Thread by @MBWPayne

MANUAL DE OPERACIONES
¿Ya procesamos lo del 11/8? ¿Ya hicimos catarsis? ¿Ya puteamos y nos deprimimos?
Bueno. Tuvimos más de una semana para eso. Y con finde largo, además.
Se acabó. Ahora es cuando #LaDamosVuelta.
Y así es como espero que podamos contribuir a hacerlo.
Abro hilo.

Este hilo pretende ser un "manual de operaciones" que recopile ideas, reflexiones, propuestas y conceptos a tener presentes durante las largas semanas hasta el 27/10, y a aplicar si queremos que la Argentina evite que la pesadilla de estos días se consolide.

Entendamos dónde estamos parados. Esto es más que una elección. Son las próximas décadas de la Argentina. Es nuestro futuro. Es la diferencia entre un país independiente, o un gobierno títere. Sepámoslo bien, pero no dejemos que nos abrume. Al contrario, que sirva para ubicarnos.

Primero: terminemos con el llanto. El 11/8 fue un desastre. Teníamos esperanzas y nos las bajaron de un hondazo. Nos decepcionamos de nuestros compatriotas y de nuestro país. Eso lo entiendo. Pero ya no podemos perder ni un segundo más dando vueltas en torno a eso.

Segundo: sepamos el estado de las cosas. Estamos frente a orcos cebados, con una banca de afuera cuya magnitud desconocemos, abandonados por la Iglesia, los medios y el empresariado, y con una economía detonada. La tarea es difícil, pero no imposible.

Tercero: tengamos claro los objetivos. La visión: una República libre, democrática y soberana para nosotros, nuestra posteridad y todos los que quieran habitar el suelo argentino. La misión: convencer para revertir los resultados. La meta: asegurar por lo menos el ballottage.

Tomemos una imagen inspiradora. Puede ser la tranquilidad de dejar atrás lo peor de nuestra historia democrática reciente, un futuro de prosperidad, o aunque más no sea imaginar las caras de los operadores, vendidos y fascistas si logramos la hazaña el 27/10.

Sepamos que no son invencibles. Ellos saben bien que no ganaron todavía, y que por fraude suyo o descuido nuestro, mordieron más de lo que pueden masticar y tragar. Saben que su posición es una masa de inconsistencias, y que su coalición está pegada con moco y mala voluntad.

No subestimemos su capacidad de daño. Son fanáticos, están cebados, se sienten (aunque no lo sean) ganadores, son impermeables a la lógica y la evidencia, y están dispuestos a quemarlo todo con tal de volver. No todos ellos, pero sí los que pululan en esta jungla tuitera.

Tienen fortalezas. Tienen un aparato aceitado e inescrupuloso. No respetan leyes ni normas. La violencia les es natural. Nuestra resignación e indolencia los ceba. Y siguen fichando indignos que buscan cobrar o acomodarse al calorcito de la victoria que venden como inevitable.

Tienen debilidades. No pueden mostrar a su principal figura. Son un tren fantasma de piantavotos. Generan pánico entre los que no son fanáticos. No son capaces de disimular ni siquiera para convencer. Y no pueden salir del núcleo duro sin plata o intimidación.

El tiempo está en su contra. Cada día que pasa es un día en que Alferdez tiene que hacer malabarismos para impostar moderación y fanatismo a la vez, demostrar una autoridad y credibilidad que no tiene, y mantener unida a gente que se odia. Cada día que pasa les sube los costos.

El tiempo está de nuestro lado. Cada día que el Gobierno y nosotros resistimos, es un día más en que se diluye la desesperación que quieren instalar, se desdibuja su triunfalismo, y se instalan las dudas entre los acomodaticios. Hagamos que cada día se sienta como una victoria.

Valoremos nuestra situación: lo bueno de estar rodeados es que no vamos a perder tiempo esperando que otros nos salven. Como dice la imagen que acompaña (con cierta edición) este tuit: "Estamos rodeados... eso simplifica nuestro problema".

Ajustemos nuestros esfuerzos a nuestras posibilidades. A nadie se le pide que gane la campaña solo, o que aguante los próximos meses sin flaquear. Con lo que podamos hacer en cada momento (hablar, difundir, desmentir o simplemente escuchar) alcanzará para hacer nuestro aporte.

