Emilio Tejera (emilio-tejera.blogspot.com) Profile picture
Escritor por amor a primera vista, siempre con una historia en marcha. Científico apasionado por la divulgación. Hallaréis textos míos en https://t.co/xJS3Y5topL

Dec 1, 2023, 33 tweets

Hoy os voy a contar un relato que implica catástrofes, inundaciones, leyendas… y, sobre todo, la increíble capacidad del ser humano para conservar los hechos pasados a través de la narrativa.

Bienvenidos a LA HISTORIA MÁS ANTIGUA JAMÁS CONTADA.

Todo relato tiene un punto de partida y, como hay que ponerlo en alguna parte, nosotros vamos a situarlo en la cultura de los aborígenes australianos. Es decir, los primeros habitantes de Australia, aunque al pensarlo solamos tener en la cabeza a otros:

Aunque aún no sabemos exactamente cómo fue la migración que llevó a éstos a establecerse en Australia, hace entre 120.000 y 40.000 años (se duda de si vinieron de África o Asia), hay una cosa segura: durante muchíiisimo tiempo, estuvieron solos, y cultivaron sus propios mitos.

Cuando contactaron con los europeos, la cultura aborigen sufrió mucho daño y, en buena parte, se descompuso, daño que resulta evidente es nuestros días. Sin embargo, ya en el siglo XIX, los colonizadores que interaccionaron con los nativos anotaron algunas de sus leyendas.

Pues bien, hay equipos de científicos modernos que se han dedicado a recolectar algunas de esas historias, tratando de localizar sobre todo las que tenían que ver con fenómenos naturales que pudieran identificar, y con los cuales pudieran establecer alguna cronología.

En concreto, se concentraron en una serie de relatos de los Palawa, es decir, los aborígenes que habitan en Tasmania (para ellos, la isla se denomina Iutruwita).

Hay una leyenda en concreto que habla de un pueblo denominado los Kurnai, que habitaban al sur de Gippsland (una zona del estado de Victoria, en Australia)… es decir, el lugar donde el océano serpentea entre Australia y Tasmania, llamado estrecho de Bass. La leyenda dice así:

“Hace tiempo había tierra al sur de Gippsland, donde ahora hay mar, y en aquella época algunos niños de los Kurnai, que habitaban la tierra, estaban tocando un instrumento musical, que llevaron al campamento y enseñaron a las mujeres (...)"

"Inmediatamente, la tierra tembló, y todo fue agua, y los Kurnai se ahogaron”.

La narración es angustiosa, porque leemos como los muchachos van a enseñarle unas canciones a sus madres, hermanas o novias (lo cual estaba prohibido por sus leyes) y de repente se encuentran con que toda su cultura desaparece de manera irrevocable. Tuvo que resultar traumático.

La verdad es que ese tipo de historias a los europeos nos suenan. A algunos, por ejemplo, os recordará al famoso mito de la Atlántida, que muchos han discutido también si tiene una base real.


Leyendas, me diréis. Cuentos narrados a la lumbre de un fuego de campamento. Lo que pasa es que, desde que Schliemann encontró las ruinas de Troya, inspirándose en los relatos de Homero, ahora sostenemos la idea de que muchos mitos contienen en cierta medida una parte de verdad.

Por ejemplo, tomemos la fantasmagórica leyenda de la ciudad de Ys, que mencionamos en cierta ocasión, y según la cual una amplia región de tierra de Bretaña se hundió bajo el mar

Pero es que esa leyenda podría tener una base real porque, hace no demasiado, masas de tierra en Europa quedaron bajo las aguas. Pensemos en lo que le ocurrió a Doggerland, y que nos detallan tan bien en este hilo:

De hecho, Doggerland, como también se cuenta en este artículo, estaba habitada ctxt.es/es/20221201/Fi…

Prospecciones arqueológicas extraen con cierta periodicidad, del fondo del mar donde se hallaba este continente perdido, objetos y restos de las gentes que vivieron en la zona, y que fueron testigos de cómo su hogar desaparecía.

Algo muy similar a lo que describen los Palawa.

Pues bien, hace poco, un estudio científico se ha fijado en esa zona. Que comparte algunas características con Doggerland: entre otras cosas, ser un lugar donde el fondo oceánico es bastante poco profundo.

Y han constatado una cosa: hubo una inundación en esta zona hace unos 12.000 años. Y, gracias a los mitos tasmanos, sabemos que ese hundimiento fue catastrófico, y sumergió a un pueblo bajo las aguas australiangeographic.com.au/topics/history…

Pero hay más: esas mismas historias hablan de movimientos de estrellas que los estudiosos han determinado que tuvieron lugar hace 14.000 años. Lo que nos refleja todo esto es que tenemos leyendas tasmanas que han sobrevivido todo ese tiempo para contar lo que ocurrió de verdad

Australia es de las regiones que más tempranamente (es un decir) ha habitado el ser humano. Sin embargo, es allí donde hemos hallado este relato de más de 10.000 años de antigüedad. Pero quizás sólo se trata de una enorme y sorprendente casualidad.

Quizá hay historias mucho más antiguas, escondidas en los mitos de Eurasia, Amérca y África, en las supersticiones, las viejas creencias, los cuentos, que nos están narrando sucesos que ocurrieron hace muchísimo tiempo.

Y resulta fascinante que sucesos que ocurrieron en aquel entonces sigan vivos gracias a cualidades tan innatas al ser humano como el lenguaje, el interés por el pasado, (por qué no decirlo) el cotilleo... y también la curiosidad.

Desconocemos qué pasará con las historias que estamos contando ahora: si sobrevivirán al futuro, o se convertirán en polvo de estrellas que circule entre las galaxias. Lo que sí que sabemos es que, si por algo se ha definido nuestra especie, es por la capacidad de narrar relatos

Hoy día, amenazados por el cambio climático, dudamos si nuestro destino va a ser similar al de los kurnai. Esperemos que la narración que cuenten de nosotros en el futuro no sea la de nuestra destrucción: sino, más bien al contrario, el relato de nuestra supervivencia.

Y algo me dice que, en este propósito, en busca de este destino, nuestra habilidad para contar historias, a la luz de un buen fuego, de una manera u otra, nos terminará por ayudar.

Éste es el ¿mito, hecho real? que os quería contar. Por supuesto, no aspiro a que la primera cuestión que os venga a la mente al pensar en los tasmanos sea ésta; pero sí que sepáis que, detrás de nuestro buen amigo el demonio, que a todos nos encanta, hay algo más.

Si os ha gustado el hilo, ya sabéis: retuiteadlo, llenadlo de corazoncitos, seguidme para leer más historias, o dad vueltas en redondo hasta que os mareéis.

Y si os gustan los hilos de este tipo, en esta cuenta tenemos muchos más donde la historia (o el mito) y la ciencia se combinan de manera sorprendente. Por ejemplo, el día que Isaac Newton hizo de detective y se enfrentó a su particular Napoleón del crimen

Hale, pasadlo bien, y no os mojéis mucho si llueve. Y si se acerca una inundación, corred. Nos leemos. Un saludo.

BONUS 1: ya que hablamos de la Atlántida, un hilo apasionante sobre un lugar en el que (quizá) se inspiró la leyenda

De hecho, algunas imágenes en el Museo Arqueológico de Atenas de una cultura hoy en buena parte bajo las aguas:

BONUS 2: aquí otra historia (en cada sitio la cuentan de modo ligeramente distinto, pero lo importante es el fondo) sobre tradiciones que se mantienen durante milenios para decirnos algo del pasado

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