Emilio Tejera (emilio-tejera.blogspot.com) Profile picture
Escritor por amor a primera vista, siempre con una historia en marcha. Científico apasionado por la divulgación. Hallaréis textos míos en https://t.co/xJS3Y5topL

Mar 12, 2023, 56 tweets

Lamarck tuvo mala suerte. Fue el 1º que propuso una teoría de la evolución, pero le ignoraron; después, llegó Darwin y refutó sus ideas. Pero ahora empezamos a ver que, en algunos casos, tenía razón.

Con vosotros, LA TEORÍA QUE LLEGÓ DEMASIADO PRONTO, Y TAMBIÉN DEMASIADO TARDE

Este hilo es una respuesta a esta encuesta, sobre un aspecto que esbocé en otro hilo, y que la gente me pidió que explicara más detalle. Y como yo, ya sabéis, no puedo resistirme a lo que me solicitan con cariño, pues…

Hoy vamos a hablar de Lamarck, un científico francés que, a inicios del s. XIX en París, desde su puesto en el Jardin des Plantes (posteriormente, a propuesta suya, Museo de Historia Natural) se mostró como un vanguardista dispuesto a revolucionar muchas de las ciencias de su era

Antes de entrar en harina, diremos que Lamarck fue un adelantado a su tiempo en más de un sentido. Por ejemplo, teorizó que el tiempo meteorológico se podría predecir en el futuro, y publicó una serie de anuarios al respecto (aunque hay que decir que hoy día no son muy valorados)

Años más tarde, uno de los que investigaron en este sentido fue Robert Fitzroy, el capitán del barco que llevaría a Darwin, y uno de los 1os que (mal que bien) hicieron predicciones meteorológicas: . Aunque de la relación con Darwin hablaremos más adelante emilio-tejera.blogspot.com/2020/09/la-his…

Pero el área que Lamarck más exploró fue la biología (de hecho, él fue quien acuñó el término de esta nueva ciencia). Lo hizo a través de la 1ª teoría de la evolución que se planteó en la historia.

Lamarck decía que las especies animales no habían permanecido estables a lo largo de las eras, sino que habían evolucionado hasta las criaturas que conocemos. Eso explicaría, según él, los fósiles que hemos encontrado de seres que ya no existen.

¿A través de qué mecanismo se modifican? Lamarck decía que los cambios que sufrían los individuos adultos influían en su descendencia. El ejemplo clásico que se ha puesto es el de la jirafa: a los ancestros de las jirafas les costaba llegar a las copas de los árboles; entonces...

... la jirafa estiraba el cuello, y conseguía aumentar su longitud unos pocos milímetros; estos cambios se transmitían a su descendencia y, poco a poco, con el paso del tiempo, el cuello de la jirafa se hacía mucho más largo.

La teoría encontró oposición desde el principio; el naturalista Cuvier opinaba que los fósiles eran debidos a especies que se habían extinguido por un cataclismo, no porque hubieran evolucionado (con el tiempo, se vería que los dos tenían parte de razón).

Y muchas autoridades científicas y civiles (el propio Napoleón) le rehuyeron, porque no estaban a gusto con una teoría donde la biología era un proceso mecánico, independiente de las leyes divinas o de cualquier clase de plan.

@CuadernodeLuis De hecho, a Lamarck no le hicieron mucho caso: su propuesta estaba allí, pero, durante mucho tiempo, cayó en el olvido. Había llegado, quizá, demasiado pronto.

Años después, apareció Darwin. Después de su viaje a Sudamérica con el capitán Fitzroy, también estaba de acuerdo en que las especies evolucionaban. Pero su teoría era distinta: según él, lo que ocurría con el ejemplo de la jirafa era que, de las nuevas jirafas que nacían...

... aquellas que, de manera azarosa, habían nacido con cuellos más largos, comían de árboles más altos, y eran más capaces de sobrevivir; por eso, esas jirafas tenían más hijos (los cuales tenían el cuello largo, como sus padres).

Así, generación tras generación, las jirafas iban siendo más altas, ya que esa cualidad positiva las seleccionaba de manera natural frente al resto.

(El cuello largo, como veis en el GIF, se podía emplear también para otras funciones)

Durante mucho tiempo, nadie sabía quién tenía razón. De hecho, había mucho debate, y no estaba claro quién saldría vencedor. Entre algunos de los defensores del lamarckismo se hallaba el paleontólogo Edward D. Cope, de quien he hablado en otra ocasión:

Años después, Mendel habló sobre genes, se vio que éstos residen en el ADN, y que esta molécula es la base de la transmisión de los caracteres: y que es la herencia al azar de tus genes (los cuales a su vez has recibido al azar de tus padres) la que determina cómo serán tus hijos

Ganaba la teoría de Darwin, la cual, modificada para introducir el ADN y la herencia genética, se transformó en el neodarwinismo, la teoría dominante en la actualidad.

