Cómo un calcetín 🧦cambió la #HistoriaMedicina, salvó muchas vidas y pudo salvar muchas más #hilo 🧵⤵️
VALENCIA, 1885
La cantidad de fosas comunes que se tuvieron que excavar era incontable.
Cada día eran decenas y decenas de cuerpos que se lanzaban en ellas y se cubrían con cal viva.
Incluso se crearon “cementerios” exprofeso para los afectados
Además, un otoño muy lluvioso y un invierno lleno de heladas habían echado a perder las cosechas de naranjas. Esto sumado a la prohibición de exportar por la cuarentena propició una situación económica muy complicada para las familias
La enfermedad, que se cebaba especialmente con niños y adultos, creaba un pánico entre la gente porque todos sabían que casi el 80% de los contagiados morían sin remedio… en muchos casos en menos de 24 horas tras el síntoma culminante: la diarrea y los vómitos incontrolables
En lo que iba de siglo, cinco epidemias similares habían azotado la capital del Turia (1834, 1855, 1860, 1865 y esta del 1885). El levante español era una de las zonas que más defunciones había sufrido con las oleadas que habían llegado desde la ribera del Ganges
Esta vez el cuarto jinete del apocalipsis había llegado en tren desde Xàtiva, ya que el primer caso registrado en Valencia había sido de un empleado de ferrocarril que provenía de esta localidad donde existían casos documentados
La epidemia a Xàtiva llegó de Beniopa* y allí llegó de Francia. Muchos lugareños viajaban al país galo a ganarse el jornal en la vendimia. Allí la epidemia campaba a sus anchas desde el año anterior
*Hubo un pequeño brote controlado en Novelda en agosto de 1884
En la localidad de Beniopa (hoy un barrio de Gandia) de algo menos de 70 habitantes, falleció la mitad de su población por causa directa de la epidemia.
No había manera de controlar la enfermedad
Josep Maria Ruiz de Lihory i Pardines, más conocido como el “Barón de Alcahalí” era el alcalde de Valencia en ese trágico año y pese a que había tomado muchas medidas para la contención de la pandemia, resultaban ineficaces
Y eso que ahora se empezaba a conocer algo más de la enfermedad, fundamentalmente gracias a que el año anterior Robert Koch había descubierto que la “enfermedad de la bilis” (del latín “Cholera morbus”) la provocaba la bacteria Vibrio cholerae
Antes que Koch, otros como Pacini, Balcells, da Costa, Snow, etc. habían puesto sus granos de arena, pero ninguno de sus hallazgos había sido tan conocido y difundido como el del teutón
Lo que más se conocía eran los síntomas, identificando la enfermedad desde el principio hasta las fases finales de deshidratación tras la diarrea y los vómitos.
Pero los tratamientos a base de vino y opiáceos no funcionaban
Ya se sabe que el cólera vive en zonas húmedas, en frutas, verduras, etc. y Valencia que era eminentemente agrícola, estaba plagada de acequias.
Además, las lluvias favorecieron la expansión de la epidemia
El cólera volvía a ser selectivo ya que afectaba más a los pobres porque tenían peores condiciones sociosanitarias (deficiencias de alcantarillado y se mezclaba agua de beber con agua “sucia”).
En los barrios humildes con calles adoquinadas la epidemia se cebaba más
La cifra se acercaba a los 5.000 fallecidos solo en la capital y era insostenible. La autoridad municipal convocó a los científicos más nombrados del “Cap i Casal” para atajar la epidemia
Una de las pocas conclusiones era que la transmisión aérea era casi nula porque ninguno de los casi 100 enterradores se había contagiado y ni en las fiestas de la Virgen, ni las del Corpus, con contactos estrechos, no había aumento de casos significativo
Se tomaron medidas sanitarias como limitar desplazamientos y accesos, poner cuarentenas, controlar el río, alcantarillas y acequias, fumigar calles, limitar venta de frescos (incluso se abrió una carnicería municipal), etc., pero solo cayeron un 10% los casos
Se habilitaron varios hospitales para tratar exclusivamente a los enfermos de cólera separando el resto de las patologías en otros hospitales. Se crearon lazaretos para llevar a "los infestados"
La situación en Valencia era insostenible… casi 300 muertes diarias
MARSELLA, UN AÑO ANTES (1884)
Marsella junto a Toulon y Arlés eran las tres ciudades más afectadas por uno de los brotes de cólera más graves del siglo en Francia.
