Estuvo bajo el trasero de Isabel II. Estará bajo el culo de Carlos III. Es un símbolo de Escocia, con frecuencia bajo las posaderas de un rey inglés.
Voy a contar cuando 4 estudiantes sisaron una reliquia sagrada del país vecino
Hoy, EL ROBO DE LA PIEDRA DEL DESTINO. Dentro 🧵
Vamos a explicar cuál es esa famosa PIEDRA DEL DESTINO (pronunciar con eco-eco-eco...)
No, no es la del dibujo, aunque el significado sea muy parecido.
La piedra del destino, según la tradición, se había empleado en la coronación de los antiguos reyes de Escocia.
Su origen se pierde en la leyenda.
Según el mito, fue la piedra empleada como almohada por Jacob cuando tuvo el famoso sueño de la escalera sobre la cual vio subir y bajar ángeles. Esa piedra fue recogida en Tierra Santa por guerreros escoceses, que la trasladaron a su hogar.
Todo iba bien hasta que en la política escocesa se metió Eduardo I. Sí, el malo de la película “Braveheart”. Como parte de la contienda, el rey se llevó la piedra a Inglaterra. Lo que es más, mandó diseñar una silla especial para que el monarca se pudiera sentar sobre ella.
Así, todos los monarcas ingleses desde entonces han sido coronados sobre esa silla. Sí, todos.
Es llamativo que asienten sus reales posaderas encima de la misma porque, por lo visto, la idea original era pisarla. ¿Error o humillación contra los escoceses? Difícil de discernir.
En alguno de los tratados posteriores se decidió que la piedra volviera a Escocia, pero una multitud en el exterior de Westminster Abbey (donde quedó alojada) lo impidió. Así que, a pesar de la ilegalidad evidente, la piedra permaneció allí.
Para Escocia (que acabó, por cuestiones dinásticas, gobernada por la misma familia de reyes que Inglaterra), que ese símbolo patriótico estuviera en manos inglesas constituía un oprobio.
Y ya sabemos lo que significa cabrear a los escoceses
Así hasta que, en 1950, Ian Hamilton, un estudiante de Derecho de la universidad de Glasgow que estaba harto de la situación, reclutó a otros tres amigos (Gavin, Alan y Kay, la única chica del grupo) con un objetivo: llevarse la PIEDRA DEL DESTINO de vuelta a Escocia.
A Hamilton no fue al primero que se le ocurrió. De hecho, había un libro que había propuesto la idea. Pero sí que se empeñó lo suficiente. Hasta convenció a un político escocés, miembro de la Universidad de Glasgow, que le financió y le asesoró desde la sombra.
El plan era chapuzas no, lo siguiente, pero se vio favorecido por las circunstancias. Lo intentaron un día de Navidad, con apenas gente en las calles.
Eso no quiere decir que el robo estuviera exento de problemas. En varios momentos (antes y durante la ejecución del plan), se encontraron con la policía, pero fingieron ser mendigos o gente que buscaba un alojamiento para pasar la noche.
Hasta dos de ellos (Hamilton y Kay) disimularon ser novios para pasar desapercibidos ante un policía con el que departieron unos cuantos minutos, como en la mejor película de atracos. Menos mal que el policía estaba terminando el turno y no miró en el maletero.
Pero la cosa no salió del todo bien.
Aclaremos algo: la piedra pesa 152 kilos y está hecha de arenisca. Una piedra normal, salvo por su significado.
Mientras la estaban trasladando, sacándola de la silla donde se ubicaba, la roca… se partió en dos. Un trozo grande y otro menor
Y además, también se cargaron parte del trono regio donde se hallaba situada.
Sí, la silla que había mandado diseñar Eduardo I, "Longshanks", "Martillo de los Escoceses"
Hay que decir que quizás no fue enteramente culpa de los chicos. Unos cuantos años antes, una sufragista había realizado un atentado con bomba contra la silla que pudo haber dañado mueble y piedra, aunque quizás sólo se puso de manifiesto cuando trataron de llevarse esta última.
