El acuerdo Mercosur-UE puede ser beneficioso si se acompaña con una política agresiva que fomente la agregación de valor en nuestro país. De esa política ha habido poco en la historia argentina. ¿Seremos capaces ahora, contra reloj? Depende de que tengamos un plan concreto.
El acuerdo es sin duda un logro para la política exterior regional, luego de 20 años de negociaciones. Sin embargo, el mundo cambió mucho desde que se concibió y empezó a negociarse hace 20 años. #MercosurUE
La discusión que estamos teniendo estos días sobre libre comercio no tiene que ser ideológica sino concreta y económica: la apertura no es un fin en sí misma sino un medio. ¿Un medio para qué? Para desarrollar todas nuestras capacidades productivas.
Hay una realidad innegable. Por tamaño, nivel de desarrollo y coordinación de políticas, las economías del Mercosur y la Unión Europea son asimétricas. Si el acuerdo avanza nos va a requerir un esfuerzo importante para ponernos a tono y poder competir en igualdad de condiciones.
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La narrativa simplista en torno al proyecto de Aporte Solidario omite muchas complejidades que van en detrimento de los objetivos que declama. Es un error de política económica en un momento en el que la realidad no deja mucho margen para errores. Hilo 👇
1. No es solamente un aporte de las fortunas personales sino de activos de empresas que invierten y dan empleos de calidad en el país. En el sector industrial, por caso, impacta a PyMEs que ya llevan dos años y medio de recesión + pandemia.
2. Se tributa por autos, casas, plata en bancos, bonos, pero también por tornos, puentes grúa, galpones, CNCs, inyectoras, transformadores, etc. En una PyME industrial hasta el 70% del Aporte puede ser por haber invertido en fierros que dan empleo.
Un día como hoy hace 60 años (era lunes en 1960) mi abuelo Fernand fundaba Industrias Guidi. Tenía 38 años y había llegado 13 años antes desde Francia. Ese mismo año, la empresa se convirtió en proveedor de Siam Di Tella Automotores, que se había creado un año antes.
En cinco años, nuestra primera planta de Banfield pasó de tener 400 a 2.200 metros cuadrados. Pero también quedó chica, y cinco años después ya estábamos en una nueva planta, en Burzaco, donde fuimos pioneros de lo que hoy es el Parque Industrial.
En estas seis décadas nuestro destino estuvo obviamente ligado al derrotero de la industria nacional. Nuestra historia cambió cuando Toyota llegó al país a fines de los años '90. A fuerza de gestión, tecnología y productividad hoy somos proveedores de calidad global.
Hoy entregamos formalmente la posta del @b20 a Japón. Acá con el embajador argentino Alan Beraud, Daniel Funes Rioja y Fernando Landa. El proceso nos mostró que Argentina tiene mucho para aportar y también para aprender de la experiencia internacional. Abro hilo:
Lo primero es que hay que fortalecer estos espacios de cooperación internacional, porque ayudan a avanzar en agendas comunes. Pero también entender que estas agendas van de la mano de una competencia cada vez más intensa por el desarrollo, sobre todo industrial.
En ese debate en Argentina estamos a veces tres o cuatro pasos atrás porque no tenemos siempre garantizadas políticas macroeconómicas orientadas al desarrollo en el largo plazo, como sí las tienen muchos de los países del G20.