Este es uno de los casos más misteriosos, cada parte es un laberinto sin salida o una pregunta sin respuesta, cada vez parece estar más lejos la posibilidad de que sea resuelto.
La desaparición de la familia Gill 👇
Transcurría la semana de pascuas del año 2002 cuando un hombre llamado Alfonso Goette llega hasta la casa de la familia Gill para preguntar por el peón que trabajaba en su estancia denominada "La Candelaria", ubicada en Crucecita Séptima, Departamento Nogoyá de Entre Ríos - Arg.
El hombre alegó que en enero de ese año le había dado vacaciones a la familia que residía y trabajaba en su estancia, el lapso de descanso era de tres meses pero nunca más regresaron para continuar con sus labores. Ese fue el momento en que comenzó la búsqueda de la familia Gill.
Cada vez que los Gill tenían días de descanso, solían irse a la casa donde justamente fue a buscarlos Alfonso Goette, sin embargo por allí nunca pasaron. Los familiares de los desaparecidos averiguaron si fueron a Santa Fe, donde tenían parientes, pero tampoco estaban allí.
José Rubén "Mencho" Gill de 56 años, su esposa Margarita Norma Gallegos de 26, sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6, y Carlos Daniel de 2 años estaban desaparecidos, sin un sólo indicio que podría ayudar a saber hacia dónde se dirigieron.
El hermano de "Mencho Gill" contacta con un abogado y el 27 de abril del año 2002, realizan averiguaciones con personas que residían en el pueblo y finalmente el 5 de junio se presenta una denuncia formal por la desaparición de la familia entera compuesta por seis personas.
El último día que vieron a familia Gill fue el 12 de enero de ese mismo año, en un velorio donde asistieron varias personas de la zona. En la reconstrucción de aquel día, se puede presumir que la última persona que vio con vida a los desaparecidos fue el patrón Goette.
El 13 de enero del año 2002, desde el celular de José Rubén "Mencho" Gill salió una llamada al teléfono de una mujer que vivía en Rosario que nunca pudo ser localizada y un sólo vecino dijo que vio al peón desaparecido el 14 de enero montando a caballo, pero nunca fue constatado.
Pese a que no habían indicios que podrían indicar el paradero de los Gill, el juez Sebastián Gallino no mostró demasiado interés en el caso e inclusive sostenía que en dos días los desaparecidos volverían, que seguramente se encontraban en la casa de algún pariente en Santa Fé.
Los familiares desesperados ante la situación llamaban constantemente a un celular que tenía José "Mencho", que en un principio sonaba pero luego ya se encontraba apagado, el tiempo pasaba, se hacían tibios rastrillajes por el predio de casi 500 hectáreas de "La Candelaria".
La primera búsqueda medianamente seria por parte de la justicia, se hizo más de un año y medio después de la desaparición, digo medianamente seria porque fue una inspección "a ojo", ya que no llevaron excavadoras, perros de búsqueda, ni camionetas adecuadas para la expedición.
Recién en agosto del 2023 se hace la primera excavación en la estancia "La Candelaria", una de las cosas más criticadas en esta causa es que pese a la cantidad de tiempo que transcurrió siempre se los buscó vivos a los Gill, nadie contempló la posibilidad de que estén muertos.
Casi 7 años después de la desaparición recién comienzan las tareas investigativas complejas, un equipo de profesionales se instaló en la estancia excavando más de una docena de pozos, nunca se encontró algún resto óseo o algo que pudiera contribuir al desarrollo de la causa.
En un momento todos pensaban que la historia se iba a esclarecer, hallaron una bóveda cerca del baño en la casa donde residían los Gill, analizaron el cemento de la tapa y descubrieron que no tenía muchos años. Al destapar la fosa el olor putrefacto era penetrante.
Inclusive perros entrenados que recorrían la estancia llegaron directamente al lugar cuando sintieron el olor y se sentaron allí, siguieron cavando y encontraron juguetes de niños, también envoltorios de golosinas, removieron casi diez metros de tierra en la ocasión.
El objetivo era encontrar restos óseos, con el paso del tiempo era casi imposible que algo de tejido blanco de un cuerpo enterrado se pudiera conservar, pero no encontraron nada. Sin embargo todos coincidían en que algo había allí y luego esa bóveda fue rellenada con tierra.