La cuestión es que al final consiguieron llevarse las dos partes de la piedra, utilizando incluso la chaqueta de Hamilton para arrastrar la pesada carga hasta los coches que emplearon para huir.
Por cierto, ambos coches eran del mismo modelo: un Ford Anglia, muy similar a éste.
En cuanto las autoridades se dieron cuenta del robo, cerraron las fronteras con Escocia. Los estudiantes tuvieron que improvisar y dejaron la piedra (la parte más grande de la misma) abandonada en un descampado.
Durante un tiempo, los amigos pudieron estar tranquilos. La parte pequeña de la piedra era fácil de esconder (estuvo incluso en casa de la madre de una amiga de Kay), y la parte grande estaba en un lugar donde nadie podía encontrarla.
Los amigos sabían que habían dejado pistas, pero, al principio, la policía no actuó con rapidez contra ellos. Mientras tanto, en Escocia, el robo de la piedra se celebraba como la victoria en un Mundial, y los pocos que conocían el secreto se enorgullecían de formar parte de ello
Esto siguió así hasta que, de repente, uno de los amigos de Hamilton llegó y le dijo: “He hablado con mi padre. Él sabe mucho de materiales. Dice que la parte de la piedra que se ha quedado a la intemperie, ante el frío y la humedad, podría resquebrajarse por completo”.
En otras palabras: si tardaban mucho en ir a buscar la piedra, puede que no hubiera ninguna piedra que rescatar.
La PIEDRA DEL DESTINO desaparecería… para siempre
Acongojados, Hamilton, su amigo, y otro par de compañeros se dirigieron hacia el lugar donde habían dejado el valioso objeto. Allí vieron algo bueno y algo malo: lo bueno, la policía no había pasado por allí. La malo: por lo visto, había acampado por la zona un poblado de gitanos
Los chicos se preguntaron qué hacer: ¿debían esperar a ver si los gitanos se iban por su cuenta? A uno de los amigos se le fue la olla y empezó a creer que los gitanos eran policías disfrazados, idea que descartaron porque no imaginaban a los agentes británicos de esta guisa
Finalmente, decidieron aproximarse al campamento gitano y pedirle permiso al patriarca para sentarse cerca del fuego. Allí, tuvieron una larga conversación con el patriarca sobre la libertad, y todo lo que tenían en común gitanos y escoceses.
En este punto, las versiones difieren: la película que se hizo más tarde sobre el episodio cuenta que el patriarca estaba sentado encima de la piedra, y tuvieron que decírselo para se levantara. Lo que, para mí, sólo dejaría una conclusión sobre este señor:
Un guía en Edimburgo suele narrar que el líder gitano accedió a dársela porque era irlandés, y cualquier cosa que supusiera fastidiar a los ingleses le hacía mucha gracia.
Ya se sabe, el enemigo de mi enemigo...
Pero la realidad fue más prosaica. Tras una larga conversación, los estudiantes pidieron permiso al patriarca para coger leña cerca del lugar donde se localizaba la piedra. El patriarca les dio permiso, y así consiguieron acceder a la reliquia y llevarla a lugar seguro.
Aunque ya sabéis como va esto, ¿no? Al fin y al cabo, todas las historias sobre causas perdidas y héroes míticos nacionales son cuentos, leyendas, y cambian según quién lo narre y va variando en cada versión. Así me lo aprendí yo, y así es como debe seguir siendo.
Cuestiones románticas aparte, la realidad era muy inminente y tangible: el cerco policial se estaba estrechando. Por muy lenta que estuviera siendo la policía, y a pesar de las coartadas de sus amigos, estaban seguros de que los agentes les iban a capturar de un momento a otro.
Así que, como sabían que la historia no podía continuar mucho más, al final los ladrones de la piedra y unos cuantos colaboradores decidieron dejar la piedra en una abadía muy simbólica para los escoceses, adonde fue a recogerla la policía británica en cuanto recibió el aviso.
