¿Por qué queman #Asturias?
En 2016, tras la oleada de incendios de 2015, Antonio Colina, profesor de la #Universidad de #Oviedo @uniovi_info y coordinador de la Estrategia de prevención y lucha contra los #incendios de Asturias, dijo a @asturiassemanal algo que me quedó grabado:
“El número de los #incendios es indicativo de la #conflictividad. Hay que recordar que en #Asturias apenas tenemos fuegos por causas naturales”. No era una opinión. Los datos de las Brigadas de Investigación de Incendios de #Asturias, creadas en 2002, lo dejaban claro: 👇🏻
A grandes rasgos, de cada 100 incendios:
▶️ 82 son intencionados
▶️12 son por negligencias
▶️3, por rayos y causas naturales (…)
▶️Y 1 incendio al año, solo uno, es obra de pirómanos
Las estadísticas de Bripas hasta entonces (2015) decían que ese 82% de incendios intencionados…
▶️ La mayoría, 3 de cada 4, tenían como objetivo regenerar pastos y quemar matorral
▶️ Para el resto existían hasta 23 motivaciones como ahuyentar animales o vengarse del vecino
Esas conclusiones coincidían en lo esencial con la verdad probada en las 44 sentencias condenatorias por quemar el monte emitidas hasta entonces por tribunales de lo penal asturianos. Ahora, en 2023, van 117, informó @ArantzaUruburU en un reportaje reciente de @asturiassemanal
El entonces teniente fiscal de Asturias, Joaquín de la Riva, había tenido las competencias medioambientales durante 2 décadas y sabía de qué hablaba. Decía que temía que lo acusaran de criminalizar a un colectivo por dar esos datos. Pero añadía: “es algo que no se puede ocultar”.
Por entonces la normativa obligaba a suspender el uso ganadero en las zonas recién quemadas hasta que se hubieran regenerado. El joven pastor Rubén Remis se lamentaba a @asturiassemanal mientras sus cabras pastaban entre la vegetación calcinada:
Si me acotan esto, explicaba entre lágrimas, no sé adonde voy a llevar el ganado. El no había prendido la llama pero asumía que había sido algún vecino “con maldad, para que me lo acoten”. El cierre temporal de pastos calcinados motivaba protestas entre los ganaderos.
En marzo de 2017, el parlamento asturiano aprobó poner fin a los acotamientos. Hubo casi unanimidad: apoyaron la iniciativa del Partido Popular todos los grupos excepto Podemos. Los críticos con la medida advirtieron de que iban a aumentar los incendios.
Ese 2017 Asturias ardió más que nunca. En las estadísticas del Servicio de Emergencias @112Asturias figura como el peor año de la tabla que recoge datos desde 1990.
Se quemaron 28.181 hećtareas en 1.749 incendios. La media de Ha. quemada cada año en Asturias ronda las 10.000.
El 18 de octubre de 2017 Asturias se preparaba para entregar los Premios Princesa. Pero ese día tardaba en amanecer. Las redes se llenaron de fotos que mostraban la enorme nube que envolvía la región creada por el humo de decenas de incendios simultáneos. instagram.com/p/BaTN2HqHFNl/…
Con el fin de los acotamientos se acabó con un motivo de protesta de los ganaderos. Pero hay más: el aumento de costes, los precios de leche y carne, las restricciones a las quemas tradicionales y, sobre todo, los daños del lobo y su catalogación, en 2021, como especia protegida.
Vuelvo a recordar las palabras de Antonio Colino en @asturiassemanal de @RTPAOficial : “El número de los incendios es indicativo de la #conflictividad. Hay que recordar que en #Asturias apenas tenemos incendios por causas naturales”.
De aquel reportaje recuerdo más cosas. Recuerdo a Óscar Rodriguez, entonces Jefe Coordinador de Bomberos, advirtiendo del riesgo creciente de grandes incendios devastadores, por la cantidad de “combustible” (vegetación) en el monte y la cercanía a los núcleos habitados.
“Vamos a fuegos difícilmente extinguibles”, explicaba, “que serán una amenaza para las poblaciones”. Pocos días antes había muerto un efectivo de los servicios de extinción en la oleada de diciembre de 2015.
Las llamas casi llegaron a la urbanización de La Fresneda, en Siero.
Y el fuego convirtió en ‘autopista’ las extensiones de eucalipto y pino plantadas entre Boal y el mar, a la altura del concejo de El Franco: 17 kilómetros de recorrido calcinando a su paso la vegetación y alguna vivienda que encontró por el camino.
Recuerdo oír a Óscar Rodríguez quejarse de algo que ha reiterado estos días, ya gerente del SEPA @112Asturias: poco se puede hacer ante un centenar de fuegos simultáneos. En 2015 llegó a haber 147 incendios a la vez. En 2002 fueron 203.
