Emilio Tejera (emilio-tejera.blogspot.com) Profile picture
Escritor por amor a primera vista, siempre con una historia en marcha. Científico apasionado por la divulgación. Hallaréis textos míos en https://t.co/xJS3Y5topL

Nov 20, 2022, 86 tweets

Los espías trabajan en las sombras. Pero hubo uno que acaparó titulares y escenas de cine. De hecho, alguien le interpretó en la gran pantalla ANTES de que le descubrieran; pero claro, el film estaba lleno de espías.
Con ustedes, EL AGENTE MÁS FOTOGÉNICO DEL MUNDO. Adivinad cuál

Algunos podéis estar tentados de pensar que el título le debería corresponder a este célebre agente británico y, aunque os explicaré por qué no es así, os doy permiso para escuchar este hilo con alguna de sus célebres BSOs de fondo.

Eso sí, luego descubriréis que la más apropiada, por supuesto, es ésta:

Porque, en efecto, por muy rutilante que sea James Bond, es el opuesto al espía ideal en muchos estilos: un agente debe ante todo ser discreto. Pasar desapercibido. No montar nunca escándalos y, por supuesto, resultar fácil de olvidar.

Como por ejemplo le pasaba a Morris Child, un señor americano que se paseaba por el Kremlin con su mujer como un viejo amigo de la familia, y que estuvo pasándole información al FBI durante décadas: jotdown.es/2011/11/morris…. Nadie sospechaba de él.

Los agentes suelen ser gente anodina, no arrebatadoras chicas Bond. De hecho, a la pobre Valerie Plame, cuando la administración Bush desveló su tapadera como espía, en venganza por revelaciones acerca de la guerra de Irak, se le terminó la carrera y se puso en riesgo su vida

Pero vamos a nuestro espía. Uno cuya identidad no se revela hasta 1951… pero al que una película había señalado dos años antes.

Con ustedes, el individuo que inspiró “el tercer hombre”: curioso para una película que tenía probablemente hasta 5 espías en plantel. Ninguno era él

Vamos por partes. Harold A.R. Philby nació en la India británica. Su padre era un arabista de prestigio que estaba en contra del colonialismo inglés, y quizá eso, y el contacto con los beduinos gracias a su progenitor, influyó en sus futuras ideas.

La estancia en la India le trajo un apodo: Kim, como el joven personaje de Ruyard Kipling de origen irlandés que trabajaba como espía para los británicos. Es curioso que el desde entonces Kim Philby acabara ejerciendo el camino a la inversa: el de la traición al Reino Unido

Philby estudió en Cambridge, y allí tuvo el primer contacto con el marxismo, en el que acabó creyendo de manera convencida, decepcionado por los partidos y el esquema social británico. En 1933 tiene la ilusión de luchar contra el fascismo, y se une a organizaciones para tal fin.

Su primera prueba de fuego tiene lugar en Viena. Hay una cosa que no suele contarse sobre cuando la Alemania nazi se anexiona Austria. No es sólo que hubiera austríacos encantados: es que ya tenían su propio régimen pro-nazi. Otra cosa es que ese gobierno no quisiera la anexión

Retrocedamos un tiempo, antes de los alemanes: Austria tiene un gobierno dirigido por nazis, pero al menos respetan ciertas partes de la democracia. No obstante, tras un registro gubernamental en la sede del Partido Socialdemócrata, una milicia socialista armada se rebela.

Ello desencadena una violenta represión por parte del gobierno, incluyendo bombarderos en zonas de viviendas sociales. El alcalde socialdemócrata fue obligado a dimitir, y su partido, uno de los mejor organizados de Europa, fue disuelto de golpe. Austria pasó a ser una dictadura.

Los arrestos y ejecuciones se contaban por miles. En medio de todo esto, Kim Philby colaboró salvando a algunos izquierdistas a través de las alcantarillas de Viena. Quedaos con ese detalle.

Philby no sólo se limitó a eso. Resulta que se enamoró de una joven activista húngara, Litzi Friedmann. La única manera de sacarla intacta del país era gracias al pasaporte británico de Philby: por supuesto, se casaron, cosa que horrorizó a la madre de Kim.

Se cree que es a través de la inteligente y valerosa Litzi (quien ya andaba enredada en operaciones de inteligencia) como Philby entra en contacto con lo que sería la futura KGB, que le recluta para trabajar a su servicio.