La puntilla definitiva al lamarckismo se la dio el descubrimiento de la barrera Weismann, que se resume en que dan igual los cambios que sufra nuestro cuerpo, lo único que importa para nuestra descendencia es lo que afecta a nuestras células germinales (espermatozoides y óvulos).

Con lo cual, no, por mucho que desarrollemos nuestros músculos, nuestros hijos no van a nacer más mazados.

Hay que decir que, pese a todo, algunos siguieron aferrados al lamarckismo: por ejemplo, Trofim Lysenko, el principal asesor científico de Stalin. A este pope científico de la Unión Soviética le parecía que el darwinismo, donde todo dependía del azar y no del esfuerzo propio...

... era muy poco acorde con la ideología revolucionaria, y por eso prefería el lamarckismo. Según él, estaba utilizando esta teoría para desarrollar mejores especies agrícolas.

Pero Lysenko estaba haciendo dos cosas mal: 1) mentir como un bellaco. Ni la teoría de Lamarck era correcta ni él estaba obteniendo éxito con sus plantas; 2) por su influencia política, condenaba a la cárcel (algunos murieron) a aquellos científicos que se oponían a su visión.

Con lo cual, ya volviendo a la actualidad, el lamarckismo no tiene ningún defensor. Se supone que no hay un ápice de verdad en ella, y toda la teoría es errónea.

¿Toda? Como diría nuestro amigo Goscinny: “¿Toda?¡No!”.

@ObelixOnLine Vamos a ir contando algunos casos concretos en que parece que el lamarckismo tenía razón. Iremos de los fenómenos más “extraños” (por así decirlo, en los que el lamarckismo está cogido con pinzas) a aquellos en los que está más presente de verdad.

El 1º es la teoría endosimbiótica. Esta teoría dice que las mitocondrias (la fábrica de energía de las células) en realidad eran en inicio una bacteria que fue engullida por una célula; en lugar de comérsela, encontraron una ventaja en permanecer juntas y, desde entonces...

... las mitocondrias se han transmitido a todos sus descendientes. Hoy en día, nuestras células poseen mitocondrias que, a su vez, provienen de aquella bacteria inicial que, un día, apareció sin más por nuestras vidas.

Me diréis que es un caso un poco traído con los pelos; quizá tengáis razón, pero la creadora de esta teoría (una de las más fascinantes de la biología, y con mucha solidez detrás), Lynn Margulis, la considera, en cierto modo, una forma de lamarckismo.

Luego está la herencia cultural. Nuestros hijos no pueden heredar nuestros trabajados músculos, pero sí el manejo de herramientas, o los conocimientos que les enseñamos.

Esta transmisión cultural abunda, por supuesto, en los seres humanos, pero también hay especies que la practican, como los chimpancés. Por lo visto, además, quienes la transmiten son sobre todo las hembras.

Relacionado con esto está el efecto Baldwin, por el cual el comportamiento de los adultos puede influir en los genes. Supongamos una manada de ciervos que encuentra un nuevo depredador y se comporta de manera especial para huir de él. Con el tiempo (según Darwin) aquellos...

... descendientes que se muestren más proclives a seguir ese tipo de comportamiento escaparán mejor del depredador, y sobrevivirán más. Lo que antes era una huida intencionada se ha convertido en instinto. No es exactamente lamarckismo, pero se le parece.

Sin embargo, desde hace algunos años, hay una serie de mecanismos que ya sí que guardan relación con el lamarckismo de verdad. Para eso, os tengo que explicar algo sobre cómo trabaja el ADN.

Al principio, se creía que lo único importante eran los genes en sí. Los genes sirven de base para producir proteínas, y éstas son las que ejercen la mayoría de las funciones del organismo. Pero luego hemos visto que hay una serie de factores que afectan...

... a cuánto se expresan esos genes (es decir, cuánta proteína producen, algo que también es clave). Y había muchos aspectos de esta forma de regulación que se encontraban fuera de los genes.

Estos factores tienen que ver sobre cuán empaquetado está el DNA, gracias a unas proteínas llamadas histonas; también a ciertas modificaciones químicas del DNA (en concreto, una que se llama metilación); o cómo ciertas moléculas (microRNAs) influyen en la expresión de los genes.