Salgamos del microclima. Está bien difundir y hablar en Twitter, pero es afuera en donde se definen las cosas. Aprovechemos cada oportunidad, siempre que sea apropiado (no somos orcos) y evaluando bien la situación. Y si en ese momento no nos sentimos capaces, no lo hagamos.

Llevemos el debate lejos de donde ellos quieren. Si de lo único de lo que quieren hablar es de la economía, hablemos de lo quieren disimular: Cristina, Kicillof, Venezuela, el extremismo, su autoritarismo, su corrupción, su sed de venganza. Sobre todo, frente a los que aún dudan.

La economía va a aparecer. Es inevitable que surja el tema. En esos casos, valen dos preguntas fundamentales: ¿algo de lo que te preocupaba mejoró con el resultado de las PASO? y ¿qué confianza tenés que los otros lo vayan a corregir si con sólo insinuarlos ganadores detonó todo?

Respetemos la posición del otro. Escuchemos con respeto los motivos de quienes no votaron a JxC; son conciudadanos nuestros. Sepamos distinguir y descubrir qué es lo que les preocupa, qué es lo que los decepcionó de estos cuatro años, y qué esperan de los próximos cuatro.

Encaremos el mensaje desde las preocupaciones del otro. Habrá momentos para gritar VENEZUELA!, pero casi siempre será mejor que hagamos que el que votó por FF, Lavagna, Espert, JJGC o la izquierda se pregunte si sus quejas van a tener mejor respuesta con Macri o con CFK.

Destaquemos el valor de la República. Al liberal: ¿querés reformas? Al asustado por la grieta: ¿querés reconciliación? Al preocupado por el rumbo de la sociedad: ¿querés que tus preocupaciones se debatan? La respuesta es: todo eso sólo es posible bajo la República.

No culpemos al otro. Quien votó en contra tuvo sus razones, a las que les asignó valor. Lo último que hace falta en estos días es ponerlo a la defensiva cargándole la culpa. Esto implica paciencia, respeto y comprensión, difícil en tiempos de locura, pero necesario.

Ejercitemos la paciencia. Es probable que el otro esté tan asustado como nosotros por lo que está pasando y por lo que puede pasar. Entrar en pánico no ayuda; lo ahuyenta. Al contrario, mantengamos la calma y transmitamos la confianza en que se puede... dar vuelta la situación.

No caigamos en la tentación de parecer "apolíticos". Estamos ante el evento político por excelencia y bancamos una opción. Hagámonos cargo de eso. Para imparcialidad impostada y trucha ya está el periodismo. Si pedimos responsabilidad cívica, pidamos compromiso político.

Orientemos el voto hacia lo que los demás valoran. ¿Estamos pidiendo el voto por Macri-Pichetto? Sí. Sería necio negarlo. Pero trascendamos las personalidades. Pidamos a los indecisos que voten por su futuro, por sus familias, por la República, por lo que sientan en peligro.

Aceptemos los errores propios. No somos fanáticos. No somos kirchneristas. Sostenemos a este Gobierno pero reconocemos sus errores y los aceptamos, tanto en lo que hace a la gestión como a los resultados de las PASO. Vamos a recibir palos; la humildad es la mejor respuesta.

Movámonos. Habrá marchas. Sé que a muchos les puede resultar inconveniente, inoportuno, contraproducente, o les preocupa que la baja concurrencia juegue en contra. Lamentablemente, la oportunidad la hacemos nosotros y la concurrencia la agrandamos yendo. Después puede ser tarde.

Hablemos desde lo que somos. Cada uno tiene un bagaje de experiencia, conocimiento y formación. Usémoslo para desmentir las operetas y dejar en evidencia a los operadores, o para concientizar a los que nos rodean. No tenemos que saber de todo, sólo hablar de lo que ya tenemos.

Tengamos a mano la información. Si no lo sabemos, sepamos donde buscar, o a quién preguntarle. Cuentas como las del maestro @apuntes_, la de @gracemazzola y tantas otras son fundamentales. Hagan su lista de referentes de consulta para tener siempre a mano.

#ApagonDeMedios: Borremos apps, no chequeemos medios online, demos de baja suscripciones a diarios y revistas, dejemos de seguir en redes sociales a los periodistas y medios que no valen la pena, la radio dejémosla sólo para música y la tele para series, documentales o películas.

