La política exterior sufre por la recurrente pretensión de cada gobierno en querer "refundar" el lugar de 🇦🇷en el mundo, llevándose puesta a la Cancillería y al cuerpo diplomático. Esta vez en formato motosierra y con consecuencias negativas para la inserción. Abro 🧵👇
Los primeros 10 meses de la política exterior de Milei abundan en ejemplos de sobreactuaciones ideológicas, desconocimiento de las tradiciones de la política exterior diplomática y, en su capítulo más reciente, el enfrentamiento con la Cancillería
No son sólo episodios puntuales de "anti-diplomacia presidencial", como las que llevaron a las escaladas de tensión con España, Colombia o México, sino tb acciones que atentan contra componentes estratégicos de la política exterior y dañan la reputación internacional de Argentina
Algunos ejemplos incluyen: la innecesaria "disociación" del Pacto de Futuro en Naciones Unidas que deja fuera a la Argentina de posibles financiamientos verdes; darle la espalda a la cooperación nuclear cuando el CAREM tiene una ventana de oportunidad inédita...
... la acérrima "batalla cultural" contra todo lo q diga "género" aún cuando Argentina -incluso de Macri- fue vanguardia en ese tema y cdo ese rechazo impacta en la agenda comercial; o el desconocimiento básico en las rel con China, q requieren una paciencia extra desde Beijing
La política exterior puede tener algunas improntas de gobierno, pero no deja de ser una política pública que debe reunir los consensos necesarios para transcender en el tiempo y forjar una imagen externa de país predecible, de mínima. La motosierra acá se equivoca.
La cancillería tiene un rol clave: debe asistir al Presidente en aquello que "no sabe" para poder surfear correctamente las arenas de la política internacional, "preservando, defendiendo y resguardando la soberanía, dignidad e interés de la República" (Ley 20957)
Los diplomáticos son el amortiguador entre ese deseo de refundar la política exterior que traen los recién llegados al sillón de Rivadavia, y los compromisos y tradiciones que tiene la Argentina hacia el resto del Mundo. En criollo, paran un poco el carro... pero con razón
Esta vez, la política exterior argentina está entrando en un terreno muy complejo, en un tiempos además donde el mundo es más complejo. Las relaciones económicas dependen cada vez más de un buen balanceo en el posicionamiento geopolítico. La sobreactuación no paga.
Una política exterior inteligente buscaría mejorar los mecanismos institucionales, poniendo en valor los muy buenos recursos que tiene la cancillería, incluso cuando sean incómodos para la visión ideológica de turno. La motosierra es una herramienta demasiado bruta para esa tarea
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