Dos teorías eran las predominantes, durante mucho tiempo la justicia creyó que los Gill desaparecieron para comenzar una nueva vida en otro lugar, sin embargo el tiempo fue demostrando que esa premisa era equívoca. Los familiares de los desaparecidos sostenían otra cosa...
Ellos creían que pudo haber ocurrido un problema con el patrón Adolfo Goette y que el hombre tomó la determinación de asesinar a toda la familia para luego esconder los cuerpos en alguna parte de la estancia, esto se reforzaba con algunas conductas raras del sindicato como autor.
Resulta que Goette nunca le había dado vacaciones a los peones más de 15 días y en esa oportunidad dijo que otorgó tres meses de descanso. Casi 4 meses después de la última vez que se los vió, Adolfo va a la casa de la madre de José Gill a preguntar por su paradero.
Por otra parte, ninguna persona pudo atestiguar algún maltrato o posible conflicto entre Adolfo Goette y la familia Gill. Sin embargo siempre se criticó el poco interés o la falta de colaboración del patrón y su familia para con la causa, teniendo en cuenta el vínculo cercano.
Y me refiero al vínculo porque era más que una relación de jefe a empleado, una casa de Adolfo estaba también en la misma estancia y el trato con los Gill era diario, inclusive la esposa de Goette tenía un vínculo estrecho con los pequeños desaparecidos, todo era dudoso.
La noche del jueves 16 de junio del año 2016, alrededor de las 23:00 horas, una camioneta de la marca Nissan modelo Frontier guiada por Adolfo Goette de 70 años, despistó y volcó.
El hombre salió despedido del rodado y terminó perdiendo la vida cerca de Seguí, Entre Ríos.
Con la muerte de Goette quizás un secreto se fue a la tumba, o quizás no. Lo cierto es que con el pasar de los años muchos actores que formaron parte de alguna u otra manera de esta historia fueron dejando de existir. Lo que nunca se ha perdido es la incertidumbre y la esperanza.
Mucha repercusión tomó la versión de un "gomero" llamado Jacinto Haller, quien afirmó haber visto y conversado con los Gill, quienes supuestamente iban a bordo de un Chevrolet 400. Pero lo cierto es que "Mencho" Gill no tenía automóvil ni sabía conducir según sus familiares.
Margarita Gallegos, la esposa de José Rubén Gill, era una maestra rural y no avisó que viajaría, además tampoco había cobrado su último sueldo al momento de la desaparición. No había ninguna teoría sólida que pudiera motivar a sospechar siquiera sobre un viaje planeado.
Con el paso del tiempo también se habló que las pertenencias de los Gill, específicamente los colchones donde dormían en aquella estancia fueron quemados, para supuestamente ocultar rastros de sangre. Aunque cada vez resultaba más difícil diferenciar los rumores de la realidad.
En una de las excavaciones también se hallaron restos de sangre humana pero no coincidían con el patrón genético de los Gill, también encontraron restos óseos, pero tras análisis resultaron ser de animales, la investigación es un laberinto sin salida hasta el día de la fecha.
En el año 2010 José Rubén y Margarita figuraron en el padrón de beneficiarios del programa de "Asignación Universal por Hijo", hubo algunas esperanzas pero finalmente no dieron resultados positivos. En un país envuelto en corrupción es normal que desaparecidos "cobren" dinero.
En el 2018 una persona dijo que tiempo atrás de la desaparición de la familia Gill, escuchó a "Mencho" decir que su patrón le ordenó cavar pozos en el campo, tarea algo extraña que nada tenía que ver con las actividades diarias. Muchos presumieron que eran las tumbas.
Lo cierto es que aquellas 48 horas que dijo el juez Sebastián Gallino que tardaría en aparecer la familia Gill se convirtieron en más 21 años, lo raro es que ni el gobierno, ni la justicia quisieron publicar nunca el monto de dinero que ofrecía la familia por algún dato.
El identikit de la Policía Argentina de los hijos de José Rubén Gill y Margarita Norma Gallegos
Citando esta parte de la historia me disculpo, cometí un error de tipeo, la fecha de la primera excavación es en el 2003.
@edgarsoto965
@RitzysG
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