¿Sabíais que el primer campo de concentración del mundo lo inventaron los españoles?
Además, les salió barato, porque no construyeron alambradas ni necesitaron guardias.
Porque aquella prisión… era una isla entera.
Con vosotros: CABRERA, LA ISLA DE LA MUERTE. Dentro hilo.
Para esta receta, requerimos de 4 ingredientes:
1) El concepto de campo de concentración. Los nazis lo popularizaron, pero los británicos ya lo habían aplicado con profusión respecto a los bóers en Sudáfrica, y los españoles antes, en Cuba, con los aspirantes a la independencia.
Sin embargo, el país de Nino Bravo (un premio para el que pille la ironía) había tenido ocasión de ensayar la fórmula en varias ocasiones.
La primera, en la llamada Gran Redada de Gitanos, de donde hablamos hace poco aquí: emilio-tejera.blogspot.com/2023/02/la-his…. Sensu estricto, no eran campos de concentración, pero se emplearon barrios enteros para alojar a los cautivos, lo cual ya suponía escalar el concepto tradicional de cárcel
Sin embargo, hubo un momento histórico donde la cosa empezó a parecerse más al concepto tradicional que todos tenemos en la cabeza. Es paradójico que emplearan, para ello, un lugar tan hermoso como éste. Pero sigamos con nuestros ingredientes.
2) Los reclusos. En 1808 tiene lugar la batalla de Bailén, que ganan los españoles. Como consecuencia, se hacen 18.000 prisioneros franceses. De ellos, los militares de más alta graduación son enviados de vuelta a Francia (donde Napoleón, indignado con ellos, los cesa en el acto)
Luego detallaremos dónde acabaron todos estos cautivos. De momento diremos que los 4000 que más suerte tuvieron terminaron en Canarias, donde se integraron con la población local. Ya sabéis entonces cuál es la causa si en el mojo picón detectáis unas gotas de perfumado Channel...
Pero, ¿qué se hacía con el resto? La comandancia inglesa (que luchaba a nuestro favor durante la guerra) se negó a repatriarlos en sus navíos, pues pensaba que volverían a tomar las armas. Ya sabéis que entre Inglaterra y Francia siempre ha habido sus más y sus menos
Mientras se discutía el destino de los galos, se les recluyó en barcos-prisión (los llamados pontones) amarrados al puerto de Sanlúcar de Barrameda, de cuyas pésimas condiciones y hacinamiento han dado fe numerosos documentos históricos.
Finalmente, parece que la decisión que se adopta, con 9000 de los cautivos, es de encerrarlos en una prisión. ¿Pero dónde se podría retener a un ejército entero? Y, lo más importante, ¿cómo de caro iba a salir?
Porque si España históricamente ha pagado mal a sus soldados (tanto que era común que los tercios de Flandes, mientras esperaban sus salarios, con frecuencia atrasados, sobrevivieran a base de rapiña), imaginaos lo que les importaba garantizar la supervivencia de los prisioneros.
Así que no se les ocurrió mejor idea que buscar un terreno deshabitado: qué cárcel más adecuada que una isla desierta.
Y aquí entra 3) EL LUGAR. La isla de Cabrera no tiene mucho. Por tener, ya no tiene ni las cabras montesas que le dieron el nombre. Aun así, para lo poco que es, posee una nutrida historia: han pasado por ahí numerosos pueblos, dicen que en un islote cercano nació Aníbal Barca...
... y se cuenta que en tiempos había un monasterio donde los monjes se dedicaron con tanto ímpetu al crimen que ellos mismos decían servir a Satanás (si el monasterio existió, cosa a la que parece apuntar algún indicio arqueológico, hoy no quedan casi restos del mismo).
Aparte, la isla posee cierto valor estratégico. Tanto que, a raíz de un incidente en medio de la 1ª Guerra Mundial, el estado nacionalizó la isla, lo cual provocó un enrevesado pleito. También jugó un papel en la guerra civil, y durante casi 30 años alojó una Comandancia Militar
En la isla se erige un castillo. Allí hubo un vigilante de manera habitual, pero era tal el peligro que su sueldo era el más alto entre los trabajadores del mismo tipo en las Baleares. De hecho, no era raro que el puesto lo ocupara un criminal a cambio de una reducción de condena
Cabrera tiene menos de 16 km cuadrados y sólo alberga una población de 20 personas. Es verdad que es Parque Nacional, con lo cual tampoco puede haber mucha gente, pero, como os podéis imaginar, no es un lugar preparado para alojar a 9000 prisioneros. Tampoco lo era entonces
Entramos en 4) LAS CONDICIONES. Para empezar, en el viaje en barco desde Cádiz hubo numerosas tormentas y se desató un brote de disentería, lo cual, teniendo en cuenta la superpoblación de los navíos, no ayudó a fomentar un clima agradable en la expedición.
Cuando los franceses se dieron cuenta de que al final no les iban a intercambiar por prisioneros españoles en el país galo, seguramente se indignaron: cuando vieron que les arrojaban en Cabrera, sin duda se horrorizaron.
Para ser sinceros, parece que las autoridades españolas tampoco tenían el plan muy claro, y que buena parte del mismo se dejó a la improvisación. De hecho, los barcos españoles e ingleses que transportaban a los franceses atracaron primero en Canarias...
... (donde dejaron a los 4000 que hemos mencionado) y luego en Mallorca; el objetivo seguramente era dejarles allí, pero fue la negativa de la población local la que llevó a abandonarles en aquella isla deshabitada.
