Catéter Doble Jota Profile picture
Ingeniero (MSc, PhD) e historiador especialista en #HistoriaMedicina (PhD). En ocasiones doy clases a universitarios. @cateterdoblej@med-mastodon.com

Oct 1, 2022, 74 tweets

“Nunca más habrá una mujer embarazada aquí” se juró a sí misma entre sollozos la número 25404 #HistoriaMedicina 🔞 #hilo 🧵⤵️

Cuando Gisella Perl nació en 1907, más de un tercio de los habitantes de Sighetu Marmaţiei eran judíos. Esa zona del Imperio austrohúngaro (actual Rumania frontera con Ucrania) tenía una importantísima comunidad hebrea

Tras el tratado de Trianón de 1920 al finalizar la I Guerra Mundial, la zona quedó bajo la soberanía de Rumanía.
Allí Gisella crecía feliz. Su padre era un acomodado comerciante que le consentía casi todo

Era la mayor de 7 hermanos y con 16 años, siendo la única mujer de la clase y la única judía, terminó la educación secundaria como primera de su promoción.

Su sueño de estudiar medicina estaba más cerca…

El padre de Gisella, Moshe, se oponía a que estudiara medicina porque pensaba que perdería su fe.
La joven le convenció jurando sobre un libro sagrado:
— “Juro que dondequiera que vaya, bajo cualquier circunstancia, siempre seguiré siendo una judía buena y verdadera”

Su padre cedió y Gisella se licenció en medicina en Berlín* siendo una alumna aventajada.
Después se especializó en ginecología contraviniendo de nuevo los consejos de su progenitor.

Pronto empezó a ejercer en su localidad natal

*Durante los años de la República de Weimar, en Berlín, más de la mitad de los médicos eran judíos.
Cuando el Partido Nacionalsocialista subió al poder en 1933 fueron paulatinamente despojados de sus puestos y purgados de las universidades, sociedades y gobierno

Tras recibir su primer sueldo, le regaló a su padre un libro de oraciones con su nombre grabado.

Este ya estaba convencido que había acertado dejándola ser médica y ginecóloga

El éxito profesional se vio acompañado por el personal: contrajo matrimonio estando plenamente enamorada con un joven y ya renombrado cirujano, el Dr. Ephraim Krauss.

Con él tuvo un hijo y una hija

Mientras todo esto ocurría, Rumanía se debatía entre luchas internas y vaivenes entre el Eje fascista y la URSS

Con la llegada de la coalición de los fascistas de la Garda de Fier (Guarda de Hierro) con Ion Antonescu, empezaron los pogromos a familias judías. Primero más esporádicos y poco a poco más frecuentes y graves

Pronto con la complicidad de Hitler y el gobierno rumano títere, empezaron las torturas y matanzas masivas de judíos y los confinamientos en guetos

Casi toda la familia cercana de Gisella: marido, hijo, padres, 3 hermanos, tíos, primos,… al igual que el resto de sus vecinos judíos de localidad fueron enclaustrados en el gueto.
Pero lo peor estaba por llegar…

En marzo de 1944 todos ellos fueron deportados al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
Solo se libró su hija pequeña a la que escondieron con identidad falsa con una familia protestante a la que les ocultaron que eran judíos

En ese momento, los que iban a los campos de concentración ( realmente de exterminio) no podían imaginar lo que allí ocurría: primero porque nadie volvía de ellos; y principalmente, porque las atrocidades que allí se cometían eran inimaginables

Cuando Gisella y su familia llegaron, fueron separados y clasificados según los "criterios de triaje de las SS".
A ella debido a su formación como médica se le asignó al staff sanitario del campo

Le suministraron un pijama a rayas, le raparon el pelo y le tatuaron en el antebrazo derecho el número 25404

Ella había llevado su instrumental médico consigo en su viaje porque le habían dicho que lo podía usar, pero un médico nazi se lo quitó el primer día.
— “No te preocupes por los instrumentos… no tendrás ninguno. Tu botiquín me pertenece ahora” dijo el nazi

El primer día de “trabajo” en el campo, le presentaron a su responsable... este no era otro que el capitán de las SS y "médico"...