Y así, la piedra retornó a Londres… y pudo utilizarse para la coronación de Isabel II, en 1952.
Nunca una coronación sobre una piedra significó tanto.
¿Qué les ocurrió a los cuatro amigos? Pues aquí viene lo más sorprendente de todo. A pesar de que sí que les imputaron cargos, nunca les llegaron a procesar. No les ocurrió ABSOLUTAMENTE NADA.
¿Por qué? Bueno, había un motivo. Resulta que las autoridades británicas no querían exacerbar el nacionalismo escocés con un juicio, y decidieron enterrar el asunto.
Además, las autoridades británicas no habían quedado muy bien. Les habían robado la valiosa piedra delante de sus narices. Por otra parte, en Inglaterra no conviene mucho hablar de robos...
Ian Hamilton hasta escribió un libro sobre el tema (del cual más o menos vive desde entonces), y acabó convirtiéndose en un activo independentista... aunque por otros métodos más ortodoxos.
Lo cierto es que el fenómeno demostró que había una herida que debía sanar y en 1996, bajo el mandato de John Mayor, 700 años después de que la roca fuera arrebatada, retornó a Escocia. Hoy se aloja en el castillo de Edimburgo, donde puede verse junto a otras insignias escocesas
Al mismo tiempo, de alguna manera supuso un reimpulso para la causa nacionalista en Escocia que llevó a que, en 1997, cumpliendo una promesa electoral, el primer ministro británico Tony Blair, nacido en Edimburgo, celebrara un referéndum para crear un parlamento regional escocés
En el referéndum salió sí y, hoy el parlamento escocés se aloja en este edificio (obra, por cierto, de un arquitecto español). Huelga decir que Ian Hamilton acabó siendo nombrado parlamentario por su amada tierra escocesa.
Eso sí, la entrega de la piedra de vuelta a Escocia se consideró un préstamo: la piedra debe volver para formar parte de la ceremonia en la que se entronizará a Carlos de Inglaterra, el futuro Carlos III.
La pregunta es, ¿será está la última vez que se utilice en una coronación inglesa? Porque no está muy claro qué ocurrirá si algún día (como, entre otros, ansían los participantes en el robo) Escocia se independiza del país.
El robo de la PIEDRA DEL DESTINO ha sido objeto de una adaptación cinematográfica (protagonizada, entre otros, por afamados actores escoceses -y también ingleses). Seguro que alguno os suena
Además, ha inspirado el graciosísimo concepto Scone of Stone (un juego de palabras a partir de uno de los nombres de la piedra, Stone of Scone) o Bollo del Destino: un pan de dureza legendaria que en el Mundodisco de Terry Pratchett sirve para la coronación del rey de los enanos
Por cierto, un añadido: mientras le daban vueltas a la piedra del destino a lo largo de las islas Británicas, los chicos la mandaron reparar. Y, al hacerlo, introdujeron dentro un mensaje.
Hoy por hoy, todavía nadie lo ha leído.
Nadie sabe lo que pone, salvo Ian Hamilton y sus amigos.
Puede que nadie llegue a averiguarlo jamás.
¿Quizás, un futuro rey escocés?
Y con este misterio, concluimos. Espero que el hilo os haya gustado. Si es así, pobladlo de corazoncitos, retuiteadlo para difundir la buena nueva, seguidme, o pagadme un viaje a Escocia
Si os ha gustado este hilo, aquí tengo unos cuantos más. Hay muchos de historia, varios sobre Escocia, unos cuantos sobre delitos más o menos graves... pero también sobre temas muy distintos
Pasad buena día, o buena noche... y recordad que, aunque no os pongan una corona sobre un pedrolo de 150 kilos, todos sois soberanos de vosotros mismos, y cada uno guarda un fascinante reino en su interior.