Pero, para ser eficaz, Philby debe borrar su pasado como hombre de izquierdas. Lo hace muy bien. Vuelve a Inglaterra y se presenta como simpatizante de Hitler. Luego, marcha como corresponsal de “The Times” para retransmitir el avance de las tropas de Franco en España.

Aquí ocurren dos sucesos importantes: 1) explota una bomba en un coche en el que iba junto a otros 3 periodistas, pero él sale casi indemne. Hay quien dice que Philby planea el atentado porque sus compañeros le habían descubierto.

2) Por lo visto, se sopesa que Philby asesine al general Franco, pero sus superiores creen que le falta carácter para ello, así que sigue fingiendo que es un periodista a favor de los rebeldes; tan bien lo hace, que recibe condecoraciones por parte del bando golpista.

Cuando vuelve a Inglaterra, hay más transformaciones: 1) en cuanto empieza la Segunda Guerra Mundial, rompe simpatías con el fascismo y se pone a trabajar a favor del Reino Unido.

Tanto que, gracias a la recomendación del espía británico Burguess (quien, claro, trabajaba también para la URSS) consigue entrar en el servicio de espionaje británico; 2) se divorcia de su esposa, se sospecha que como parte de su tapadera como espía.

Durante la guerra, se cree que Philby proporcionó información muy valiosa a la URSS, y que trabajó arduamente en contra de que Alemania lograra una paz separada con Gran Bretaña, uno de los mayores temores de Stalin

Por otro lado, Philby asciende hasta tal punto que él y sus amigos infiltrados consiguen que le nombre jefe del Contraespionaje antisoviético: es decir, ¡tenía que espiarse a sí mismo y a sus colaboradores! Se halla, pues, en la posición ideal.

Nadie sospecha de él. Corre por 1ª vez peligro cuando un agente ruso quiere desertar a Occidente y puede revelar su identidad: pero Philby consigue informar a Moscú, que envía a un grupo a Estambul, que meterá a su desertor en un transporte a la URSS para torturarlo y ejecutarlo

Así pues, terminada la guerra, Philby está en la situación perfecta junto a sus dos máximos hombres de confianza, Burguess y Mclean, quienes también trabajan junto a los rusos. Recordando el atentado del que salió ileso, algunos le llaman “afortunado”.

Hay un aspecto interesante en su periplo como espía: durante la guerra, en 1943, se pone al frente del equipo encargado de las labores de espionaje en la Península Ibérica. En ese momento está a cargo de un joven agente del que se hace muy amigo. Ese hombre se llama Graham Greene

Graham Greene es uno de los escritores más relevantes del s. XX. Se propuso su candidatura en numerosas ocasiones para el Nobel, pero el hecho de que fuera demasiado popular, y su atribulado catolicismo, pesaron en su contra. No obstante, todavía sigue siendo leído con fervor

Greene tuvo éxito escribiendo novelas de espías… porque se conocía al dedillo su mundo, ya que había trabajado allí. No fue el único: era también el caso de Ian Fleming, el creador de Bond, aunque hay tradición de espías-escritores en UK desde Daniel Defoe o Christopher Marlowe

Greene tenía motivos para hacerse espía: su tío era un líder destacado del espionaje; su hermana pequeña trabajaba para el servicio secreto británico (el MI6), ¡y le reclutó a él! Hasta su hermano mayor estuvo espiando, aunque en otro bando: para japoneses y el general Franco.

Greene y Philby se cayeron bien nada más conocerse: los dos eran de izquierdas, con una visión similar de la vida. Amaban la discusión intelectual delante de un vaso de vino, y el encanto de las mujeres. Además, no sólo él: todo el que conocía a Philby pensaba que era encantador

Pero ambos amigos no coincidían en todo: Greene era de izquierdas porque estaba a favor de los desprotegidos; pero había visitado la URSS, y aquello no le parecía el paraíso que le habían prometido.

Aunque claro, en teoría, Philby no era comunista.

¿O Greene no lo creía así?

La cosa es que, un año después, Greene abandona el servicio.
Nunca se supo por qué. Greene siempre calló al respecto.
Hay quien cree que el escritor, agudo observador del comportamiento humano, había adivinado que su jefe era un espía.