Josef Mengele ☠️
♻️🧵⤵️

La tarea inicial de Gisella era cuidar a otras prisioneras.
Casi imposible por la falta de medios, no había ni agua corriente.
Ella dijo: “[…] vendaba cabezas ensangrentadas sin vendas -alguna vez con papel-, trataba dolores, limpiaba heridas y sacaba muelas "en vivo" […]”

Más tarde Mengele le asignó supervisar un equipo médico de prisioneros (otros 4 médicos y 4 enfermeras) en un barracón-hospital de romaníes y mujeres judías. Las condiciones seguían siendo imposibles: sin camas, sin material quirúrgico, sin medicamentos y sin anestesia

Allí se extraía plasma a los presos para ser enviado al frente. Para esto les daba igual “que la sangre judía fuera inferior”. En cualquier caso, los donantes de sangre, junto con los demás prisioneros de Auschwitz, nunca vivirían para contar sus historias...

...Al final de la guerra, el trigo brotaría de las cenizas de los incinerados y el jabón hecho con sus cuerpos se usaría para lavar la ropa del héroe alemán que regresaba a casa victorioso

Antes de enviarla, esa sangre se analizaba si salía alguna infección, el preso era sacrificado. Gisella y su equipo cuando la detectaban, cambian las muestras de sangre por otras, normalmente suyas para evitar una ejecución prematura

En algunas ocasiones Gisella ayudaba (obligada) a Mengele en sus “investigaciones”. Con ella nacieron los primeros gemelos nacidos en Auschwitz, que ella sabía que estaban destinados a sus infames experimentos

A punta de pistola le hicieron extraer un feto de ocho semanas de una embarazada, intacto, y Mengele lo metió en un frasco de vidrio para poder enviarlo a Berlín. Después remató a la madre

Gisella, además de que era una mujer inteligente (p.e. hablaba perfecto húngaro, rumano, alemán, francés y yiddish), tenía acceso a partes del campo por las que otros no podían pasar y pronto se dio cuenta de las atrocidades que cometía el “Todesengel” (“Ángel de la Muerte”)

Pudo cerciorarse que el destino de muchos de ellos (posiblemente de todos) eran las cámaras de gas y los hornos crematorios

Llegó un momento que el Dr. Mengele le pidió que le avisara cuando alguna prisionera quedara embarazada para llevarla a otros barracones con mejor nutrición (doble ración de pan e incluso leche) y cuidados.
Las que llegaban ya embarazadas eran apartadas directamente

Los embarazos eran frecuentes por los encuentros entre prisioneros, las violaciones de los guardias/prisioneros y los “intercambios comerciales” con otros presos o guardias. Aquí los nazis se pasaban por el forro el “Rassenschande”

El sexo se utilizaba como mercancía a cambio de bienes y lo que hoy algunos calificarían como prostitución, era una manera de subsistir.
Muchas presas pasaron por ello, incluso Gisella

Al llegar Gisella al campo, le dieron zapatos de hombre muy grandes para ella y necesitaba una cuerda para ajustárselos. Se enteró de un prisionero masculino que tenía cuerda y fue a ofrecerle su ración de pan por esta.
Este la miró de arriba abajo y le pidió otra cosa…

Tras las primeras veces en las que Gisella informó de embarazos a Mengele esperando un trato mejor para las gestantes, vio que realmente eran llevadas al bloque de investigación para ser utilizadas como conejillos de Indias

Un día Gisella regresaba de hacer un servicio cuando vio a un grupo de mujeres embarazadas golpeadas por guardias con porras y látigos.
Después les lanzaron los perros.
Cuando desfallecieron totalmente destrozadas, los soldados nazis los arrojaron vivas al crematorio

Mengele tenía “predilección” por las embarazadas y realizaba con ellas vivisecciones y otras atrocidades. Las presas eran arrojadas a los crematorios… incluso vivas

Gisella trataba de no reportar los embarazos, pero llegaba un momento en que “saltaban a la vista” y ya no podía ocultarlo más… eso era el final del viaje para la embarazada y para su futuro hijo

Envuelta en un dilema moral, religioso y ético constante, Gisella decidió entre lloros que nunca más habría una mujer embarazada en Auschwitz