La prisión salía barata: no había guardias; no había estructuras donde guarecerse, a excepción del castillo. Los prisioneros establecieron seis campamentos en torno al puerto natural de la isla; por lo demás, se hallaban abandonados a la intemperie.
La única forma de cuidado a los reclusos eran los alimentos que traían en barco cada 4 días, lo cual, mal que bien (porque tampoco daba para mucho), permitía a los prisioneros sobrevivir.
Durante un primer momento, hubo un amago de organización dentro la isla: se plantaron huertos, se organizaron turnos de pesca, hasta se montó un consejo para labores organizativas, incluyendo castigos a aquellos que incumplieran las normas.
Pero un día hubo una tempestad y el barco se saltó uno de sus viajes. Cuando volvió a la isla, 8 días después, los franceses estaban tan desesperados que trataron de abordar el navío.
Aquel incidente hizo que los individuos encargados de alimentar a los franceses no quisieran volver. Mientras se buscaban sustitutos, pasaron 3 meses. Luego se retomó el suministro, aunque sufriría numerosos contratiempos y retrasos.
Así que, como es lógico, la situación empezó a degenerar. En la isla se desencadenó lo que Conrad definió tan bien en “El Corazón de las Tinieblas”: “El horror, el horror”.
Porque los franceses no tenían nada. En especial, comida (para el agua, podían contar con un escuálido manantial). Las cabras (que entonces había) sin duda se volatilizaron las primeras. En la isla, ratas y lagartijas se extinguieron, y las aves marinas tuvieron que buscar...
... otro sitio donde anidar, porque los hambrientos prisioneros se abalanzaban sobre los huevos. Los franceses hacían caldo con sus propias ropas, y se atrevían a devorar plantas que no conocían, muchas de las cuales resultaron ser venenosas.
Está documentado que los cautivos llegaron a la coprofagia; ciertos presos moribundos, por lo visto, hasta se alimentaron de los vómitos de algún tripulante del barco de aprovisionamiento que llegó mareado del viaje.
Hay dudas sobre si se llegó al canibalismo, sobre todo por parte de unos cuantos prisioneros que se habrían organizado al margen del resto para habitar en cuevas (esto último parece acreditado por recientes investigaciones): epe.es/es/baleares/20…
Suicidios, violencia, fugas fallidas, enfermedades… Sólo unos pocos consiguieron escapar tras llegar a un trato con pescadores locales. El resto permanecieron allí. No es extraño, pues, que a cierta zona de la isla se la conozca como "el Valle de la Muerte"
Se crearon 2 cementerios, se incineraron numerosos cadáveres. Las autoridades españolas aumentaron las raciones y evacuaron a los enfermos más graves (lo cual llegó a reclusos a autolesionarse, y a protestas por parte de aquellos pueblos cuyos centros médicos se vieron saturados)
Hay que decir que incluso la prensa española (en concreto “El Diario de Mallorca”, en 1813) se compadeció de la suerte de los prisioneros, y se preguntaba si esa situación era propia de un país católico. Otros propusieron alimentar a los franceses a cambio de trabajos forzados.
Es importante recordar que la guerra con los franceses todavía continuaba, y se hallaban aún muy recientes muchos rencores como consecuencia del paso de los ejércitos napoleónicos por la península.
Cuando terminó la contienda, en 1814, los cautivos volvieron a Francia. Habían sobrevivido, según las fuentes, entre 3600 y 4250 prisioneros, pero, teniendo en cuenta los que llegaron después (hasta 11300 en total), se contabilizan que murieron 3 de cada 4 reclusos en Cabrera
Por otra parte, el estado físico y anímico de los que sobrevivieron os lo podéis imaginar
Todo esto lo sabemos, entre otras cosas, porque uno de los supervivientes, Sebastián Boluerot, escribió sus memorias, que fueron adaptadas posteriormente por Gabriel Froger bajo el esclarecedor título “Cuando el padre nos olvida”.
Posteriormente, autores franceses han escrito novelas a partir del suceso (por ejemplo, como “Los franceses de Cabrera”, reeditada en 2008 por el sello mallorquín Aucadena).
En 1847, un centenar de supervivientes de Cabrera se reunieron en París. Esa misma fecha, como tributo al sufrimiento de sus compatriotas, los franceses levantaron un monolito en la isla para conmemorar su recuerdo.
Actualmente, todos los años, un buque de la Armada gala desembarca en la isla para participar en un homenaje, el cual debería servir también para no olvidar lo terribles que son las guerras y las prisiones, y cómo sacan afuera los rasgos más aberrantes de la locura de los hombres
Ésta es la historia que os quería contar. No es la más bonita del mundo, pero por eso precisamente hay que recordarla.
Algunas fuentes (de donde he sacado también imágenes):
-rutasconhistoria.es/articulos/un-c…
-abc.es/historia/abci-…
-diariodemallorca.es/mallorca/2021/….
-elconfidencial.com/alma-corazon-v…
Si os ha gustado el hilo, ya sabéis: seguidme, dadle difusión, retuiteadlo y, si os vais de vacaciones a Baleares, recordad lo que ocurrió muy cerca de esas playas
Si os ha gustado este hilo, tal vez os interesen otros dos. Uno, sobre que los primeros moradores blancos de Australia fueron abandonados allí para morir:
... y otro sobre un estafador sin escrúpulos que mandó a perderse a unos incautos a la devastadora Costa de los Mosquitos. Y ocasionó una crisis económica (y ayudó a crear el género policíaco) de paso:
Pasadlo bien, disfrutad de las playas (o del paisaje que tengáis a mano)... y no paséis hambre, que es muy malo. Feliz domingo.
@threadreaderapp unroll
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