Nuestro trabajo puede ser cualquier cosa menos rutinario. No hay dos actuaciones iguales, por muy parecidas que puedan ser. Una de esas actuaciones que, a priori, se inicia por algo relativamente simple, como es un accidente de tráfico, puede acabar con un final inesperado.
Precisamente fue un accidente de tráfico lo que dio lugar a una actuación sorprendente:
Un turismo chocó con una motocicleta que estaba detenida en un semáforo. La moto tras el choque, impacta con una furgoneta que se encontraba por delante, también detenida en el semáforo.
La moto acaba dañada y sus dos ocupantes resultan heridos de carácter leve. La furgoneta no presenta daños materiales y la conductora del turismo que provoca el accidente se marcha del lugar sin detenerse… Aunque, se deja la matrícula en el lugar del accidente.
El conductor de la moto se presenta en nuestras dependencias para denunciar lo ocurrido. Se inicia el expediente de atestados, al que nos aporta la matrícula del turismo dado a la fuga y la manifestación de lo ocurrido. El turismo es un Mercedes Clase B, conducido por una mujer.
Tras consultar por informática la matrícula, se comprueba que el vehículo no tiene domicilio en Granada, por lo que se traspasan las diligencias a la Sección Técnica de Investigación para que realice las gestiones para localizar a la persona conductora o a su titular (o a ambos).
La unidad del SETI inicia la investigación.
De la persona conductora no hay rastro, del titular tampoco, sin embargo el turismo, tras hacer varias indagaciones, se localiza que estaciona habitualmente en la vía pública, en una zona muy delimitada en el barrio del Zaidín.
Ahora solo queda hacerle un seguimiento y esperar que alguien acceda al mismo para conducirlo. El seguimiento se alarga en el tiempo pero finalmente el trabajo obtiene sus resultados.
En una espera, un hombre se acerca al coche, abre la puerta, pero no llega a entrar.
No entra porque los agentes del SETI, de paisano, no dan lugar a ello. Se acreditan como policías, solicitan a este hombre que se identifique y comprueban que es el propietario del vehículo. Es un hombre de 63 años, no parece peligroso, aunque dice: “Tranquilos no voy armado”.
Al pasar sus datos por informática salta una alerta, este hombre tiene una orden internacional de detención e ingreso en prisión. Comprobamos que presuntamente es miembro de una organización criminal y está buscado por diversos delitos relacionados con la mafia calabresa.
La investigación da un giro de 180°. Íbamos a identificar a la mujer fugada en el accidente y acabamos deteniendo y poniendo a disposición judicial a un delincuente del crimen organizado.
#Detenido
#SeguimosActuando
#SomosTuPolicía
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