Gisella informaba a las futuras mamás de lo que Mengele y sus acólitos les iban a hacer. Les decía (y era así) que la vida de sus hijos ya estaba condenada, y que solo abortando tendrían la oportunidad, al menos ellas, de salvarse, aunque fuera por un tiempo

Ella esperaba, y así se lo transmitía, que algún día fuera del campo estas mujeres retomaran sus vidas y fueran madres felices

Intentaba hacer ver a todos que podía haber luz al final del túnel

“[…] yo debía vivir para salvar a todas las mujeres embarazadas de su destino infernal. Dependía de mí salvar la vida de las madres, si no había otra manera, acabando con la vida de sus niños no nacidos […]”

Era durísimo, pero prefería hacer abortar a sus compañeras y alargar su estancia allí no sabía hasta cuándo, que condenarlas a una muerte sufriendo por sus embarazos.
La esperanza era seguir vivas y que Alemania perdiera la guerra algún día

Un problema añadido era que los embarazos los tenía que practicar en muchos casos con estados de gestación avanzados, ya que su instrumental eran sus manos y una pequeña cuchilla afilada con una prieda. Antes no podía acceder al feto

Hubo algunos “abortos” tras haber nacido el bebé…
La Dra. Perl, según contó ella misma, llegó a estrangular a un bebé de dos días antes de que sus llantos atrajeran una atención mortal...

— “Tomé el cuerpecito cálido en mis manos, besé su rostro suave, acaricié su pelito, luego lo estrangulé y enterré su cuerpo bajo una montaña de cadáveres que esperaban ser incinerados”
— “El mayor crimen en Auschwitz era estar embarazada”
🗞️ nytimes.com/1982/11/15/sty…

Posiblemente fueron más de 1.000 los abortos practicados por Gisella. Por supuesto, de manera precaria por la falta de medios, cosa que provocó más de una infección,... incluso fallecimientos. Por supuesto, ocultaban los motivos reales a los nazis

Además de las cirugías realizadas en mujeres embarazadas, la Dra. Perl atendió muchas más patologías y heridas de presos, en muchos casos infringidas por los carceleros/torturadores de las SS

Ella se sentía impotente sin herramientas ni medicinas y relató que trataba a los pacientes con su voz, contándoles hermosas historias, diciéndoles que un día volverían a tener cumpleaños, que un día volverían a cantar, que un día volverían a amar y ser amados,…

Gisella calmaba el terrible dolor que sentía imaginando un mundo en el que todas estas mujeres tendrían hijos con sus parejas después de la guerra, criando a una familia fuera de los horrores de un campo de concentración

A finales de 1944 Gisella fue evacuada junto a otros presos al campo de conceentración de Bergen-Belsen tras pasar unos días en un campamento de prisioneros intermedio en Hamburgo.
Allí estuvo hasta que fue liberado por los británicos en abril de 1945

Justo en el momento de la liberación del campo, Gisella estaba ayudando a dar a luz a Marusa, una prisionera polaca. Fue el primer niño judío nacido en libertad en Bergen-Belsen

Además necesitó una cirugía para salvar a la madre y al pequeño... cirugía que fue por primera vez en años con agua y desinfectantes (facilitados por el ejercito británico). "Lujos" que durante años les fueron negados
Lujos que salvaron a Marusa y a su pequeño

Ella permaneció en el ya liberado Bergen-Belsen durante varios meses. Trabajaba en el hospital de campaña que allí se instaló sin recibir remuneración ayudando a nacer a decenas de bebés, pero ahora sin torturas, sin opresión,... libres

Al salir de allí, vagó por Alemania varias semanas recabando información para reencontrase con su familia. Lamentablemente averiguó que su marido había sido asesinado a golpes poco antes de la liberación del campo, mientras que su hijo había sido gaseado e incinerado

Estas muertes, junto con las de más familiares, amigos y vecinos, sumadas al sentimiento de culpa por tantas vidas apagadas entre sus manos la sumió en una profunda depresión

Intento suicidarse bebiendo veneno, pero no lo logró y fue trasladada, como otros prisioneros, a un convento para recuperarse, concretamente en Francia.
Allí pasaba el tiempo escribiendo lo que había vivido en el campo de concentración

En 1947 dejó Europa y voló a Nueva York para dar conferencias sobre el Holocausto y recaudar dinero para refugiados.
Para más INRI, allí fue detenida y acusada de haber ayudado a los médicos nazis de Auschwitz en sus violaciones de los derechos humanos.
La querían deportar...

