Ahora que todo el mundo habla de las IA y de cómo cambiarán nuestro futuro inmediato, quería recomendaros algunas de las historias que mejor han abordado el tema desde la ficción. Empezaré por la novela 𝘒𝘭𝘢𝘳𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘚𝘰𝘭 (2021), de Kazuo Ishiguro.
Quizá no sea la obra más conocida del premio Nobel, pero en 𝘒𝘭𝘢𝘳𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘚𝘰𝘭 Ishiguro plantea de manera magistral un problema al que tendremos que enfrentarnos muy pronto: cuánto tiempo pasarán nuestros hijos con sistemas artificiales y en qué grado serán sus educadores.
El libro de relatos 𝘌𝘹𝘩𝘢𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯 (2019), de Ted Chiang, incluye la novela corta «El ciclo de vida de los objetos de software». Dudo que encontremos otro texto de ficción más certero al pronosticar qué va a ocurrir a corto plazo con las IA emocionales independientes.
Con la excusa de la historia alternativa de 𝘔𝘢́𝘲𝘶𝘪𝘯𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘺𝘰 (2019), Ian McEwan ahonda en los dilemas de la identidad humana y artificial. Y, sobre todo, en los muchos y sutiles matices morales que aún no sabemos si será capaz de entender como nosotros una máquina.
Antes de empezar con los clásicos, no va a faltar en esta lista un español. En la ambiciosa novela de Jorge Carrión, 𝘔𝘦𝘮𝘣𝘳𝘢𝘯𝘢 (2021), las narradoras, las artífices y dueñas del relato son las propias IA. Una trama deslumbrante que no está tan lejos de volverse realidad.
Y voy a remontarme un poco en el tiempo. Solo para entusiastas: hasta donde sé, Samuel Butler fue el primer escritor en hablar sobre la posibilidad de que las máquinas pudieran desarrollar la conciencia por selección natural. Lo hizo en 𝘌𝘳𝘦𝘸𝘩𝘰𝘯 (1872).
Es sabido que fue en las nueves historias de 𝘠𝘰, 𝘙𝘰𝘣𝘰𝘵 (1950) donde Isaac Asimov mejor articuló sus tres leyes de la robótica. Está por ver si seremos capaces de implementarlas. Pero quería también recomendar aquí encarecidamente la lectura del relato «La última pregunta».
Será en ¿𝘚𝘶𝘦𝘯̃𝘢𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘢𝘯𝘥𝘳𝘰𝘪𝘥𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘰𝘷𝘦𝘫𝘢𝘴 𝘦𝘭𝘦́𝘤𝘵𝘳𝘪𝘤𝘢𝘴? (1968) donde Philip K. Dick intente establecer los límites entre la inteligencia natural y la artificial. Más allá de su estética ciberpunk, sus grandes preguntas son éticas. #BladeRunner
Golem XIV es el nombre que Stanisław Lem elige para el modelo de IA que al fin logra dotarse a sí misma de conciencia, en su obra homónima de 1981. Solo pausará su autoprogramación un momento, para poder comunicarse con nosotros por última vez antes de evolucionar demasiado.
La visionaria 𝘕𝘦𝘶𝘳𝘰𝘮𝘢𝘯𝘵𝘦 (1984), de William Gibson, se adelanta al concepto de «matriz» como ciberespacio de datos, que luego inspirará a la película 𝘔𝘢𝘵𝘳𝘪𝘹. Es gracias a esa red, similar a la nuestra, como las IA conseguirán fundirse en una superconciencia.
Y voy a acabar con un manga, otra de las fuentes de Matrix: 𝘎𝘩𝘰𝘴𝘵 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘚𝘩𝘦𝘭𝘭 (1989-1991) de Masamune Shirow. Implantes, volcado de mentes, ciberespacio, algoritmos conscientes de sí mismos. Pocas ficciones han anticipado con tanto detalle el futuro.@PlanetadComic
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