Os presento a Lampo, el perro que aprendió a orientarse por la red ferroviaria italiana y viajaba en tren solo por todo el país. No, no es una broma. Esta es su historia y te va a encantar.
Hilo Especial. ⬇️⬇️
La historia comienza un caluroso 16 de agosto de 1953 en la estación de tren de Campiglia Marittima, situada en la bella Toscana. El día transcurría con total normalidad para el taquillero Elvio Barlettani, hasta que vio a un perro bajándose de un tren... ⬇️
Elvio se quedó sorprendido, solo estaban el perro y él en la estación. Ni una persona bajó del tren. Entonces, ya que Elvio no fue a presentarse, lo hizo el perro y empezó a buscar caricias. ⬇️
Elvio le puso de nombre Lampo a aquel misterioso viajero canino y lo adoptó. Más bien se convirtió en su mejor amigo. El perro pronto se volvió el protector de la hija de 12 años de Elvio y todas las mañanas la acompañaba al colegio. ⬇️
Todo iba bien entre Elvio y Lampo. Sin embargo, tras recibir varias quejas, un día el jefe de la estación donde trabajaba Elvio metió a Lampo en un tren de mercancías con destino a Nápoles. El recorrido en tren son 472 km (en la actualidad, con una duración de 4:16 minutos)⬇️
Pero hace 70 años, sin trenes de alta velocidad, el trayecto duró mucho más. Lampo pudo estar metido en el tren de mercancías más de 12 horas, tiempo más que suficiente para desorientarse. ⬇️
¿Cual fue la sorpresa? A los pocos días, de repente, Lampo apareció por la estación.
Nadie se lo podía creer, era imposible. Sin embargo, Elvio estaba advertido por sus jefes y, esta vez por decisión propia, envió a Lampo en un tren con destino a Barletta. ⬇️
Barletta está aún más al sur que Nápoles en la península itálica. Elvio había acordado que se haría cargo de Lampo un buen amigo suyo.
¿Y que ocurrió? A los 5 meses, de nuevo Lampo apareció en la estación, en su estación de la Toscana. ⬇️
Ante esta situación, los jefes de Elvio se resignaron y no tuvieron más remedio que aceptar que ese perro mágico estaba destinado a ser la mascota de la estación. Pero aquí no acaba la historia...
Desde ese momento, Lampo empezó a tomar trenes por su cuenta, regresando siempre al lugar de origen. Parecía conocer los horarios y direcciones. Si tenía un recorrido complicado, realizaba los transbordos correspondientes. ⬇️
Si se equivocaba de tren, en cuanto se daba cuenta, bajaba y montaba en otro de la dirección opuesta para volver a Campiglia, junto a Elvio y su familia. ⬇️
Así pasó 8 años, de tren en tren, haciéndose amigo de todos los niños italianos que viajaban en el vagón.
Por desgracia, murió en 1961 atropellado por un tren, pero su recuerdo es eterno para la estación y allí está enterrado con una estatua en su honor. ⬇️
Aquí os dejo un reportaje que hicieron sobre su vida en 1962 (está en italiano).
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Fin.
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