Si esa teoría es cierta, tuvo que elegir entre la patria y la amistad: eligió la amistad. Se fue para no denunciarlo. La amistad era, para Greene, un factor importantísimo en su vida.

Entonces, llega “El tercer hombre”

Hablar de “El tercer hombre” es mencionar la que, según muchos, es la película británica más excelsa de todos los tiempos. Se conjugaron una serie de talentos excepcionales que, contra todo pronóstico, crearon una obra maestra única que aún resuena por las calles de Viena.

Se juntaron varias voluntades: el productor Alexander Korda, con voluntad de hierro, y que se alió con el gran cineasta W.O. Selznick; el hábil director Carol Reed; y el propio Greene, a quien contrataron para ir a Viena y empaparse del ambiente para crear el mejor guión posible

El film tiene taaantas cosas maravillosas: no se retrata la Viena imperial, sino una ciudad en ruinas después de la guerra, y la dirección de Reed resalta aún más la profundidad de las sombras; refleja con fulgor el espíritu de sus habitantes, incluso hasta con su adictiva música

¿El argumento? Os lo cuento muy brevemente. Si no queréis spoilers, saltaros los siguientes (3) tuits.

El escritor de novelas del Oeste Holly Martins acude a Viena para ayudar a su amigo Harry Lime, que dice necesitarlo allí. Pero cuando llega, su amigo está muerto. Holly cree que ha habido una conspiración para asesinarlo y se pasa toda la película buscando a los culpables.

Pero cuando avanza la trama, Martins descubre que estaba equivocado: que su amigo comerciaba penicilina en el mercado negro, lo cual ha causado muchas muertes; que ha acabado colaborando con los rusos; que ha traicionado a su novia, una refugiada; y, sobre todo, que sigue vivo

Su amigo le demuestra su cinismo en una frase que queda para la historia: una alocución que se le ocurrió al propio actor, el genial Orson Welles. Al final, Martins debe traicionar a la amistad, y termina persiguiendo a su compañero Lime por las alcantarillas de Viena.

¿Os suenan algunas cosas? (éste y el siguiente tuit también contienen spoilers)

Aquí los paralelismos entre Philby y Lime: los dos se llaman igual (Harold es una variación de Harry)...

... tienen novias extranjeras (húngara y checoslovaca) de las que se separan por razones estratégicas; liquidan a quien puede delatarles; son villanos, pero tan simpáticos que te caen bien; acaban trabajando para los rusos; y usan las alcantarillas de Viena como forma de huida.

Hablando de este último detalle, el de las alcantarillas, ¿cómo se le ocurre a Greene usarlo para la película?¿Quizá le ha contado Philby sus secretos?

Lo cierto es que nunca se ha aclarado del todo quién inspiró muchos de los detalles que aparecen en el film. En teoría, un oficial británico asesoró a Greene buena parte del tiempo. Pero también le ayudó un periodista austríaco llamado Peter Smolka.

Oficialmente, Smolka sólo era asesor de guión, aunque Greene le pone su nombre a un bar que aparece en la película. Según muchos, Smolka fue el que tuvo la idea original de hacer una película ambientada en la Viena de posguerra.

¿Qué sabemos de Smolka? Conocía a Philby y a su esposa húngara de los tiempos en que era parte de la resistencia austríaca. Se sospecha que trabajaba para los soviéticos de manera encubierta, p.ej. retrasando la publicación de “Rebelión en la Granja”, una obra antiestalinista.

¿Era Smolka un espía trabajando dentro de la filmación de “El tercer hombre”? No sería ni mucho menos el único. Vamos con otros candidatos.

CANDIDATA nº 2: Elizabeth Montagu. Dama de alta sociedad, bien relacionada tanto con entornos germánicos como angloparlantes, es la encargada de ejercer de anfitriona de Graham Green en su estancia en Viena. Casi todo el mundo está seguro de que trabajaba para el MI6 británico

CANDIDATO nº 3: durante el rodaje, alguien observa a un nuevo técnico de sonido que se incorpora en el último minuto y que no parece haber trabajado previamente en el cine. Aun así aprende deprisa. Después del rodaje desaparece, y nunca más se vuelve a saber de él en la profesión

CANDIDATO nº 4: Alexander Korda, el productor de la película, bien relacionado con Churchill. Tenía conexiones con el mundo del cine tanto en Europa como en EEUU. ¿Eran sus películas una excusa para montar coartadas muy elaboradas para sus colaboradores? Nadie lo desmiente nunca

Nº 5, el propio Graham Greene, quien, después de ir a Viena a documentarse, justo después se va a Praga… donde los comunistas toman el poder, casualmente, durante su estancia. ¿Había ido allí para una misión para el MI6? Ya sabéis lo que dicen: quien se hace espía, siempre lo es

Se sospecha que Greene siguió trabajando para los británicos de manera no oficial a lo largo de sus viajes, utilizando su labor como escritor a modo de coartada.