Recuerdo muchas otras cosas. Y aunque el reportaje es de 2016, las reflexiones siguen siendo valiosas para entender por qué quema Asturias regularmente. Esta noche @asturiassemanal vuelve a emitir ese programa, ‘Arde Asturias’, que realicé junto a mi compañera @ArantzaUruburU.
A 2017 le siguen 2015, 2012 y 2019 en el ranking de los peores años de la última década. En todos ellos la superficie quemada superó la media y hubo decenas de fuegos simultáneos. 2019 fue anteayer pero cada nueva oleada nos sorprende como si fuera la primera.
La gran sorpresa de los incendios en Asturias es la propia incredulidad que nos genera algo tan cíclico. Sorprende nuestra mala memoria. El drama es que no hayamos encontrado la solución y aceptemos convertir en infierno esto que llamamos paraíso. Como si fuera una maldición.
Aquí se puede ver el reportaje al que me refiero, “Arde Asturias’.
Emitido en febrero de 2016 y, a pesar de ello, bastante actual.
Enlace: 👇🏻
*Arturo Colina, no Antonio, como escribí por error.
Apéndice:
Para hacer ‘#Arde #Asturias’ entrevistamos a 32 personas. Recorrimos montes calcinados y despachos de técnicos. Nos sorprendió que todos -guardas, ganaderos, bomberos, profesores- hablaran abiertamente. A cámara. Sin dudar.
Entrecomillados del reportaje emitido:
Tito Rojo, ganadero: “Nunca quemamos dimensiones grandes, solo matos de 6 m2 (…) es lo que hacemos aquí los ganaderos(...) No, no está permitido, esto lo hacemos al margen de la ley, si no sería todo un matorral y (…) no tendríamos adonde echar los animales en verano”.
Y sigue: “Prendemos el matu y marchamos porque si nos pillan ye la hostia... Pero sabemos que el matu que quemamos no se va a ir de la mano (...) Pero bueno, somos un gremio muy amplio, uno de cada madre (…) Entonces... hay alguno que se le escapa la mano”.
Óscar Rodríguez, Jefe Coordinador de Bomberos. “Hay un efecto llamada. En los pueblos la cultura que hay, cuando alguien de un pueblo ve que otro da fuego, ellos, de inmediato… es como si hubiera un efecto llamada. Aprovechan también para quemar”
Julio Lago, Guarda del Medio Natural del Suroccidente: “Más o menos cada tres o cuatro años hay zonas -esta es una de ellas- que cada tres o cuatro años queman para regenerar pasto (…)Antes de que acabe el acotamiento ya arde”.
Hilario López, Guarda mayor de Tineo: “Ya nos conocemos todos y más o menos tienes una idea de a qué puede ser debido el incendio y se lo comunicas al Seprona. Suelen ser incendios muy reiterativos, pueblos en los que hay tres o 4 personas…”
A la entrevista, José Manuel Lago, representante de la Coordinadora Ecoloxista en el Consejo del Fuego, acudió con una abultada carpeta. Contenía recortes de periódico que exhibían grandes titulares. Todos contaban la misma noticia: ‘Asturias arde’. Pero eran de diferentes años.
Los periódicos recorrían tres décadas. En cada oleada, la noticia se cubría como ahora, con gran despliegue. “Es como si fuera algo estructural, una condena asumible. Y no se hace nada por cambiarlo”, explicaba Lago.
Miguel Á. Álvarez, quien había dirigido la Estrategia de prevención y lucha contra los incendios, decía: “En algunas zonas del territorio el riesgo de incendios es nulo”. Explicaba que los fuegos reiterados habían convertido el suelo en canchales. No quedaba nada que quemar.
Nadie pidió anonimato para hablar. Tan solo una persona nos dejó grabar a condición de no desvelar su identidad. En las imágenes mostraba cómo hacían las quemas tradicionales, ‘mato a mato’, para ‘limpiar’ el terreno. Y cómo preparaban las mechas para quemar con retardo y huir.
Las oleadas de incendios en Asturias no se producen en verano, sino en primavera y otoño. Aprovechan días de viento sur, que seca el ambiente y el suelo. Cuando sopla, si han pasado 2 o 3 años sin oleadas, cruzamos los dedos. Es el temor que causa haber escuchado todo esto.
Ahora que #Asturias ha revivido su cíclica pesadilla han vuelto a a oírse las preguntas de siempre: ¿Quién #quema? ¿Por qué? En este hilo, que resume el reportaje ‘Arde Asturias’, no están todas las respuestas. Ni mucho menos. El problema es complejo.
Pero en los despachos hay datos, estrategias, estudios, investigaciones y sentencias. Hay información y respuestas. Hay materia para no seguir esperando a la próxima oleada.
Esta información está sacada del reportaje de @RTPAOficial que puedes ver aquí👇🏻
rtpa.es/video:Asturias…
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