El 9 de octubre de 1963 se produjo el DESLIZAMIENTO DE TIERRAS más importante de todos los tiempos.
250 millones de m3 (250 hm3) se movieron ladera abajo hacia el embalse de Vajont —NE de Italia, región del Véneto— tan rápido que en 45" habían llenado el embalse.
#JuevesdePresas
El deslizamiento de la ladera de umbría del Monte Toc (conocido desde tiempos inmemoriales como La Montaña Caminante) desplazó unos 50 hm3 de agua hacia la orilla opuesta.
Allí, los pueblos de Casso y Erto, a más de 250 m por encima del embalse, se inundaron.
Al caer de nuevo al vaso del embalse (ya ocupado por el regolito deslizado) el agua formó 2 olas: una aguas arriba —de menor calado— y otra aguas abajo que alcanzó los 100 m de alto y pasó por encima de la presa que, encajonada entre el valle y la garganta, apenas sufrió daños.
La ola barrió a 60 trabajadores de la central hidroeléctrica que habían subido a la coronación de la presa para "admirar el espectáculo" de un deslizamiento (anunciado) con una ola de unos 20 m...
Anunciado. A eso ya llegaremos.
Pero sigamos.
Esa gran ola se aceleró en el desfiladero y se dirigió directamente al Valle de Piava.
Eran las 10:39 pm y sus habitantes reían y veían un partido de la Copa de Europa entre el Real Madrid y los Rangers de Glasgow.
Longarone, Pirago, Rivalta, Vilanova y Faè quedaron reducidas a escombros. Una llanura de lodo con un cráter de impacto de 60 m de profundidad.
~2.000 personas murieron, 350 familias al completo.
20' después, el agua había desaparecido.
La Presa de VAJONT era un proyecto anhelado desde la década de los años 20.
Erigida a finales de los años 50 para dar electricidad al desarrollismo italiano de la zona, se construyó con los mayores estándares de calidad y observando las normativas.
Los italianos tenían experiencia en desastres de presas, y habían recogido puntualmente sus conclusiones en normas, que hacían hincapié en las propias presas, en la roca de los estribos y en la impermeabilidad del vaso.
Pero no en la estabilidad del vaso.
Y ocurría que la ladera de umbría del Monte Toc se movía.
Al ing. Carlo Semenza se le pusieron los pelos de punta cuando supo de una ola de 20 m de alto debida a un deslizamiento en un embalse vecino.
Sobre todo cuando durante el 1r llenado de su presa, en 1960, se deslizó 1 hm3.
La ladera pasó a monitorearse a niveles estratosféricos.
Se hizo un modelo 1:200 de la presa para ver cómo le afectaría la ola producida por un deslizamiento "como el que se preveía".
Pero todo lo que previeron y modelizaron fue light (a toro pasado).
Predijeron que 30.000 m3 de ladera se moverían lentamente, como muy rápido en minuto y medio, y que la ola alcanzaría los 27,5 m.
Si el nivel de la presa se mantenía < 230 m (medía 261), no habría problema.
Y así llegamos al verano de 1963 donde la ladera se movía 1 cm cada semana.
En septiembre hubo días donde se movió 25 cm.
Y finalmente el 8 de octubre, anterior a la debacle, se movió 1 metro.
Con esos datos en la mano, los ingenieros de la presa bajaron el nivel del embalse.
Es decir, bajaron el nivel del embalse esperando que la ladera resbalara tranquila hasta el agua y se formara una ola notable (pero no asesina) que la presa perfectamente podía soportar.
Y por eso los trabajadores subieron a la coronación de la presa, a ver el espectáculo.
Para finalizar, que es tarde, la falda (de 2 km de largo) se deslizó porque era material no consolidado, 300 m de espesor con algún horizonte de arcilla, sobre calizas consolidadas, que son las que se ven hoy en la herida.
En la zona cercana al desfiladero, la pendiente era mayor
Los llenados del embalse y las lluvias de aquellos días de octubre favorecieron el deslizamiento masivo.
Un deslizamiento de la Montaña Caminante que ya recogió en sus obras el poeta latino Catulo.
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