Tras muchas vicisitudes, quedó demostrado que para nada había colaborado con los nazis, al contrario. Se recopilaron cientos de testimonios de exreclusas del campo a las que les salvó la vida o que sabían lo que ella hacía allí

De hecho, declaraciones de Gisella al salir de Bergen-Belsen fueron prueba crucial para la condena a muerte de la criminal nazi Irma Ida Ilse Grese, tan joven como sádica, que pasó por Auschwitz-Birkenau, Bergen-Belsen y Ravensbrück

Los gobiernos europeos y el de EE.UU. consideraban a Gisella un testigo clave para un hipotético juicio por crimenes contra la humanidad a Mengele. Este juicio, por desgracia, nunca se produjo
♻️🧵⤵️

En 1948 Gisella publicó la historia de su paso por el campo de concentración que había empezado a rememorar un año atrás. El libro se tituló “I was a doctor in Auschwitz” (“Fui médica en Auschwitz”)

Además de sus vivencias, el libro es un duro reflejo de la violencia sexual que experimentaron las mujeres durante la Shoah, tema importantísimo que en muchas ocasiones ha quedado en segundo plano

No quería ejercer más como médica y tras una conferencia que dio, conoció a la exprimera dama Eleanor Roosevelt. Esta la convenció tras invitarla a un almuerzo kosher (después de rechazarle uno que no)
— “Ya no quería ser médica; solo ser testigo y voz de lo ocurrido”

En 1951 la Dra. Perl obtuvo la ciudadanía estadounidense e ingresó a trabajar en el Mount Sinai Hospital (única mujer del departamento hasta los 70's). Se convirtió en experta en infertilidad y realizó publicaciones sobre ginecología
📰pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/?term=Perl+G

Fundó también una clínica privada de ginecología en Park Avenue (Manhattan). Gisella decía que era la clínica más pobre de la zona, pero en la que más experiencia se tenía, sobre todo con casos complicados, no en vano ella había sido “la ginecóloga de Auschwitz”

Allí se dedicada a ayudar a mujeres con infertilidad, muchas de ellas también supervivientes del Holocausto que había conocido en los campos. A ellas no les cobraba nada por sus atenciones y tratamientos

Buscó y se reencontró con su hija Gabriella Krauss Blattman que también había sobrevivido al Holocausto ocultándose con una identidad falsa.
Viajaron a Israel en 1978 e hicieron las dos junto a su nieto la “Aliyá” definitiva a Herzliyya (Israel) donde se afincaron en 1979

Así cumplió una promesa: “[...] después de cuatro días en el vagón de ganado que nos llevó a Auschwitz, los de las SS abrieron la puerta y prisioneros en pijama de rayas nos sacaron. Mis padres me abrazaron y mi marido dijo: — Nos encontraremos algún día en Jerusalén [...]"

En Auschwitz, es posible que Perl se viera obligada a tomar decisiones desgarradoras sobre quién vivía y quién moría, pero tan pronto como pudo, su único objetivo fue traer más vida al mundo

En Israel siguió trabajando de ginecóloga sin cobrar en el Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalén.
Entre EE.UU. e Israel ejerció unos 40 años y ayudó a traer al mundo más más de 3.000 criaturas

Tal y como contaba en su autobiografía, cada vez que entraba en la sala de partos rezaba: “Dios, me debes una vida, me debes un bebé vivo”

Gisella Perl falleció en 1988 a los 81 años. La prensa de Israel se refirió a ella como “el ángel de Auschwitz”. Y, para muchas mujeres que lograron sobrevivir al terror del campo de concentración, esto fue innegable

En 2003 se estrenó un telefilm dirigido per Joseph Sargent titulado Out of the Ashes (traducida como “El peso del pasado”) protagonizado por Christine Lahti como la Dra. Perl. No está mal, pero mejor el libro, aunque durísimo

Siento la crudeza, pero es muy importante recordar personas y hechos como los que hemos contado. En lo positivo, para ensalzar y ponerlos en valor; en lo negativo, para que lo malo y macabro no se vuelva a repetir nunca #muchasgracias #esperooshayaresultadointeresante

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