En las recientes elecciones Morena y sus aliados sumaron 22 gubernaturas en sólo 7 años. Algunos periodistas y políticos de oposición señalaron que este resultado responde a una presunta alianza con el narco.
¿Cómo se construyó esta narrativa en medios y Twitter? Abrimos🧵
En #TlatelolcoLab identificamos que esta acusación se remonta a inicios del sexenio de López Obrador, vinculándolo con el narcotráfico. Pero fue hasta la elección de 2021 cuando se comenzó a hablar en los medios de un supuesto "pacto" entre Morena y el crimen organizado.
Días previos a la jornada electoral de 2022🗳️, se incrementó el número de tweets con hashtags que asociaban la palabra “narco” con “gobierno”, “presidente”, “AMLO” y “Morena”. Estos hashtags conformaron una narconarrativa que buscaba incidir en la conversación electoral.
Identificamos 3 grupos de hashtags: uno alrededor de #morenanarcopartido; otro, de #narcopresidente; y otro que vincula al narco con los estados donde hubo elecciones.
Estos hashtags no se difundieron de forma independiente, sino que impulsaron juntos la narconarrativa.
Así mismo, identificamos comunidades de cuentas que amplificaron estos hashtags durante la primera semana de junio por medio de retweets, citas o respuestas entre ellas. De las que también recopilamos sus fechas y horarios de publicación para caracterizar su actividad.
Algunas de las cuentas que usaron estos hashtags, tuitearon o retuitearon cientos de veces en intervalos de 12 a 60 segundos, para luego entrar en un periodo de reposo.
La presencia de ráfagas de publicaciones es un indicio de una estrategia digital de manipulación de tráfico.
Además, los hashtags más difundidos por estas cuentas con comportamiento anómalo fueron #narcopresidente y #morenanarcopartido, lo que sugiere que hubo una estrategia digital para amplificarlos e incrementar su visibilidad.
Dichas cuentas y hashtags también acompañaron sus tweets con memes, caricaturas o imágenes editadas que buscaban vincular al actual gobierno y a Morena con el narco y el crimen organizado.
En suma, el uso y articulación de ciertos grupos de hashtags por cuentas que se comportaron de manera anómala, sugieren que hubo una campaña coordinada para posicionar y amplificar la narconarrativa que se intensificó en las pasadas elecciones.
Esta narrativa también se difundió en los medios, donde incluso se acusó al presidente de colaborar directamente con el narcotráfico. Analizamos un corpus de 30 columnas, artículos y reportajes en diarios privados, nacionales e internacionales, publicados durante junio de 2022
Detectamos dos grandes grupos que sostuvieron la idea de nexos entre el gobierno, Morena y el narco: por un lado, analistas y periodistas; por otro, políticos de oposición, en columnas invitadas o entrevistas exclusivas.
Estos grupos posicionaron 5 tesis: 1) Hay un narco-Estado fortalecido por AMLO con el lema “abrazos no balazos” y la protección de familias de capos; 2) Hay pactos entre el Cártel de Sinaloa y el gobierno federal por las visitas del presidente a Badiraguato (Triángulo Dorado).
3) López Obrador pretende unir fuerzas con el narco para consolidar una dictadura; 4) En Tamaulipas, @Dr_AVillarreal triunfó por negociar con el Cártel de Sinaloa, que busca el control de aduanas; y 5) Sin ayuda del narco, Morena no hubiera ganado las elecciones.
Las tesis más recurrentes fueron: la que asocia a AMLO con un narco-Estado y la de sus visitas a Badiraguato. En 3er lugar, se colocó que el triunfo morenista se debe al crimen organizado. Así, las elecciones fueron el marco de un discurso mediático dirigido contra el presidente.
Paralelo a estas tesis, @MarinMartines, @SergioSarmiento, @ciberfan y @fmanetto utilizaron sus espacios para advertir que, de existir, dichos vínculos serían graves. Sin embargo, señalaron que no hay pruebas contundentes para relacionar al gobierno o Morena con el narcotráfico.
En esa línea, en la conferencia de prensa previa a la jornada del 5 de junio, Edmundo Jacobo, secretario ejecutivo del INE, dijo: “no tenemos ningún indicio de que [los grupos delictivos] estén incidiendo en la organización de estos comicios en estas seis entidades”.
No obstante, aquellos que quieren impulsar la narconarrativa, como @RubenAguilar, @CarlosLoret, @rivapa o @RicardoAlemanMx usaron como estrategia publicar varios textos sobre el tema o el mismo artículo en distintos medios, con el fin de aumentar la viralidad de sus argumentos.
Por su parte, tras un análisis crítico del discurso (ACD) encontramos que algunos de estos textos de opinión usan falacias como la de causa simple o falsa. Otros, recurren a la exageración, afirmando que “vivimos en un Estado totalmente controlado por el crimen organizado”.
En otros casos, para matizar las declaraciones, se dice que los nexos del gobierno con cárteles son “sospecha” o “rumor”, pero esto amplifica las mismas consignas: la intromisión del narco en las elecciones o la acusación directa de que López Obrador se vincula con criminales.
Por último, en algunos textos se impulsó la narconarrativa usando figuras retóricas que generalizaron y exageraron supuestos hechos, retratando elecciones “teñidas de sangre”, compradas con “dinero manchado de sangre” y con la presencia de “sicarios apostados en las casillas”.
Los medios de comunicación corporativos también dieron voz a declaraciones públicas de actores políticos de oposición al actual gobierno que lanzaron acusaciones directas, sin mostrar ningún tipo de evidencia.
Las expresiones de la narconarrativa en columnas, artículos, reportajes📰 y declaraciones públicas de actores políticos, difundidas en medios corporativos📺, muestran una clara correspondencia con la opinión en medios y con parte del discurso de la oposición.
Vemos pues, cómo la narrativa del presunto pacto entre el gobierno con el crimen organizado que se manifestó en la esfera digital, mediática y en la voz de personajes políticos de la oposición, tiene elementos que sugieren una coordinación de actores e intereses.
El narco en la política es un problema histórico y estructural: hay exfuncionarios procesados por vínculos con cárteles e investigaciones a militantes de partidos, incluido Morena. Pero hacer acusaciones sin pruebas y sólo a una fuerza política, da la impresión de ser oportunismo
Estos señalamientos y narrativas deben ser precisos y sostenerse con evidencias y hechos, pues las generalizaciones sin sustento en un ambiente electoral, enturbian el diálogo, desincentivan la participación y podrían tener un efecto negativo en la democracia. #TlatelolcoLab
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