del Rastro”.
*Marcado con la F.
En 1725 había que poner a punto las defensas costeras y se mejora la batería de San Antonio de Padua bajo las directrices del ingeniero Louis de Viller de Langots.
En el plano se observan las 6 cañoneras, reforzadas con una base de sillería, y un pequeño edificio anexo.
Esta batería de San Antonio perdió interés con el paso de los años y en planos posteriores a 1765 ni se menciona, por lo que debió abandonarse por completo.
Como en el resto del Sardinero, no se tiene constancia de que este lugar tuviera otro uso hasta muchas décadas después.
Ante el interés por los baños en las playas, el 29 de julio de 1846 el Ayuntamiento encarga la construcción de un camino desde el Alta hasta El Sardinero por 38.400 reales “con el fin de ir a tomar con alguna comodidad los baños de ola del mar”.
Se construyó ese mismo año.
El 17 de julio de 1847, la Gaceta de Madrid publicaba este anuncio:
“Habilitados los baños de ola en la espaciosa playa del Sardinero han empezado a ser concurridos de sus naturales y de muchos forasteros”.
“Camino hecho especialmente para ellos y un carruaje a su servicio”.
El 20 de julio de 1861, la reina Isabel II llega a Santander y se habilita una caseta de lonas listadas para darse los baños en El Sardinero.
En 1864 se construye un nuevo camino para llegar al Sardinero que se llamará Paseo de la Concepción.
En 1870, siendo alcalde Juan Pombo, sus hijos César y Arturo finalizan la construcción en la 1ª playa, junto a Piquío, de un establecimiento de baños de carácter permanente.
En 1872, Amadeo de Saboya se hospeda en la casa de Juan Pombo en el Sardinero.
Piquío desde la 1ª Playa del Sardinero en 1880.
A la izquierda se aprecia la cantera que finalmente nivelaría el terreno y facilitaría el paso a la 2ª playa. De allí se extraía la piedra para los nuevos caminos y algunas edificaciones.
El edificio de la batería ha desaparecido.
Comienza a partir de entonces la edad dorada de El Sardinero.
Pronto se construiría el palacio de La Magdalena, el hotel Real, el nuevo Casino, la plaza del Pañuelo, los tranvías de Pombo y Gandarillas…
En 1897 se diseña un primer ajardinamiento de Piquío donde la disposición y forma de los jardines nada tienen que ver con los actuales.
Los parterres son de formas circulares, ovalados y arriates redondeados con mucha vegetación, rodeados de caminos para pasear y ver el paisaje.
En 1925, el arquitecto municipal Ramiro Saiz Martínez diseña y reordena los Jardines de Piquío tal y como los conocemos ahora, aunque su vegetación se fue modificando con el transcurso de los años.
Los Jardines de Piquío en 1975 y en otra foto más actual.
El proyecto prevé rehacer el característico pavimento azul y sus cenefas cerámicas, ahora muy deteriorado, así como las alineaciones de bordillo ornamental a base de cantos rodados blancos, respetando escrupulosamente la geometría de los jardines.
También se restaurará nuevamente la conocida como “Bola del Mundo” (ya se hizo en 2010).
Se trata de un instrumento astronómico conocido como Tierra Paralela, dado que la bola recibe la misma iluminación por el Sol que la Tierra real.
📲astrocantabria.org/?q=bola-piquio
Lo mismo se hará con la “Mesa Zodiacal”, las barandillas, los singulares bancos o los muretes de mampostería que definen la singularidad de este espacio.
Un proyecto de restauración con respeto absoluto a estos jardines, tal y como se configuraron hace ahora casi 100 años.
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