Sepamos distinguir el ruido de la señal. Nos van a bombardear con rumores, versiones, y mentiras absolutas. No las aceptemos de una. Chequeemos todo lo que nos llega. Nunca nos quedemos con los títulos. Y aún así, detectemos qué es lo que dice lo que NO está publicado.

No hagamos prensa gratis. El periodismo (salvo honrosas excepciones) nos odia, y los que no bancan a Alferdez por $ lo hacen con la esperanza de que nos elimine. Pero igual nos necesita y nos ceba para dárselas de perseguidos. Si hay que contestarles, que sea con ingenio.

No alimentemos a la bestia. En lo posible no usemos los nombres de los del otro lado, o de los cagatintas que corren a auxiliarlos. Usemos apodos, deformemos sus nombres, refirámonos a ellos con atributos que no les guste recordar. Nombrarlos los hace más fuertes y les da guita.

Guardemos nuestros retweets para lo que vale la pena. Ante lo que venga del otro lado, es preferible la captura de pantalla que la publicidad gratuita de un RT. Hagamos valer la Ley de @diecale (si hay más respuestas que RTs, es una burrada) en el #ApagonDeMedios.

Seamos ingeniosos. Cualquiera puede putear; ya no impacta. El ingenio, la creatividad, la sutileza, la ironía, el sarcasmo, y las verdades sobre el destinatario, cortan y duelen más que un torrente de puteadas. Y mantienen alejados a los denunciadores y bajacuentas seriales.

Seamos el aparato. Como fiscales generales o de mesa, de jornada completa o de medio tiempo, pero fiscalicemos. Si no podemos, organicémonos para llevar y traer fiscales. Y si ni eso podemos, entonces llevemos algo para que los fiscales de la escuela más cercana coman y beban.

Moderemos los ánimos. Habrá días en que vamos a creer que podemos liberar La Matanza solos y en bolas; ahí guardemos energías. Habrá días en los que levantarse de la cama será un esfuerzo supremo; ahí recordemos que nunca nada es tan malo como lo creemos desde el fondo del pozo.

Aceptemos nuestros fracasos. No siempre podremos hacer todo lo que hace falta, o siquiera la mitad. A veces no se podrá, y a veces no alcanzará con nuestros esfuerzos. No nos torturemos por eso. Ya habrá otros días más propicios. En cada día, lo que se pueda y como se pueda.

Sepamos sobrellevar los bajones. Cuando creamos que todo esfuerzo es inútil, que la suerte está echada y que todo es al pedo, busquemos cómo desahogarnos sin hundir a los demás. No quiero sonar cruel, pero lo que buscan los orcos es desanimarnos; no les demos ese gusto.

Desconectémonos de vez en cuando. Salgamos a caminar. Aprovechemos la compañía de nuestras familias y amigos. Démonos un gustito ocasional. No sólo nos va a oxigenar, sino que nos va a inspirar y recordar por qué estamos peleando y qué es lo que queremos defender.

Busquemos el refugio que podamos. En la fe, en la lectura, en la meditación, en la conversación o en el silencio. Conservemos intacto ese lugar que tenemos a donde no entra el ruido o la locura, para poder volver a salir cuando podamos.

Motivémonos mutuamente. A veces alcanza con una frase, una foto, un meme, un recuerdo, una advertencia, un chiste, o algo de música (yo prefiero música épica, que te convence de que podés despedazar a un T-Rex). Pero que nuestras cuentas sean también fuente de aliento.

Bueno, la corto acá. Ya fue demasiado largo. No sé si tendremos éxito o no. Me encantaría creer que sí, pero no puedo descartar la posibilidad de que no. Todo lo que puedo hacer es lo que esté a mi alcance para que, pase lo que pase, no tenga la conciencia intranquila.

Vamos a hacernos cargo de nuestras obligaciones y seamos conscientes de que si la República Argentina perdura por mil años, las personas seguirán diciendo: “Ésa fue su mejor hora”.

(Perdón, Winston)

"¡Fuego rasante, que el pueblo nos contempla!" - Almirante Guillermo Brown, antes de la batalla de Juncal.
 
Cierro hilo.

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