Todos estos mecanismos se denominan epigenética: es decir, no es sólo importante qué genes tenemos, sino cuánto dejamos que estos actúen.

Pues bien, en los últimos años han surgido una serie de artículos que dicen que las cosas que les ocurren a los individuos adultos pueden afectar a factores epigenéticos de la descendencia.

Ejemplo: unos científicos hicieron que unos gusanos pasaran hambre durante un tiempo; esto provocó cambios en sus microRNAs; esos microRNAs pueden viajar entre células (también un descubrimiento reciente) y afectaron al DNA de las células germinales.

Esas células germinales modificadas fueron luego las que sirvieron de base para nuevos individuos; es decir, que los cambios provocados en los organismos progenitores sí que afectaban a la descendencia.

Cuando salió esta noticia, muchos nos reímos: la teoría de Lamarck es verdad, sólo en unos gusanos asquerosos. Pero los humanos hemos aprendido que no somos únicos en la creación, y que las leyes de la naturaleza nos afectan a todos: también a mamíferos, y por supuesto a nosotros

Se vio que en ratones, la dieta de los padres induce alteraciones moleculares en sus hijos; y en mujeres africanas, se comprobó que la edad y el consumo de alcohol materno provoca cambios en la metilación de los genes de los hijos, influyendo en su peso o ciertas enfermedades

Algún estudio revela que, en ciertas poblaciones suecas, los hijos que se han tenido después de grandes hambrunas tenían rasgos distintos a los que habían nacido antes.

Incluso, entre supervivientes al Holocausto, se vio que los hijos tenían alterados factores epigenéticos relacionados con el cortisol, una hormona asociada al estrés. No obstante, muchos de esos análisis han sido criticados y hay que someterlos a más escrutinio.

Muchos de los mecanismos moleculares que controlan estos sucesos no se conocen a fondo. Tampoco sabemos si esta herencia lamarckiana aporta ventajas a los individuos. Recordemos que la naturaleza no actúa como una “fuerza mágica” con una intención, sino que funciona por azar.

Sin embargo, es posible que, al transmitir un mensaje sobre qué les ha sucedido a los progenitores, la naturaleza esté enviando herramientas que serán útiles a la descendencia para sobrevivir en un mundo con esas particularidades.

La herencia lamarckiana que haga que los individuos (o el conjunto de la especie) sobrevivan se transmitirá al futuro (en un mecanismo, paradójicamente, un poco darwinista). Al final, eso es lo único que a la naturaleza le importa.

Estos descubrimientos no quieren decir que el neodarwinismo no sea la teoría principal de la evolución: lo es, y seguramente lo va a seguir siendo. Ya es demasiado tarde para cambiar eso.

Pero en biología, suele ocurrir que hay muchos mecanismos de control, y detrás de cada regulación hay otra más profunda. Este mecanismo lamarckiano es una más de ellas. Así es como una vieja teoría que se creía obsoleta ha revelado, en el fondo, poseer una brizna de verdad.

Ésa es la historia que os quería contar. Si os ha gustado, retuiteadla, dadle likes, seguidme o digi-evolucionad al siguiente nivel.

Si os ha gustado este hilo, en esta cuenta tenemos varios relacionados con la medicina y con la ciencia, y que tratan de ser lo más divertidos, instructivos y sorprendentes que puedo:

Pasad buen día, y recordad: siempre estamos evolucionando. Lo contrario es quedarse parado, y eso la naturaleza lo tiene absolutamente prohibido.

Procurad avanzar hacia lo que queréis ser.

Hasta muy pronto.

@VelascoIsla Como puntos en contra, 1) no conozco un comportamiento similar en otras bacterias, 2) todo el aparataje energético de la mitocondria es muy complejo y es raro que se desarrollara en una bacteria fagocitada, y que coincidiera con un sistema igual al de las bacterias aerobias

@VelascoIsla De hecho, me estoy poniendo a leer más sobre el tema, y por lo visto, se ha observado en laboratorio una endosimbiosis similar a la que tuvo que tener lugar entre las futuras células vegetales y los futuros cloroplastos: eso apoyaría la teoría original de Margulis.

BONUS 1: Algunos habéis aludido a la lógica cuestión de si estos efectos se heredan no sólo a los hijos, sino a la siguiente generación. Y, como alguno ha apuntado, podría ser, pero aún no lo sabemos. Seguramente la magnitud del trauma o lo que les pase a los hijos tiene que ver

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