Abba Lerner criticaba la idea de que el saldo del gobierno tuviera que estar equilibrado en un determinado plazo arbitrariamente definido, fuera éste el tiempo que tarda la Tierra en girar alrededor del Sol o el ciclo lunar.
Estimaba que tenía poca utilidad obcecarse en la necesidad de alcanzar un equilibrio a largo plazo como obsesivamente persiguen los economistas neokeynesianos.
La política fiscal del gobierno consiste en sus actividades de gasto y recaudación de impuestos; emisión y repago de deuda y préstamos del gobierno; y emisión y cancelación de dinero.
Abba Lerner consideraba que debíamos apartarnos de los principales de finanzas "responsables" tan en boga entre los políticos y economistas actuales.
Atribuirle un significado especial al guarismo que representa el saldo de las operaciones fiscales es el método escolástico.
Abba Lerner proponía utilizar el método científico, es decir, valorar el saldo de las operaciones fiscales por sus efectos y no en base a criterios "morales".
A este método lo denominó "finanzas funcionales".
La primera ley de las finanzas funcionales dice que la responsabilidad primordial del gobierno es asegurar que el gasto total en bienes y servicios de la economía se mantenga en un nivel tal que, a los precios corrientes, se compren todos los bienes que sea posible producir.
Por encima de tal nivel se podría presentar la inflación.
En cambio, por debajo de tal nivel aparecería el desempleo.
El gobierno puede aumentar el gasto total subiendo el gasto público o bajando los impuestos. Puede reducir el gasto subiendo los impuestos, para que los contribuyentes tengan menos dinero para gastar, o bajando el gasto público.
Lo importante es asegurar ese nivel de gasto agregado suficiente. En algunos casos los pagos pueden superar los cobros. Entonces el gobierno puede emitir nueva deuda o imprimir nuevo dinero ( hoy diríamos darle al teclado de ordenador).
En otros casos el gobierno puede cobrar más en impuestos de lo que paga al ejecutar el gasto. Puede utilizar ese excedente para amortizar deuda, como obligaba a hacer Montoro a los ayuntamientos, o guardarlo para futuros pagos (pero los billetes usados suelen triturarse).
Hogaño el dinero son apuntes contables hechos con un ordenador así que los impuestos simplemente cancelan los saldos creados anteriormente en el momento de registrarse el gasto público.
Al actuar de modo que el gasto agregado no sea ni excesivo ni insuficiente el saldo del déficit público tiene escasa relevancia. Los impuestos deben juzgarse sólo por sus efectos: reducir el dinero en manos del público y aumentar el que tiene el gobierno.
Un corolario relevante es que los impuestos no se recaudan para financiar al gobierno. Éste siempre puede crear nuevo dinero. El segundo efecto de los impuestos, aumentar el dinero en manos del gobierno, es pues irrelevante.
La segunda ley de las finanzas funcionales dice que el gobierno solo debe emitir deuda si es deseable que el sector privado tenga menos dinero y más deuda pública. Éste es el efecto de tales emisiones.
Esto podría ser deseable si, de no hacerlo, los intereses bajaran demasiado provocando un exceso de inversión del sector privado. (Hipótesis cuestionable desde la TMM).
Por el contrario, el gobierno puede emitir menos deuda, amortizarla anticipadamente o prestar dinero si es conveniente aumentar el dinero en manos del público para reducir el tipo de interés.
Estas dos sencillas leyes de finanzas funcionales tienen la ventaja de ser muy claras y nos evitan el peligro de caer en la senda de deflación y japonización por la que transitan los países de la zona euro actualmente.
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El desastre es lo que tiene ahora Puerto Rico.
Hay más puertorriqueños viviendo fuera que en la isla.
Su economía está sometida a una dura intervención y políticas de austeridad.
Es una colonia sin representación en el Congreso de los EEUU.
El PIB per cápita en paridad de poder de compra está estancado desde 2004.
¿A qué otros países os recuerda esto?
No hay que pensarlo mucho: a las naciones del Sur de Europa, también sometidas a un duro régimen de austeridad. Por ejemplo España. Lo de España es aún peor.
Identidad de saldos sectoriales de la economía española. El gráfico es simétrico porque la capacidad de ahorro neto de unos sectores tiene que ser idéntica a la necesidad de ahorro de otros.
Necesariamente el ahorro neto de todos los sectores suma 0. El ahorro neto de unos se materializa en activos financieros. Pero un activo financiero siempre es el pasivo financiero de otra entidad o persona.
Tendencias que observamos.
1 en amarillo el resto del mundo: hace años que España apostó por el modelo mercantilista: el resto del mundo genera ahorro para los ahorradores españoles.
El objetivo debería ser maximizar nuestro bienestar. Pero no. Esta gente está obsesionada con los "desequilibrios macroeconómicos". ¿Reducir el desempleo? ¿Reducir el superávit comercial de Alemania? No. Para ellos es reducir el déficit.
En un marco antidemocrático: «El nuevo proceso de supervisión se integrará en el Semestre Europeo, que seguirá siendo el marco central de coordinación económica y de política de empleo». ¿¡Perdón!? ¿Dónde queda la soberanía popular representada en las Cortes?
Sigue moderándose la inflación durante el mes de enero. En tasa interanual sigue estable en una tasa del 5,8% pero en la comparativa con el mes anterior los precios caen un 0,3%. Éste es el momento de introducir el concepto de inflación instantánea.
Que la tasa interanual siga siendo del 5,8%, una décima más que la tasa del mes pasado, no significa que hoy los precios estén subiendo un 5,8%. L
Lo que nos dice la tasa interanual es que una canasta de bienes representativa de un presupuesto familiar cuesta hoy un 5,8% más que hace un año. Pero esa misma canasta cuesta un 0,3% menos que hace un mes.
Si Brasil y Argentina deciden crear una moneda común más vale que vaya acompañada de una unión política donde 1. No importen los saldos comerciales entre ambos países. 2. No importen las balanzas fiscales.
Tienen dos opciones. 1. Un tesoro y gobierno federal con capacidad de ejecutar un presupuesto superior a, digamos, el 15% del PIB de ambos países. 2. Un banco central que no restrinja la capacidad fiscal de ambos estados.
Si no están dispuestos a lo anterior acabarán con una unión monetaria tan disfuncional como las de la zona euro o el Franco CFA.