La enfermedad había llegado por mar en el barco “La Sarthe” procedente de Saigón
Tomo el mundo le había dicho que estaba loco por ir hasta allá en plena epidemia, pero el Dr. Ferrán era muy tozudo y se había empeñado en llegar hasta el final con sus investigaciones
Jaime Ferrán y Clúa (1851-1929), que era hijo de médico de pueblo, después de estudiar medicina en Barcelona fue nombrado médico titular en Tortosa (Tarragona) en 1879.
A él le gustaba tanto o más la investigación como la medicina
Era apasionado de la bacteriología y se había creado junto a su consulta un rudimentario laboratorio.
Seguidor en la distancia de los estudios de Pasteur y Koch, estaba convencido de poder encontrar una cura contra el cólera
Ferrán había trabajado en vacunas veterinarias después de haber leído las publicaciones de Pasteur sobre la atenuación de microbios. Sobre esto publicó su loada “Memoria sobre el parasitismo bacteriano”
Tras solicitar permiso para ir a Marsella en plena epidemia de cólera, al final se le concedió por parte del Ayuntamiento de Barcelona con el argumento de estudiar las medidas a tomar en caso de llegar allí la enfermedad
Una vez en la capital de la Provenza su obsesión era obtener muestras para poder aislar la bacteria del cólera y poder crear una vacuna basándose en los estudios de Pasteur.
Poniendo su vida en grave peligro logró recopilar cinco muestras
Nada más las tuvo intentó regresar a su laboratorio en Cataluña, pero fue parado en la frontera de la Junquera, donde no le dejaron pasar al ver el cargamento que traía. El motivo era evitar la entrada de la enfermedad en España
Durante más de una semana intentó cruzar la frontera en innumerables ocasiones y con mil escusas. La única opción que le daban era deshaciéndose de las muestras.
¡No podían pasar las muestras contaminadas por ningún motivo!
En un intento ya a la desesperada, ocultó las muestras dentro de su calcetín, pese a temer que se dañaran.
Engañó a los funcionarios de la aduana diciendo que las había destruido y así es como llegó “el cólera vivo” a su laboratorio de Tortosa
En poco tiempo creó la vacuna contra el cólera cultivando las bacterias traídas que habían sido tomadas del desecho de una persona enferma de cólera. Hizo crecer la bacteria en un cultivo de nutrientes a temperatura ambiente
Usó a miembros de su propia familia y colaboradores como cobayas, los infectó y probó con ellos la vacuna.
Sus experimentos “caseros” fueron un rotundo éxito.
Tocaba contarlo al mundo…
Nota: Importante recordar al Dr. Inocent Paulí, poco conocido, pero imprescindible en la consecución de la vacuna contra el cólera. Anecdóticamente, en 1890 Ferrán y Paulí se “pelearon” por no estar de acuerdo en el enfoque de las investigaciones
VALENCIA, 1885
Ya eran más de 8.000 los casos conocidos. Posiblemente muchos más...
A oídos de las autoridades de la ciudad habían llegado los avances del Dr. Ferrán para combatir el cólera y se le pidió que fuera a ayudar a combatir la epidemia
Raudo, el Dr. Ferrán con un grupo de jóvenes colaboradores preparó unas 50.000 dosis de su vacuna. En la ciudad de Alzira se inocularon muchas dosis (de 1 a 3 por persona según casos)
Por primera vez en la historia se vacunaba masivamente contra una enfermedad bacteriana
La vacunación fue un rotundo éxito y funcionó de manera espectacular, reduciéndose los casos y la mortalidad en la localidad de manera exponencial.