Buenas noches, reyes de Maine, príncipes de Nueva Inglaterra.
Parece que el hilo ha gustado. Gracias a todos por los comentarios y muestras de ánimo.
Gente a la que le puede gustar: @VelascoIsla , porque ya hemos discutido sobree símbolos nacionales; @ObelixOnLine porque va de irreductibles; @AdAbsurdum porque, para historia absurda, ésta
@VelascoIsla @ObelixOnLine @AdAbsurdum BONUS.
Como algún usuario me ha recordado, hay una historia que no pude incluir porque no había encontrado confirmación. Pero ya la tengo.
Resulta que, cuando la PIEDRA DEL DESTINO vovió a Escocia, organizaron un acto en el que tocaba la banda musical de la RAF.
Como era un evento único en la historia, no estaba muy claro qué música tocaba desplegar. Y la banda sorprendió interpretando... el tema de la película "Misión Imposible". Muy propio, después de 700 años tratando de conseguir la devolución de la piedra
Aquí un tuit que hace referencia precisamente a este punto: . Y gracias a @CharlyLimonn por recordar la anécdota.
@aodiam Que Robert Carlyle sí es escocés (aunque ha hecho de todo), pero Matt Murdock nació en Londres
BONUS 2: Descubro tarde un hilo muy bueno también sobre el tema. Entre los detalles diferenciales que aporta, uno que se me pasó (las prisas). A pesar de que Hamilton se había dejado el reloj y otros rastros, la pista que llevó a los policías a él fue...
Maldita sea, si alguna vez me captura la policía, me gustaría que fuera por algo como leer libros. A lo mejor también planeo mi excomunión un día de esta forma
BONUS 3. En el hilo no quise meter, para no alargarme, todos los avatares que los ladrones sufrieron durante el robo. Pero merece la pena echarle un ojo al libro y a la película, que detallan muy bien los pormenores, incluyendo unas llaves de coche perdidas en la abadía, una...
... herramienta que casi les descubre y, sobre todo, una frase gloriosa soltada entre chanzas en la conversación con el policía: "Hoy es entonces una noche perfecta para delinquir"
BONUS 4. Pongo esto tras la muerte de Hamilton, protagonista de esta historia, que llegó a trabajar más tarde con los policías que le investigaron y que tuvo los * de llamar después del robo a un periódico, preguntar si había noticias del tema y añadir: "Soy uno de los ladrones"
Hamilton seguiría protagonizando incidentes con los años. Por ejemplo, cuando le tocó ejercer como fiscal tenía que jurar por la reina y se negó a usar el nombre de Isabel II porque, formalmente, es la 2a reina de ese nombre en Inglaterra pero la 1a en Escocia. Genio y figura.
Pero no hay que olvidar sus errores: como cuando dejó a Kay a cargo del trozo pequeño de piedra en el coche, cerró mal la puerta del maletero, marchóse... y, al poco de arrancar, Kay vio como el fragmento de PIEDRA DEL DESTINO rodaba por la calzada. Por suerte la recuperó intacta
En todo caso, os incito a leer el libro de Hamilton, 1º para corregir las pocas erratas de este hilo, pero sobre todo para juzgar por vosotros mismos si todo lo que cuenta es verdad: por ejemplo, que cuando traían la piedra de vuelta a Escocia se pararon a recoger autoestopistas
O que, cuando cruzaron la frontera escocesa, derramaron whisky sobre la piedra a modo de ofrenda. O que para que la piedra cupiera mejor en el coche durante el viaje, un chico se bajó llevándose un asiento trasero; justo entonces se cruzó con un policía que le miró con suspicacia
"¿Adónde vas con ese asiento?", preguntó el agente. "A mi pueblo a venderlo", respondió el muchacho, argumentando que el otro asiento se había manchado tanto que estaba para tirar. El policía arrugó el ceño, pero sin leyes en contra de cargar con un asiento del coche, le dejó ir
@threadreaderapp please unroll
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