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Arqueólogo, borracho y mamarracho. Divulgador en Youtube, en RNE y El Intermedio📕 «Sodomitas, vagas y maleantes» (Planeta) putomikelcontacto@gmail.com

Mar 31, 2022, 26 tweets

¿Los arqueólogos no encontramos diversidad de género?¿Sólo encontramos hombres y mujeres «y no uno de esos 250 géneros»? Pos no.

Hoy, #DiaDeLaVisibilidadTrans, viajemos a Finlandia en la Edad Media para ver que la diversidad está en el pasado. Sólo tenemos que saber verla ⏬

Siglo XI-XII, en Suontaka Vesitorninmäki (Finlandia) una persona es enterrada con dos espadas, y ropa femenina.

Ahí quedará 800 años hasta que los arqueólogos lo excaven y se pregunten cómo es posible esta mezcla. Lo masculino del ajuar, con lo femenino del vestido. Los huesos no se habían conservado bien, así que no era posible sexar al individuo, y la pregunta seguía.

Los arqueólogos tradicionalmente hemos sido un poco rancios a la hora de determinar el sexo, así que disculpadnos por caer en espadas = guerrero = hombre.

En este caso no era que las espadas, en sí mismas, fueran algo masculino, pero en otros contextos similares de la época ese tipo de espadas sólo se encontraban en tumbas masculinas.

Por otro lado, ttanto la ropa como los broches eran de tipos que sólo aparecían en otras tumbas femeninas de la época.

(PD. Lo que veis como mugre pegado al reverso de la hebilla son restos de textil, que se conserva mu mal)

De las dos espadas, una estaba encima del individuo, la otra cerca. Así que se dieron algunas propuestas: podía tratarse de una mujer guerrera (ya conocemos ejemplos), o una mujer que había sido enterrada con su esposo, cuyos restos no se habrían conservado.

¿Quién me compra este misterio? Pues un grupo de arqueólogas de la universidad de Turku y Helsinki que el año pasado publicaron los resultados de un análisis de ADN para dar respuesta a la pregunta ¿hombre o mujer?

Un besazo a este grupo de investigadoras que tuvieron que recibir por cierto ataques de la alt-right el año pasado al publicar sus resultados.

Pa una vez que el lobby queer y transfeminista viene con facts y lógica…

Ahora qué decía el ADN, ¿hombre o mujer?

Pues ¿ninguna? El resultado: el individuo tenía cromosomas XXY, algo asociado al síndrome de Klinefelter una de las formas de intersexualidad más comunes (1 de cada 576 nacimientos «masculinos»)

Este síndrome afecta a la producción de testosterona y puede tener manifestaciones muy distintas: desde retraso en el habla, hasta ginecomastia (un mayor tamaño de los pechos) o esterilidad.

Para muchos los cambios no son evidentes hasta la pubertad, y en otros el síndrome nunca llega a percibirse.

Este individuo por tanto caería bajo el término paraguas que hoy llamamos intersexualidad. Pero ¿era sólo algo corporal? Bueno, no. Si lo comparamos con otros enterramientos de la zona, parece que le enterraron con objetos y un ajuar de ambos «polos» del espectro de género.

Así, lo más probable es que los cambios de la pubertad dejaron de manifiesto que esta persona (que hasta entonces se habría percibido como un niño varón) tenía unas características físicas que lo alejaban de ambos polos.

El género en muchas sociedades está sin duda ligado a la corporalidad (lo que llamamos el sistema sexo/género), Finlandia en la E. Media era uno de estos casos.

Lo que propusieron los investigadores era que tras la pubertad, nuestro amigue probablemente pudo construir una identidad de manera no binaria

El ajuar es bastante rico, por lo que parece que gozaba de cierta consideración social, y más allá de la mezcla de ropa femenina y armas, tuvo un enterramiento tradicional

No era una burla, no era una paria social

Es decir que pese a que podamos pensar que era una sociedad guerrera, y masculinista, donde el valor social de los hombres derivaba de su habilidad como guerreros, esta persona fue respetada sin conformarse a ese modelo.

Probablemente porque cumpliera otro rol en el grupo que no ocupaban hombres ni mujeres, aunque cuál no lo podemos saber.

Pero esto nos dice que las categorías que hoy denominamos el género y el sexo se han configurado socialmente de maneras diversas.

Incluso el cuerpo, sus partes y sus manifestaciones (el sexo, vaya), se ha comprendido de acuerdo a principios muy diferentes, y nunca ha dejado de estar mediado y configurado socialmente.

La cosa es que el síndrome de Klinefelter, pese a ser tan frecuente, no deja huellas en el esqueleto. Y los arqueólogos hemos tendido a sexar a los individuos de la manera más cómoda y rápida por cosas como los huesos de la cadera.

Estos análisis cromosómicos son caros, claro. Así que no se suelen hacer salvo que haya un misterio gordo que resolver. Misterios que sólo son tales porque transportamos nuestras propias asunciones al pasado.

En muchos casos, la prueba «científica» acaba revelando que hemos estado un poco ciegos, o rellenando vacíos de forma incorrecta.

Pero los arqueólogos no encontramos sólo "huesos de hombre y huesos de mujer", la forma de sexar individuos se ha refinado mucho desde los 80, precisamente gracias a la arqueología feminista (y más recientemente, la arqueología queer y transfeminista)

A veces sólo hace falta saber dónde mirar para descubrir que el pasado es mucho más diverso de lo que podríamos pensar.

Y bueno no sé si aprovechar porque escribí este hilo anoche e iba a terminar con el autobombo y la presión de mercado diciendo ¡hablo de esto y más en mi libro! todostuslibros.com/libros/la-hist…

Pero me sabe mal, no sirvo para esto, comprad comprad mis hermosos jabalíes veganos

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