Lo que se había hecho en Alzira y algunas otras zonas (Chiva, Cheste y Benifaió) tocaba hacerlo en el resto, pero…
La microbiología era algo “nuevo” y gran parte de la comunidad científica se opuso a la vacunación. Sin ir más lejos el que por entonces era Catedrático de Anatomía de la Universidad de Valencia, un tal Santiago Ramón y Cajal 😉 se opuso rotundamente
Aquí hubo rencillas y egos varios, ya que Ferrán se negó a facilitar su “receta secreta” de los cultivos para realizar la vacuna, aludiendo diferentes motivos
Además, le acusaron de buscar beneficio económico ya que inicialmente no, pero después cobraba por inocular argumentando que él y su familia tenían que comer y que el gobierno no le subvencionaba nada
Una de las cosas que perjudicó a Ferrán restándole credibilidad era que la vacuna no comenzaba a inmunizar hasta pasados cinco días, y había gente infectada que después de ser inoculada moría antes de cumplirse ese plazo
Pese al apoyo desde el exterior, entre otros, de los mismísimos Ehrlich y Roux, el Congreso de los Diputados aprobó una Real Orden según la cual tan sólo se permitía seguir vacunando al Dr. Ferrán y a nadie más (de su eqiupo) y siempre que se hiciera delante de un funcionario
Estas medidas tan restrictivas acabaron con la exitosa campaña de vacunación iniciada por el Dr. Ferrán. El propio galeno con lágrimas en los ojos anunciaba el final de la “aventura”.
Esta claro que era más genial que convincente
El hecho de que el gobierno conservador del momento no apoyara la vacunación, facilitó que los partidos de la oposición se mostraran fervientes partidarios del descubrimiento deL Dr. Ferrán
Las consecuencias fueron que la epidemia de cólera de Valencia (que remitió en septiembre) se expandió a todo el territorio nacional con un balance final de más de 150.000 muertos, que con total probabilidad se hubieran visto ampliamente reducidos
Dos meses después de la paralización de la campaña, cuando la epidemia de cólera había llegado ya a Madrid, el ministro que había tomado la decisión de parar la vacunación dimitió por su gestión de la epidemia
Entre otras publicaciones, el Dr. Ferrán lanzó en 1886 un estudio sobre la exitosa campaña de vacunación (limitada) realizada en tierras valencianas que se tradujo al francés en 1893 con el título: “L'inoculation préventive contre le choléra morbo asiatique”
Tras esto, Ferrán volvió a Barcelona, donde fue nombrado director del Laboratorio Microbiológico Municipal y donde prosiguió investigando sobre el tétanos, la peste, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, la difteria o la rabia
Nadie es profeta en su tierra y mientras en España pasaba casi desapercibido, en 1907 la Academia de Ciencias de París le concedió el prestigioso premio Bréant como descubridor del remedio contra el cólera
No fue hasta 1909 cuando la vacunación frente al cólera fue aprobada en España. Había pasado casi un cuarto de siglo y muchas personas habían perdido la vida de manera posiblemente evitable.
Empezaba el reconocimiento al Dr. Ferrán
Las administraciones locales se dieron cuenta y queda constancia en el "El cólera en Valencia en 1885" escrito por el Barón de Alcahalí, alcalde de Valencia, que para combatir el cólera el gran aliado es la higiene pública
Después de esta epidemia se empezaron importantes obras para mejorar las infraestructuras sanitarias y los barrios insalubres de la ciudad de Valencia, fundamentalmente su alcantarillado y su red de agua potable, básicos para evitar futuros brotes
El Dr. Ferrán se hizo universal con la aplicación masiva de su vacuna anticolérica en la India.
Posteriormente, con ella, durante la I Guerra Mundial se inmunizó a los ejércitos europeos en el frente del este
Los que sois de Valencia o la visitéis, en la calle Pascual y Genís hay una placa que recuerda donde se instaló y montó el laboratorio improvisado (la cocina de la casa) del Dr. Ferrán durante la crisis colérica de 1885. Era una casa del Dr. Manuel Candela
Del mismo modo, en el Cementerio General de Valencia, en la Sección 3ª izquierda, se erige una gran cruz que recuerda a los muertos del cólera de 1885
No sé si el Ayuntamiento de Valencia debería plantearse hacer un monumento o poner una plaza o una calle al calcetín del Dr. Ferrán 😉 cc @joanribo
Idea: "The Sockman" en Loughborough, Inglaterra
Para más información:
▶️researchgate.net/publication/24…
▶️uv.es/ramcv/2011/VI.…
▶️scielo.isciii.es/scielo.php?scr…
▶️researchgate.net/publication/31…
▶️bivaldi.gva.es/es/consulta/re…
Gracias por vuestra atención y espero os haya resultado interesante 🧦🙏
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