Eduardo Crespo Profile picture

May 16, 2023, 30 tweets

A lo largo de la historia la relación entre lo público y lo privado, los vínculos entre Estados y particulares, pasaron por ciclos de unidad y de ruptura, de coincidencias y rebeliones, de entradas y salidas. Va hilo sobre el #Barrani en la historia.

Las sociedades complejas -en resumen, aquellas que superan los 10 mil habitantes - no pueden funcionar sin disponer de por lo menos dos redes de interacción social fundamentales: Estados y Mercados.

philpapers.org/rec/RICCS-2

Las primeras, los Estados, funcionan como conjuntos de instituciones diferenciadas sobre bases territoriales delimitadas, organizadas en cadenas piramidales de mandos burocráticos que mantienen el monopolio sobre la creación de normas vinculantes.

jstor.org/stable/23999270

¿Por qué la pirámide? Es imposible, por ejemplo, que el comandante en jefe de un ejército se relacione con cada uno de los soldados que lo integran. Hacerlo exigiría superar las capacidades cognitivas humanas para las relaciones personales, los famosos números de Robin Dunbar.

¿Con cuántos individuos podemos vincularnos con estrechez? ¿Podemos tener un millón de amigos como Roberto Carlos?

Es por ello que las burocracias se organizan en base a mandos intermedios, por ejemplo, en los ejércitos hay generales, coroneles, capitanes, tenientes, cabos, etc.

Lo mismo sucede cuando las empresas tienen muchos empleados.

Los mercados, diferentemente, son redes de intercambios voluntarios de valores de uso, bienes y servicios (mercancías en la terminología clásica) considerados útiles por quienes participan.

Los intercambios mercantiles consiguen superar las restricciones cognitivas apuntadas por Dunbar porque no exigen que los participantes mantengan vínculos personales.

Más allá de nuestro interés por los objetos que se han de intercambiar, no necesitamos vincularnos en forma personal con aquel que nos vende o compra una mercancía. No precisamos ser parientes ni amigos, ni siquiera conocidos.

¿Cómo se relacionan las cadenas de comando con las redes de intercambios voluntarios? ¿Alguna puede funcionar sin la otra? ¿Existieron Mercados sin Estados o éstos sin aquellos?

Las evidencias históricas y arqueológicas parecen indicar que ambos tienden a desarrollarse en forma más o menos simultánea (dejamos el asunto para otro hilo)

Para entender la compleja relación entre Estados y particulares es útil la distinción entre poder despótico y poder infraestructural, una vez más, de Michel Mann.

Para entender el entrecruce de Estados y mercados deberíamos hablar del dinero, es decir, el equivalente universal, la 'mercancía' deseada por todos y repleta de sorprendentes propiedades (para otro hilo).

Lo más frecuente es que los Estados controlen al menos parte de las propiedades del dinero emitiendo o acuñando monedas que los particulares son forzados a utilizar en el pago de impuestos. Los Estados imponen sus monedas mediante el ejercicio de su poder despótico.

Pero existen otras propiedades del dinero que las monedas estatales no pueden cumplir sin la cooperación voluntaria de los particulares.

Los particulares, por ejemplo, suelen utilizar otras unidades de cuenta para comprar y vender mercancías o para 'ahorrar' (atesorar) 'valor' para pagos futuros. Por ejemplo, pueden acudir a activos o monedas de otros Estados, joyas, metales preciosos, etc.

En la China medieval y el Imperio Romano, durante los períodos convulsionados y de alta inflación, las compras pequeñas se realizaban en monedas estatales (papel moneda o metales comunes), mientras que las grandes y el atesoramiento se reservaban a los metales preciosos.

Sobre todas estas funciones los Estados apenas pueden ejercer un poder infraestructural sobre el dinero.

El dinero tiene dos caras, una Estatal, respaldada por el poder coercitivo de cobrar impuestos, y otra fundada en las decisiones voluntarias de los actores privados. Sobre esta cara el Estado apenas ejerce un poder infraestructural e indirecto.

jstor.org/stable/2802901

La política no puede ejercer poder sobre la economía únicamente en base a la coerción. La única forma eficaz de hacerlo es apelando a incentivos que induzcan a los particulares a actuar en la dirección deseada.

eldiplo.org/278-la-consagr…

Para no quedar prisioneros de las redes del poder económico privado, los gobiernos deben hacer un uso inteligente de su poder infraestructural.

telam.com.ar/notas/202301/6…

Cuando los gobiernos apelan únicamente a su poder coercitivo… los particulares buscan opciones de SALIDA. Algunos autores denominan estos comportamientos "Rebeliones", en Argentina comenzamos a llamarlos "Barrani".

La existencia de otros Estados y monedas nacionales, como en el pasado los metales preciosos de elevada liquidez internacional, siempre brindó oportunidades de salida a comerciantes y financistas.

Según Peter Spufford, el envilecimiento de monedas en la edad media para obtener réditos de señoreaje alimentó el desarrollo de redes internacionales privadas, como casas comerciales y financieras extraterritoriales que lucraban en el mercado internacional de monedas.

Estaban vinculadas a diásporas mercantiles ligadas por lazos de parentesco y habituadas a operar a modo barrrani, es decir, al margen de los Estados territoriales, en intersticios independientes y cosmopolitas, como ferias medievales, ciudades Estado, puertos autónomos.

El capitalismo moderno nació de la fusión de algunas de aquellas redes con ciertos Estados territoriales. La Revolución Gloriosa (1688) en Inglaterra consolidó a dichos actores al mando de un Estado hasta entonces liderado por intereses agrarios.

Las restricciones financieras de los reinos involucrados en guerras permanentes (como nuestra presente restricción externa), los fue sometiendo a las redes internacionales que controlaban las finanzas. Nacía el Estado como "Comité de la burguesía" (financiera).

Ejemplos menos virtuosos del desarrollo incontrolable de redes barrani incentivado por políticas fundadas apenas en la coerción son los mercados ilegales de sustancias prohibidas por el Estado. A veces llegan a comprometer la existencia del Estado.

Otro ejemplo es la Revolución Barrani del 25 de mayo de 1810. El monopolio español era una suerte de cepo colonial que promovía el contrabando portuario. Hoy las calles del país llevan apellidos de aquella gloriosa runfla patriótica. Argentina nacía como República Barranera.

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