Hoy escuchamos en @DiputadosAR al Secr. de Educación, Carlos Torrendel, y funcionarios del área que vinieron a explicar el presupuesto 2025 destinado a políticas educativas. Lamentablemente, una vez más, nos fuimos con más dudas que certezas y sobre todo preocupación.
ABRO HILO
La inversión en educación para el 2025 va a disminuir representando el 0,88% del PIB.
Menos recursos, más problemas para el futuro.
El proyecto enviado por el Ejecutivo establece 3.8 billones para las universidades, significativamente menor a los 7.2 billones que el CIN estimó necesita para funcionar.
El recorte pone en peligro a un sistema fundamental para el desarrollo de la sociedad argentina.
Tampoco se sabe qué va a pasar con programas claves como "Conectar Igualdad" y de “Desarrollo de Formación Tecnológica”, entre otros. El presupuesto real de las becas Progresar cae entre un 21% y 33%.
Menos apoyo para quienes más lo necesitan.
El Gobierno suspende la obligación de destinar el 6% del PBI a la educación. Tras años de lucha para alcanzar ese objetivo, lo eliminan de un plumazo.
Y a pesar de las recientes declaraciones sobre su cumplimiento parece que no va a ser así.
Mientras el gobierno asegura que tiene como agenda central el Plan Alfabetización, no se explica cómo lo va a llevar adelante ni se mencionan obras para garantizar las condiciones edilicias de las escuelas.
Y tampoco se reconocen mejoras para los comedores escolares.
El presupuesto busca maquillar lo que es un evidente ajuste al sistema educativo. Pero es solo a través de la educación que construimos ciudadanos más libres y con mayores oportunidades. Desfinanciarla es comprometer nuestro desarrollo y el bienestar de las próximas generaciones.
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