¿Podéis entender entonces por qué “El tercer hombre”, una película en realidad sin espías, está tan ligada al género?

¿Había utilizado Greene la película para exorcizar su relación con Philby?¿Se había mostrado a sí mismo en la difícil dicotomía entre amistad y deber?¿Fue “El tercer hombre” la 1ª vez que se representó a Philby como un traidor? Ahí lo dejo a la libre interpretación de cada uno.

Pero volvamos a Philby. El MI6 se da cuenta de que se están produciendo filtraciones y deduce que hay un topo en sus filas. Durante cierto tiempo, Philby consigue sortear las sospechas que se van acumulando en su contra. En 1951, la evidencia es demasiado abrumadora contra sus...

... colegas Burguess y Maclean, y éstos huyen a Moscú. Durante mucho tiempo, a Philby le interrogan, y la pregunta es unánime: ¿eran los dos desertores los únicos espías?¿O era Kim Philby (qué ironía) “el tercer hombre”?

El juego del gato y el ratón dura años. Se sospecha de Philby, se le retira a ratos del servicio, pero siempre vuelve, se le asignan misiones, ocupa cargos más o menos importantes. Así hasta que, en 1963, Philby descubre en Beirut que han acumulado pruebas definitivas contra él.

Antes de que puedan hacer un último interrogatorio para desenmascararle, desaparece y, probablemente a través de un barco, viaja a Moscú. Muchos sospechan que los británicos le dejan huir para evitar la vergüenza de un juicio público.

El escándalo es mayúsculo. Tirando de la madeja, tenemos hasta 5 espías británicos que en verdad operaban para la Unión Soviética y que trabajaban en los núcleos más importantes de la inteligencia durante años.

No sólo dejaban de espiar a los espías soviéticos sino que, además, revelaban a la URSS la identidad de los agentes británicos en su territorio. La situación es un bochorno, constituye carnaza para la prensa; pero, sobre todo, resulta increíblemente inspirador para la literatura.

Por ejemplo: John Le Carré, en “El topo”, cuenta la historia de un espía de alto nivel en la Inteligencia Británica que está trabajando para los rusos.

Sé que tenéis en la cabeza una peli moderna, pero, para no destripar nada, coloco la fotografía de quien era el culpable en una producción anterior de la BBC (aunque, shhh, en la otra foto también sale). Obviamente, su personalidad se parece mucho a la de nuestro “tercer hombre”

No resulta extraño que Le Carré “tomara prestada” una historia muy similar a la de Philby para su novela: al fin y al cabo, fue Philby quien consiguió terminar con su carrera de espía cuando trabajaba en el MI6. Comprenderéis que se tome su venganza particular en la novela.

Por cierto, ya que hablamos del MI6, este edificio es su ubicación actual. En los tiempos de los que hablamos, oficialmente ni existía, aunque la localización de su edificio la conocían hasta los taxistas, así que decidieron moverse a este lugar, que ya no hay manera de esconder

Pero otros escritores también se sintieron influenciados por esta revelación: no podía ser que alguien tan estimado entre sus compañeros hubiera tenido engañados a superiores y colegas tanto tiempo mientras conspiraba para liquidarles. Por eso ha salido retratado varias veces más

… tanto inspirando obras de ficción, como “El cuarto protocolo”, de Frederick Forsyth; o “El factor humano”, del propio Greene, donde retoma el tema de las motivaciones que puede tener alguien para traicionar a su país…

… como en innumerables adaptaciones sobre su vida y obra de espionaje. He contado hasta 16 interpretaciones diferentes por parte de distintos actores en teatro, radio, cine, y televisión, ya sea de Philby o de personajes inspirados en él, aparte de un sinfín de novelas y ensayos

Frente a él, Bond, con sólo 7 intérpretes, parece un aficionado.

De todas maneras, la vida de los espías no es tan hermosa como la pintan.

Cuando Philby viajó a Moscú, pensaba que iba a ser recibido como un héroe: en cambio, resulta que sus superiores lo tratan como a un espía menor. Quizá pesó que Stalin sospechaba en su día de él, pues creía que, en el fondo, seguía siendo un leal agente británico.

O tal vez es que los soviéticos pensaban que su aparente deserción a Moscú era una argucia del Reino Unido para devolverles el golpe recibido. El caso es que los soviéticos, al principio, le ignoraron, y no le dieron ninguna ocupación de relevancia.

Philby se sumió en una depresión; ya tenía problemas con el alcohol, pero éstos se agravaron. Por supuesto, su esposa en Reino Unido no le siguió, pero una de sus ex mujeres fue a visitarle y quiso quedarse a vivir con él.

Volvió a casa para arreglarlo todo y, en su ausencia, Philby se lio con la mujer de Maclean, su antiguo compañero de armas. A su compañero no le sentó bien, pero a su ex mujer tampoco, y le abandonó definitivamente.

En medio de todo esto, publicó un libro, “Mi guerra silenciosa”, donde detallaba sus motivaciones. Graham Greene lo leyó y dijo que le comprendía: había peleado por un ideal en el que creía, aunque éste no siempre fuera defendido por hombres honorables.

Greene confesó que, en su predilección por los desfavorecidos por la vida, a veces sentía debilidad por hombres de moral discutible. Llegó a visitar una vez a Philby en Moscú, en lo que, cabe esperar, fue un encuentro entre dos viejos amigos, uno de los cuales casi estaba muerto.

Al final, Philby se casó con una chica más joven; poco a poco, el espionaje ruso le otorgó cierta responsabilidad, y le cubrió de condecoraciones.

El ex espía decía que no echaba de menos casi nada del Reino Unido salvo amigos y un par de salsas, pero lo cierto es que todavía leía "The Times" y escuchaba la BBC; nadie tiene muy claro que fuera realmente feliz en Rusia. Murió en 1988.

Ésta es una historia de espías, pero también una típica narración de Graham Greene; una donde la verdad y la ficción se entremezclan del mejor modo posible, y el más armónico, para generar una trama inolvidable.

Un relato que va más allá de fronteras e ideologías para enfrentarse a los dilemas más graves en el corazón del hombre: la lealtad, la amistad, y nuestras motivaciones más profundas. ¿Qué más le podríamos pedir?

Este hilo contiene información de muchas fuentes. Hay una que destacaré: “The third man´s Vienna”, un libro de Brigitte Timmermann, una especialista en la ciudad cuya familia realiza tours por los lugares de ambientación y rodaje de la obra de Carol Reed, y una Biblia del film

Y si, como yo, os habéis enamorado de esta cinta tan única sobre un lugar y un tiempo que ya no existen, y que sin embargo ha resistido tan bien el paso del tiempo, os incito a descubrir más sobre ella visitando no sólo Viena, sino @ThirdManMuseum, o sea: wien.info/en/sightseeing…

@ThirdManMuseum El lugar es un museo de iniciativa privada, y constituye La Meca particular de los que seguimos montados en la noria de volver a ver una y otra vez este film. Allí, por cierto, podéis comprar el libro de Brigitte.

Éste es el fin de este hilo, retransmitido de manera simultánea en Mastodon, con la petición subliminal de que alguien le coloque un espía a Elon Musk para averiguar si podremos seguir haciendo hilos como éste. Si no es así, este hilo estará aquí: @emiliotejera@mstdn.social

Mientras Elon hace de agente doble en Twitter, podéis disfrutar de más hilos como éste aquí: . Incluye algunos que por la temática os pueden resultar similares, como cuando Newton trabajó como detective, o sobre el hombre que usó magia para engañar a Hitler

Pasad buen domingo, y espero que vuestra única incursión en el mundo de los espías sea investigar por qué le crecen tan bien las plantas a vuestra vecina. Un saludo en código

Como sé que esta cuenta tiene aficionados al cine (muchos se incorporaron a partir del hilo sobre el duelo de "La princesa prometida"), a lo mejor les interesa: puede que a los super-expertos sobre el 7º arte @CsarBards y @Manuel_de_BCN también. Y a @Wurtz3l, nuestro agente en UK

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